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Los desconocidos de San Isidro

Yasser Castellanos: La movilización generada por el Movimiento San Isidro es 'un milagro'

El artista plástico y miembro del MSI se cuestionó 'cómo iba a vivir con el peso de ver a un amigo morirse' en huelga de hambre y sed. Con su retrato, DDC comienza una serie diaria sobre los activistas 'más desconocidos de San Isidro'.

Madrid
Yasser Castellanos.
Yasser Castellanos. Katherine Bisquet/Facebook

"El hip hop siempre me pareció una de las maneras más atractivas de exponer un discurso, un pensamiento", señala Yasser Castellanos, que utiliza la escritura y la pintura como herramientas de comunicación artística. "La primera vez que hice un trabajo visual con un sello personal fue influido por el hip hop cubano, cuando ya había visto los festivales de rap de 1995 y 1996", rememora el creador, que colaboró con Grupo 1 en 1997 realizando la escenografía de dichos festivales, hasta que el Gobierno se apoderó del evento y desplazó a los fundadores.

Con una amplia trayectoria dentro de la alternatividad, el artista ha interactuado con varios proyectos independientes. Sin llegar a ser miembro activo, estuvo vinculado con OMNI Zona Franca en Alamar, donde colaboró en un disco de poesía con un tema musical, otra de sus inquietudes artísticas: "Me gusta hacer música, la idea de hacer música, aunque no se me da lo de tocar un instrumento…", explica Yasser, que disfruta escribiendo textos musicales.

El creador forma parte del Movimiento San Isidro (MSI) desde su fundación. Tras una breve distancia con el proyecto este año, decidió involucrarse de nuevo en las acciones por la libertad de Denis Solís y fue uno de los acuartelados.

Yasser vive una vida muy espiritual junto a su esposa, la escritora Verónica Vega. Ambos son veganos, protectores de animales y practican la meditación yoga. "Tenemos una especie de minirefugio en nuestro apartamento", dice sobre su vida en familia junto a Vega y el hijo de esta. "Asumimos el veganismo como una postura ética ante la vida, no creemos que el consumo de carne o productos que derivan de los animales sean buenos para la salud", señala, y reconoce que en Cuba hay "una gran ignorancia sobre el veganismo".

La experiencia del acuartelamiento

Para el creador la movilización generada por el MSI "es como un milagro", y acota que no lo dice en tono irónico: "No es una crítica al pueblo de Cuba, porque yo creo en los milagros. Para mí son reales y obedecen a leyes que son desconocidas para nosotros, y por eso nos toman por sorpresa, nos causan asombro y nos maravillan, porque son hechos encaminados hacia el bien", dice.

"Esto que ha ocurrido es un milagro que estaba durante décadas en las oraciones de miles, tal vez millones de cubanos", reflexiona.

"Cuando me dirigí a la sede del Movimiento San Isidro tuve la sensación de que el universo estaba conspirando para que yo llegara allí", confiesa Yasser, que pasó caminando a toda velocidad entre los agentes que vigilaban la sede y fue recibido con alegría por sus compañeros. "Lo bienvenido que me sentí ahí fue como una confirmación de que estaba haciendo lo correcto", recuerda.

"Yo me sentía como parte de una película… A veces lo asociaba con una especie de reality show, porque éramos un grupo de personas por alguna razón concentradas allí de forma extraordinaria", dice en referencia a trasmitir en directo como parte de una dinámica de transparencia e inmediatez. De ese modo, los activistas mantuvieron la atención de medios y opinión pública, y movilizaron a diversos sectores de la sociedad cubana.

"Mi forma de percibir la realidad era intensa. Una intensidad que apenas bajaba. Allá adentro nada era rutina". El tiempo se expandía para Yasser, que sintió que un día en la sede del MSI era como vivir cuatro días cotidianos. "Hubo momentos de mucha tensión, mucha negatividad. La Seguridad del Estado hizo todo lo que pudo para desgastarnos emocionalmente. A pesar de eso, siempre había algún momento que, aunque yo no supiera que iba a ocurrir, todo estaba bajo control".

"Yo personalmente creo en Dios", dice Yasser, que se refugia en la fe. "Soy del tipo de persona que no propondría una huelga de hambre. Es un modo de manifestación que respeto, y admiro a las personas capaces de llevarlo adelante. Esta vez lo asumí por solidaridad, porque eres parte de un grupo que está siendo sometido a equis circunstancia, y si varios de sus miembros asumen una actitud digamos extrema, siento que debo esforzarme al mismo nivel que el resto, y por esa razón la asumí", explica sobre su huelga de hambre de 30 horas.

Yasser ha podido constatar "como la realidad se sacude a través de esas acciones" de protesta pacífica. "Ya el MSI había asumido una huelga hace dos años cuando propuso el plantón frente al Ministerio de Cultura" contra el Decreto 349, pero Yasser no participó entonces en esa acción, y en esta ocasión no quería dar un paso atrás. Asumió la huelga como un ayuno. "Mi esposa y yo practicamos un sendero espiritual, la idea del ayuno como purificación no nos es ajena, ella ha hecho ayuno en otras ocaciones. Por eso hice huelga de hambre y no de sed, y aprovecharía para purificarme y para contribuir a incidir en la realidad de alguna manera".
 
Yasser depuso su huelga tras sentir fuertes y reiterados malestares, y después de que sus compañeros le aconsejaran que apoyara en otras tareas. Desde ese momento ayudó en todo lo posible a quienes hacían huelga, convirtiéndose en una suerte de enfermero encargado de chequear la presión arterial y el peso de los huelguistas.

Vivir con un amigo que puede morir

"Es dramático ver a amigos tuyos haciendo una huelga de hambre, pero sobre todo una huelga de hambre y sed, y tú que estás chequeando sus signos vitales, estás constatando como su cuerpo se está deteriorando… Cada vez con menos energía, los ves moverse como si estar vivos les doliera", rememora.

"Más de una vez me estuve imaginando como iba a vivir con el peso de ver a un amigo morirse delante de mí. Me preguntaba como iba a vivir con eso, porque respetar la voluntad de cada quien era una máxima que nadie podía violar…. Hubo un día que yo estaba necesitando que ocurriera un milagro, y al día siguiente Luis Manuel [Otero Alcántara] cambió de huelga de hambre y sed a huelga de hambre, y eso para mí fue el milagro que yo necesitaba".

De esta acción colectiva Yasser destaca el hecho de "establecer un vínculo afectivo con un grupo de personas" que funcionaron "como una familia, una nueva familia, en el que todos se esforzaban para dar lo mejor de sí y que la convivencia fuera lo mejor posible".

Resalta que ha sido una "experiencia extraordinaria" la de "sentirte parte de una inspiración, como de un latido que ha sacudido a cubanos de todo el mundo, y los ha movido a exigirle al Gobierno una nación más humana, un trato más justo y digno para todos los cubanos. Es una experiencia un poco rara, pero de forma general es un inusual privilegio, y uno trata de estar a la altura", dice.

A pesar de los momentos de angustia que experimentó su esposa durante el acuartelamiento y la detención tras el asalto, también hay que tomarse las cosas positivamente. "Cuando llegué a casa, toqué la puerta y entré, después de tantos días, yo estaba saludando a nuestras mascotas y mi esposa me dice, entre pensativa y asombrada: 'ahora eres un héroe'", comenta Yasser entre risas.

La represión

Participar en el acuartelamiento ha representado para Yasser "ser objeto de la represión del régimen" de una manera que nunca había experimentado. El pintor define como uno de los momentos más dramáticos el asalto a la sede del MSI. "Como irrumpieron violentamente ese río de agentes disfrazados de médicos… Aunque en lo personal, contra mí en ese momento no fueron violentos, pero me condujeron fuera de un lugar del que yo no quería por mi voluntad salir", señala.

El otro momento de tensión fue "la noche en que un delincuente, seguramente convocado por ellos [la Seguridad del Estado], al que le permitieron agredirnos, atacó físicamente a Luis Manuel, lo golpeó en el rostro con una botella, trató de sacarlo de la casa, estuvo lanzando botellas, y luego con una herramienta estuvo rompiendo una puerta". Esto ocurrió al menos diez minutos, lo que confirma para Yasser que fue permitido por los agentes que vigilaban la casa.

Sueños personales y colectivos

Uno de los sueños de Yasser es vivir de su trabajo como artista. Algo que puede ser doblemente difícil por su oposición al régimen. "Siendo una persona que cuestiona al Gobierno, de cierta manera lo tienes un poco más difícil, porque el Gobierno hará todo lo posible para que tú no puedas exponer tu trabajo".

La pandemia ha cambiado su dinámica pictórica, "mucho tiempo dedicado a hacer colas para conseguir el alimento para la familia y los animales que conviven con nosotros, ha sido complicado. Y justo cuando estaba empezando a hacer una pintura, después de meses, sucede esto del acuartelamiento", dice Yasser, que ha realizado ilustraciones para el portal independiente Havana Times.

"Mi realidad se transformó en el ultimo mes. Y ahora me urge hacer otra pintura que no es aquella que había empezado", dice del artista, que sueña con hacer una serie de trabajos para exponer.

"Un sueño un poco más grande que tengo es que en Cuba haya una transición hacia la democracia, siento más ahora esa necesitad y lo siento mucho más posible. Es mi nuevo sueño", señala.

Mi mayor sueño es el de "la autorealización, mirándolo desde punto de vista espiritual, despertar de manera definitiva al dios que está durmiendo dentro de mí, ese sueño es el más ambicioso que tengo y el que más tiempo demandará de mí. No sé si lo lograré, pero ese sueño está ahí", confiesa.

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8 comentarios

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Dignidad la de este cubano; vergüenza debieran sentir sus críticos.

Vergüenza debiera sentir usted por incomodarle la verdad.

Gran idiotez y típica ignorancia decir que asumió ser vegano por una postura ética hacia la vida. ¿Acaso no se da cuenta que en Cuba hay millones de veganos como él, pero obligados, porque gracias al régimen tienen dificultad todos los días para comer carne y derivados de animales, alimentos que contribuyen al desarrollo y la vida de los seres humanos?
Creo que su único acierto en toda esta parrafada, es reconocer que el conato de huelga de hambre y sed del MSI fue un reality show.

Y tu único acierto es reconocer que en Cuba hay millones de personas que se mal alimentan, que están obligados a comer lo que aparezca, en lo de si fue un reality show lo de San Isidro ahi te equivocas de plano, te pones de parte de la dictadura, porque los reality shows se pagan, estos muchachos aunque no llevaron la huelga a sus últimas consecuencias( de lo cual me alegro infinitamente) pusieron sus vidas en peligro, los que sabemos un poco de medicina damos fe de ello, este tipo de ayuno prolongado desgasta el cuerpo y lo vulnera de muchas maneras, eso en el plano físico, ya no vamos a hablar del plano mental , por solo eso merecen nuestro respeto y admiración, amen de que con sus actos están contribuyendo al despertar de la población en general, para finalizar, en plano personal demuestra de que aunque haya gente que vive con zombies o como carneros, todavía quedan algunos con los cojones que a otros les falta, a la gente que los critica les digo: Invéntate tu propia lucha.

No jodas, ¿cuáles vidas se pusieron en peligro?
¿Tienes pruebas del supuesto ayuno prolongado?
Y no te equivoques, hay muchos cubanos que han tenido más cojones y ovarios que estos selfiesteros para enfrentarse al régimen de frente con verdaderas acciones civiles sin necesidad de acudir a un reality show de mala muerte. Unos han perdido la vida y otros han tenido que enfrentar duras condenas; esos son los que merecen ser dignos de admiración y respeto.

Muy de acuerdo con su comentario.
Sólo apuntar que hace 15 años que leo este diario y en mi humilde opinión, el pueblo cubano tiene un despertar muy lento. Vamos, que yo más que otra cosa oigo ronquidos.

El español.

Y encima vienen estos payasos motivados por intereses propios a jugar a ser patriotas.