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México

Suben de escala los señalamientos de López Obrador a la prensa extranjera por temas sensibles

Esta nueva polémica entre el presidente y el ejercicio periodístico crítico e independiente tiene como telón de fondo el clima de violencia e inseguridad que ha caracterizado a México para los periodistas mexicanos.

Buenos Aires
Andrés Manuel López Obrador en una de sus alocuciones públicas.
Andrés Manuel López Obrador en una de sus alocuciones públicas. EFE

Las respuestas aireadas del presidente Andrés Manuel López Obrador, en México, ante reportajes o editoriales críticos de la prensa internacional, subieron de escala al exponer los datos personales de una periodista del estadounidense The New York Times, y luego negarse a corregir esta acción, considerada indebida según los propios organismos del Estado mexicano.

El caso, que además ha generado respuestas de diversas organizaciones internacionales dedicadas a la defensa de la libertad de expresión, estalló cuando AMLO (el acrónimo por el cual usualmente se llama al presidente) leyó en una de sus transmisiones televisivas diarias el cuestionario que le hizo llegar el periódico estadounidense.

The New York Times, siguiendo una tradición periodística de EEUU, le envió al mandatario una serie de preguntas para tener su reacción antes de publicar un reportaje centrado en los supuestos vínculos de sus hijos y colaboradores con miembros del crimen organizado.

La polémica, que ha tenido episodios en el pasado, se habría quedado solamente en el plano de las descalificaciones que suele hacer López Obrador, quien está ya en los meses finales de su sexenio en el poder. Sin embargo, el caso escaló cuando el jefe de Estado mostró en televisión el pasado 22 de febrero el número de teléfono de la periodista Natalie Kitroeff, corresponsal del diario estadounidense.

Apenas comenzaron las críticas por este hecho, AMLO dejó en claro que no había sido un error. "Lo volvería a hacer", agregó en su conferencia mañanera del día siguiente, 23 de febrero. Tales declaraciones presidenciales  se produjeron incluso luego de que el Instituto Nacional de Transparencia (INAI) abriera una investigación de oficio por la divulgación injustificada de los datos personales de la periodista.

López Obrador, quien en otras ocasiones ha cuestionado el papel del INAI y una reforma del Estado podría incluir su supresión, dijo que él como presidente estaba en derecho a defenderse de "calumnias" y que ello está "por encima de cualquier reglamento".

"Por encima de la ley está la autoridad moral, la autoridad política [del presidente]", aseveró un notablemente molesto López Obrador.

Corrupción, autoritarismo presidencial y ahora rol del financiamiento del narcotráfico en su campaña, han sido temas sensibles a los que AMLO ha respondido de manera frontal, tras publicaciones en medios de prensa internacionales. De acuerdo con un repaso elaborado por El Economista, al menos en otras siete oportunidades el presidente mexicano ha confrontado directamente a periodistas, columnistas o medios extranjeros.

Sin embargo, en este caso parece haber dado un paso más allá del cual no se arrepiente ni está dispuesto a pedir disculpas públicamente, como le ha solicitado una carta pública difundida el pasado 28 de febrero y suscrita por organizaciones de periodistas y reconocidos comunicadores nacionales y extranjeros. En esta comunicación le piden a AMLO que conceda un derecho a réplica a la periodista afectada, solicitud que ha sido ignorada por el Poder Ejecutivo mexicano.

"Esta política de descalificación y confrontación hacia los periodistas y en particular a la periodista de The New York Times es una postura y una política que se ha ido consolidando en este sexenio como una política del presidente", comenta a DIARIO DE CUBA la representante de Reporteros Sin Fronteras, Balbina Flores Martínez.

La reacción del presidente, en opinión de la periodista y defensora de la libertad de expresión, "es en el fondo una reacción de enojo por lo que se ha publicado y comentado, una reacción descalificadora".  A su juicio, el derecho a réplica del presidente, ante lo publicado por el diario estadounidense "no le da derecho a revelar datos personales", y todo esto expone a Kitroeff a amenazas u hostigamientos.

"A nosotros en Reporteros Sin Fronteras nos preocupa la publicación de datos personales de la periodista y todos los ataques que han venido después en contra de ella. Para nosotros es algo inadmisible, porque estamos en un país tan peligroso para ejercer el periodismo", sintetiza Flores Martínez desde Ciudad de México.

En enero de este año, el periodista Tim Golden, dos veces ganador del premio de periodismo Pulitzer, publicó una investigación en el medio independiente de investigación ProPublica y en esta se afirmó que el Cártel de Sinaloa entregó dos millones de dólares para la primera de las tres campañas presidenciales de López Obrador, en 2006. El reporte se basó en entrevistas a agentes estadounidenses con testigos protegidos.

En esa ocasión, López Obrador no se enfiló en contra del medio, una iniciativa sin fines de lucro, al contrario de sus respuestas ante medios como El País, The Economist o Financial Times: "No denuncio al periodista o a los periodistas, no denuncio a los medios. Denuncio al Gobierno de Estados Unidos de permitir estas prácticas inmorales y contrarias a la ética política", criticó el jefe de Estado el pasado 31 de enero.

Esta nueva polémica entre AMLO y el ejercicio periodístico crítico e independiente tiene como telón de fondo el clima de violencia e inseguridad que ha caracterizado a México para los periodistas mexicanos. El capítulo local de la ONG internacional Artículo 19 registró cinco periodistas asesinados en el país en 2023, lo cual es un descenso con respecto a 2022, cuando 13 fueron asesinados. Sin embargo, a ojos de Reporteros Sin Fronteras, tal merma no representa una mejoría sustantiva, ya que los profesionales de la información siguen trabajando sin contar con seguridad.

El clima de tensión y aprehensión, en esta complicada relación, tiene otro antecedente igualmente grave. A fines de enero la información personal de unos 300 periodistas mexicanos fue filtrada de manera ilegal a través de una página de internet que horas después fue cerrada.

La base de datos estaba formada por los periodistas que han dado cobertura en persona a la llamada "mañanera" de AMLO, sus cotidianas conferencias. Y fue elaborada con los datos entregados por los comunicadores para poder acceder al Palacio Nacional, con fines profesionales.

Finalmente, en relación al caso de Natalie Kitroeff, el periódico The New York Times también reaccionó. En la red social X, calificó lo ocurrido con su corresponsal como "una táctica preocupante e inaceptable por parte de un líder mundial en un momento en que las amenazas a periodistas van en aumento".

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3 comentarios

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AMLO, EL NARCO EN JEFE.

Cuándo le darán dos patadas por el culo a este indio Ladrador y lo sacan para un basurero?

Este tipejo ha comprobado que puede hacer lo que quiera sin consecuencias. Aprendio de Cuba, Venezuela y Nicaragua.