¿Milei es un peligro para la democracia en Argentina?

El rotundo triunfo de Javier Milei, en las recientes elecciones presidenciales en Argentina, con una diferencia cercana a los 12 puntos sobre el peronista Sergio Massa, que no previó ninguna encuesta, puso de relieve la apuesta por un cambio entre los argentinos y la decisión mayoritaria de rechazar la posibilidad de que el peronismo continuara en el poder por otros cuatro años.

La victoria de Milei fue inesperada en tales dimensiones ya que se preveía un resultado más ajustado. El exdiputado libertario ganó en 20 de las 23 provincias, así como en la Ciudad de Buenos Aires. En algunas regiones sacó más de 30 puntos de diferencia, mientras que, en la provincia de Buenos Aires, que ha sido un bastión tradicional del peronismo, casi empató con Massa.

Todo esto apunta a que el mandato del presidente electo es efectivamente nacional y una clara señal del cambio de época que vive Argentina. DIARIO DE CUBA ha presenciado discusiones en ámbitos académicos donde analistas se cuestionan su propia incapacidad de leer los nuevos tiempos del país sudamericano, en medio de la incertidumbre que rodea al Gobierno de Milei y sus venideras decisiones, especialmente en materia económica, a partir de este 10 de diciembre.

El politólogo Andrés Malamud, quien sigue la dinámica de su país desde Portugal donde ejerce como profesor, ha resaltado que Milei no representa un peligro para la democracia argentina, tal como pregonaba el ministro y candidato Massa en la campaña, ya que en sí no tiene una postura en contra del sistema democrático sino en contra del establishment, a lo que de forma exitosa —en términos de impacto público— logró bautizar como "la casta".

Malamud sostiene que para la democracia argentina no constituye un peligro el ascenso al poder de una figura como Milei, en tanto la continuidad peronista sí representaba un riesgo. "La alternancia no pone en riesgo la democracia. Lo que pone en riesgo la democracia es la eternización", apunta Malamud en una extensa entrevista con La Nación.

En esta misma dirección apunta el analista y profesor universitario Ignacio Labaqui, quien ha recordado a DIARIO DE CUBA que mantuvo esta misma tesis. A su juicio, aunque haya ganado en votos, Milei no ejercerá un gobierno fuerte, como podría haberlo sido uno de Massa, dado que deberá hacer pactos en el ámbito legislativo al ser minoría en el Congreso, tendrá a muchas instituciones en contra porque han sido cooptadas por el peronismo, así como gremios y sindicatos.

Una alternancia en el poder, en sí misma, es una buena señal democrática en opinión de Labaqui, ya que habla de una capacidad de resiliencia en el sistema político e institucional de Argentina.

"El sistema democrático argentino no está en peligro. Al contrario, que los 40 años de democracia se festeje sin el kirchnerismo en el poder, es una señal inequívoca de fortaleza. Milei está abriendo su espacio, y le toca una tarea muy difícil", comenta a DIARIO DE CUBA el politólogo Walter Molina Galdi.

El triunfo de Milei ha coincidido con las celebraciones oficiales de los 40 años del fin de la dictadura militar, que dio paso a un Gobierno democrático encabezado por el conservador Raúl Alfonsín, cuya figura fue usada en la campaña electoral para llamar a votar en contra de Milei.

Molina Galdi pone de relieve hechos simbólicos que reflejan el cambio por el que apostaron los argentinos. Ni en la provincia de Santa Cruz, un tradicional feudo de los Kirchner, ni el municipio de Tigre, donde gobernó Massa, triunfó el peronismo, sino que ganó Milei.

"Mientras sus detractores apostaron por Massa como padrino de la democracia y se declararon en defensa del sistema con estridencia, el voto vergonzante de sectores pauperizados que sufrieron el descontrol inflacionario bajo la gestión del ministro-candidato migró en masa hacia Milei", apunta el periodista Diego Genoud, en un texto crítico sobre el triunfo del ultraliberal, una figura estridente de las pantallas de televisión hasta hace apenas dos años, cuando fue electo diputado federal.

Genoud, en su texto publicado por el portal La Política OnLine, pone en el tapete el apoyo que dio el expresidente Mauricio Macri y la excandidata presidencial conservadora Patricia Bullrich, para explicar en parte el crecimiento que tuvo el presidente electo en las urnas. A juicio de otros analistas, creció de forma vertiginosa por el deseo de desalojar al peronismo en el poder, especialmente entre los más jóvenes, un sector subrepresentado en los estudios de opinión, tal como apunta ahora la crítica sobre las encuestadoras.

A diferencia de lo anunciado en la campaña, Milei parece tener otras prioridades en materia económica y lo ha hecho saber a la sociedad argentina a través de distintas entrevistas de radio y televisión: vendrá un programa de ajuste que todos los analistas financieros consideran inevitable.

Aspectos como la dolarización o la eliminación del gasto social han quedado rezagados. La prioridad, según lo que se ha conocido hasta ahora, serán una importante devaluación del dólar oficial para acercarlo al llamado dólar blue (del mercado negro), ajustes significativos en gastos públicos y una inflación inducida. Según Milei serán seis meses duros para la sociedad y tal como señala Genoud pondrán a prueba a quienes le votaron de forma masiva.