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Sociedad

Dejar a la Revolución a cargo de todo

¿Flexibilidad o déficit moral? Un 'tema tabú' filtrado por 60 años de educación castrista asoma en Cuba.

La Habana
Un joven cubano en La Habana.
Un joven cubano en La Habana. AFP

La reciente polémica provocada por la cantante Danay Suárez, al compartir en Facebook un post en el que se comparaban los argumentos de los pedófilos para explicar sus prácticas, con los que utilizan los miembros de la comunidad LGBTI para defender su elección vital, ha tenido resonancias más allá de ese marco y ha puesto a muchas familias ante una discusión pospuesta: la disolución entre los jóvenes de algunas fronteras morales.

En muchos casos, el resultado ha sido el cuestionamiento de los padres al sistema educacional estatal. "Sin embargo, tenemos que admitir que como sociedad hicimos un pacto tácito con el Gobierno", señala Olga Lidia Hernández, bibliotecaria jubilada y abuela de dos adolescentes que, dijo, "comparten con su generación el no sacralizar preceptos que antes eran intocables".

"Ya en la distancia, considero erróneo haber cedido al Estado toda la responsabilidad de la formación del llamado 'hombre nuevo'", argumenta Hernández, quien se declara pesimista ante la posibilidad de que el Gobierno cubano pueda reencauzar su metodología educacional.

"La familia cubana tiene que recuperar su protagonismo en la formación ética de sus hijos", advierte. "Culpar al Gobierno porque los adolescentes y jóvenes de hoy ni siquiera se cuestionen los argumentos de las llamadas 'Personas Atraídas por Menores (PAM)', no solucionará el problema", añade.

"Lamentablemente, tuvo que surgir la discusión sobre las PAM para despertar a muchos padres, para que retomáramos el diálogo con nuestros hijos y revisáramos los nexos intergeneracionales", reconoce por su parte Aníbal Prado Jiménez, licenciado en Derecho y padre de tres adolescentes.

Sus hijas tienen una amiga que desde hace dos años es asediada por un adulto.

"Más allá de que históricamente los hijos se distancian de los padres, hay principios sociales que siguen y seguirán siendo sagrados. Creímos ingenuamente que la escuela se encargaría de dejar claro qué está bien y qué está mal, que dentro de ese 'acuerdo tácito' la Revolución abarcaría todo, y he aquí el resultado: nuestros hijos como presas de fenómenos de los que no hablamos dentro de la familia", agrega Prado Jiménez.

Durante décadas, el acoso sexual de adultos a menores ha sido frecuente en las escuelas cubanas, sobre todo entre profesores y alumnas, y muy marcadamente en las antiguas becas.

Muchos de los actuales padres crecieron observando ese comportamiento o sufriéndolo, mientras la sociedad y el propio sistema educativo miraban hacia otro lado y se preocupaban solo de grabar en los jóvenes la marca ideológica del régimen.

La huella está incluso en las leyes. El Código Penal vigente en Cuba protege a las niñas de entre 12 y 16 años de delitos como el abuso sexual y la corrupción de menores, mientras las niñas que sobrepasan esa edad, pero aún no arriban a la mayoría, son tratadas arbitrariamente como adultas.

La consecuencia ha sido una "normalización" en la apreciación de las nuevas generaciones de fenómenos que en otras culturas, en las que se protege más efectivamente a niños y adolescentes, son inaceptables.

La antropóloga Hilda Landrove Torres, actualmente radicada en México, considera que ese "acuerdo tácito" familia-Estado sobre la educación no solo debe ser cuestionado por la familia, sino por toda la sociedad.

Madre de dos hijas menores de edad y de un adolescente, Aracelis Cruz coincide en que muchos padres cubanos confiaron toda la educación y formación "a la Revolución", sin percatarse de los posibles déficits morales.

"Sean cuales sean las razones que nos llevaron a dejar a la Revolución a cargo de todo —las presiones políticas o el entusiasmo por participar en la supuesta restauración de una nación, en una épica—, fue nuestra responsabilidad confiar y delegar potestades al Estado", agrega Cruz.

El Código de Familia vigente establece como edad para formalizar el matrimonio los 18 años de edad, pero lo permite para las niñas de 14 y los varones de 16, si la familia lo aprueba (Artículo 3). Esto es contrario al Artículo 1 de la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño.

El Artículo 84 de la Constitución establece que las madres y los padres tienen responsabilidades y funciones esenciales en la educación y formación integral de las nuevas generaciones en los valores morales, éticos y cívicos, en correspondencia con la vida en la sociedad socialista.

"Aquí lo que debe cuestionarse es qué define, agrupa, admite o excluye esa correspondencia con la sociedad socialista", concluye Cruz.

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4 comentarios

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Ana____ El sentido original de la Revolución fue pervertido por un errático y alucinado Fidel Castro, que en su cruzada personal contra el "imperialismo" adoptó los patrones soviéticos de la familia y la sociedad. El resto es historia, que pudo ser corregida en 1989, pero que fue obviada (otra vez) por el Cenicero en Jefe, incapaz de reconocer que todo había sido un fracaso. Y como usted dice, ya esto no hay quien lo arregle.

Profile picture for user Ana J. Faya

El Estado omnipotente en Cuba bajo la conducción de Fidel Castro desplazó a la familia a un lugar secundario. Desde los inicios en los 60, las movilizaciones masivas de jóvenes (alfabetización y recogida de cultivos durante meses, y becas por años) y de sus padres (zafras, entrenamientos militares, etc) destruyó el núcleo fundamental de la sociedad. Puso en manos de maestros, incapacitados en la mayoría de los casos y ajenos al joven, el papel que los padres debían ejercer, especialmente en una edad tan crucial como la adolescencia. Para no hablar de la ligereza con que se tenían hijos y se asumía una unión marital, sin responsabilidad alguna. Si bien en muchos países fue parte de una "rebeldía" generacional, en Cuba este fenómeno fue propiciado por el Estado. Aquellas aguas trajeron estos lodos. Hoy Cuba es una nación disfuncional en todo sentido.

Totalmente de acuerdo con el autor. Recuerden la famosa frase del Che, cuyo supuesto ejemplo debia ser seguido por todos los estudiantes, "No dejo nada a mis hijos, se que la revolucion le dara lo necesario para vivir y educarse". Debo confesar que toda esa generacion de padres fue asi, vivian la aventura de estar dedicados a las labores de la "revolucion" y confiaron que el estado se encargara de nosotros. Las cosas que pasaron en las becas y las escuelas al campo dan para un pelicula de terror. Por eso y a merced de ser llamado desalmado, pienso que esa fue una generacion desauciada a la que no tratare de convencer de su metedura de pata y que nos heredaron sus cadenas, pero tampoco les debo como pienso yo

Que horror de generación, y creo que su peor error fue abandonarnos en la tempestad que esa "revolución" ha provocado en cada vida que creció a su sombra, horrores y errores los vividos por nuestra generación, aun vivo horrorizado por lo que viví en la beca, puros campos de concentración para la tortura física y mental, aun guardo en mi corazón las huellas de esa misera etapa, y culpo de ellos a mis padres, seducidos por su " revolución"