Una compañía de Elon Musk implanta un chip en el cerebro de un humano, pero, ¿a dónde va eso?

El multimillonario Elon Musk anunció el pasado lunes que una empresa suya, Neuralink, consiguió implantar con éxito uno de sus chips cerebrales en una persona. Inmediatamente comenzó el debate sobre si los humanos podrían controlar computadoras con su mente.

En un post en la red social X, que también le pertenece, Musk dijo que se había detectado una actividad cerebral "prometedora" después del procedimiento y que el paciente se estaba "recuperando bien". El objetivo de la empresa es que esta tecnología ayude a tratar dolencias neurológicas complejas, reportó la cadena de televisión británica BBC.

"Para cualquier firma produciendo dispositivos médicos, la primera prueba en humanos es un hito significativo", dijo la profesora Anne Vanhoestenberghe del King’s College de Londres. Según la experta, hay varias empresas trabajando en productos prometedores, pero solo pocas han logrado implantar sus dispositivos en humanos.

Sin embargo, Vanhoestenberghe advirtió que el "éxito verdadero" solo puede medirse a largo plazo, y "Elon Musk es muy adepto a generar publicidad para su compañía". Hasta el momento, no existe una verificación independiente de las afirmaciones de Musk. Neuralink no proporcionó información sobre el procedimiento. La Administración de Alimentos y Medicamentos de EEUU (FDA), tampoco se ha pronunciado sobre este anuncio.

El producto estrella de Neuralink, fundada en 2016, se llama Telepathy (Telepatía). En otra publicación en X, Musk dijo que "los primeros usuarios serán aquellos que han perdido el control de sus extremidades". Luego hizo una referencia a Stephen Hawking, el célebre científico británico que sufría una grave enfermedad neuromotora. "Imagina que Hawking se hubiera podido comunicar más rápido que un mecanógrafo o un subastador. Ese es el objetivo", aseguró el magnate.

El procedimiento que sigue la mencionada empresa conlleva implantar un pequeño chip sellado herméticamente en el cerebro del paciente. Ese chip está conectado a 1.024 electrodos diminutos, no más gruesos que un cabello humano, y funciona con una batería que se puede recargar de forma inalámbrica. Esto crearía una interfaz con una computadora externa, permitiéndole enviar y recibir señales.

Sobre esta tecnología preocupan los riesgos físicos a corto plazo (cualquier cirugía cerebral conlleva peligros), las implicaciones médicas a largo plazo y las cuestiones éticas. Un reporte de la agencia Reuters de diciembre de 2022 indicó que Neuralink estuvo involucrada en ensayos que resultaron en la muerte de alrededor de 1.500 animales, incluyendo ovejas, monos y cerdos.

En mayo de 2023, cuando Neuralink dijo que había obtenido la aprobación de la FDA para ensayar en humanos, Ryan Merkley, director de promoción de la investigación en el Comité de Médicos para una Medicina Responsable, dijo que si Musk "se preocupara por la salud de los pacientes, invertiría en una interfaz no invasiva cerebro-computadora".

En julio de 2023, el Departamento de Agricultura estadounidense, encargado de investigar las cuestiones de bienestar animal, dijo no haber encontrado ninguna violación de las leyes de investigación con animales en la firma de Musk, aunque sigue con una investigación independiente en curso.

El hecho de que la FDA aprobara el ensayo en humanos implica que la empresa de Musk superó algunos de sus obstáculos.

Quizás la preocupación más seria son las consecuencias a largo plazo de tener un dispositivo como este funcionado en el cerebro, un órgano complejo del que todavía se desconoce muchísimo. Como es una industria incipiente, no hay suficientes datos sobre los daños potenciales. Esto cambiará con los experimentos en humanos y será clave para el desarrollo de productos similares.

Estas tecnologías implican también cuestiones éticas: preocupaciones sobre la protección de datos, los usos potenciales que puedan tener, y la posibilidad de mejorar las habilidades cognitivas humanas.

Otros países ya trabajan en sus propios proyectos para desarrollar la neurociencia. En China existe un centro dedicado exclusivamente a la investigación e innovación en el campo de la integración entre el cerebro y las computadoras.

Si bien Musk colocó esta tecnología en el centro del debate con su anuncio, lo cierto es que algunos de sus rivales acumulan un historial de trabajo que se extiende por las últimas dos décadas. La empresa estadounidense Blackrock Neurotech, con sede en el estado de Utah, implantó la primera de sus muchas interfaces cerebro-computadoras en 2004.

Precision Neuroscience, formada por uno de los cofundadores de Neuralink, también pretende ayudar a personas con parálisis. Su implante se asemeja a un trozo muy delgado de cinta que se coloca en la superficie del cerebro y puede implantarse a través de una "microhendidura craneal", que, según dice, es un procedimiento mucho más simple.

En dos estudios científicos recientes realizados por separado en EEUU, se utilizaron implantes para vigilar la actividad cerebral cuando una persona intentaba hablar. Luego eso podría decodificarse para ayudar al paciente a comunicarse.

Entre las otras empresas que han logrado avances similares en este campo se encuentra la École Polytechnique Fédérale de Lausanne (EPFL), en Suiza, que consiguió que un hombre paralítico pudiera caminar con solo pensar. Esto se logró colocando implantes electrónicos en su cerebro y columna para enviar órdenes de forma inalámbrica a sus piernas y pies. Los detalles de este avance se publicaron en la revista Nature en mayo de 2023.