Algunos de los 21 diplomáticos estadounidenses que fueron afectados por los misteriosos "ataques acústicos" en La Habana fueron "atacados múltiples veces", informó a CNN un alto funcionario estadounidense que pidió no revelar su identidad.
"Hubo casi 50 ataques en total", dijo el funcionario.
Siete meses después de las quejas a funcionarios y garantías del general Raúl Castro de que los incidentes serían investigados, de acuerdo con CNN, funcionarios estadounidenses "se sienten frustrados" por la falta de progreso en la investigación.
Tres altos funcionarios de Washington dijeron a CNN que la Casa Blanca baraja varias opciones que van desde "el envío de familias y personal no esencial de regreso a EEUU hasta el completo cierre de la embajada".
Asimismo, estos tres altos cargos que pidieron anonimato sostuvieron que "no parece que la embajada de Estados Unidos o la residencia del embajador hayan sido atacados".
"Pensamos que los incidentes habían terminado y luego los dos casos en agosto tuvieron lugar", dijo un alto funcionario estadounidense.
El Departamento de Estado de EEUU informó a principios de agosto que su misión en la embajada de La Habana había experimentado síntomas físicos causados por "incidentes" no especificados que comenzaron a finales de 2016. Y a principios de septiembre notificó más "incidentes" de este estilo que tuvieron lugar en agosto.
En los pasados días el secretario de Estado, Rex Tillerson, dijo que sopesa la posibilidad de cerrar la embajada en Cuba y cinco senadores republicanos le escribieron a Tillerson pidiéndole no solo que cierre la embajada, sino también que expulse a todos los diplomáticos cubanos en suelo estadounidense.
Las autoridades estadounidenses ignoran quién pudo haber sido el responsable de los incidentes o qué artefacto fue utilizado. Los investigadores han manejado hipótesis diferentes, de ondas sónicas, un arma electromagnética o una misión de espionaje fracasada, dijeron a The Associated Press fuentes estadounidenses enteradas de las pesquisas.
Tampoco se ha descartado la posibilidad de que haya sido otro país o sabotaje en el interior del aparato de seguridad cubano. La Habana ha negado en repetidas ocasiones cualquier responsabilidad de su Gobierno y Moscú ha tachado de "absurdas" las acusaciones de estar implicada en estos hechos.
El general Raúl Castro, el canciller Bruno Rodríguez y la funcionaria Josefina Vidal han dicho que La Habana no es responsable de estos ataques.
Aunque Estados Unidos no culpa por ahora al Gobierno cubano de causar el incidente, sí decidió expulsar en mayo a dos diplomáticos de la Embajada de Cuba en Washington, porque considera que La Habana no cumplió adecuadamente su obligación de proteger al personal estadounidense en la Isla.
Sobre estos incidentes, poco se sabe hasta ahora: lugares donde tuvieron lugar los ataques (las residencias de los funcionarios y el Hotel Capri), un número de afectados (que comenzó siendo menos de una decena pero que ya ha llegado hasta la veintena: 21 estadounidenses y cinco canadienses), presuntas afectaciones médicas como daño cerebral y pérdida de la audición, así como la descripción de lo que oyeron los afectados: un ruido "alto y ensordecedor, similar al zumbido creado por los insectos o a un metal arañando el suelo.