La noria de la opinión pública en Venezuela ha dado una nueva vuelta y la crisis económica y social, recrudecida en este 2023, ha terminado por castigar severamente al régimen de Nicolás Maduro. Los venezolanos que se autocalifican de chavistas suman escasamente 20,7%, pero el apoyo al gobernante que buscará la reelección en 2024 es aun menor según una encuesta nacional.
Félix Seijas, experto en opinión pública y director de la firma Delphos, confirmó a DIARIO DE CUBA que según los datos históricos que ha recabado, en este mes de otubre se registra el punto más bajo para el chavismo, incluso por debajo de momentos álgidos como los que se vivieron durante las duras represiones de 2014 y 2017.
El trabajo de campo realizado por Delphos concluyó el 9 de octubre y fue encargado por el Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello.
Un 20,7% de los venezolanos consultados dijeron identificarse como chavistas, pero solo 9,5% está en la categoría de voto duro a favor de Maduro. En realidad, el 11,2% se define como chavista pero descontento con el gobernante, quien en su momento fue ungido como su heredero por el propio Hugo Chávez, en diciembre de 2012, en lo que terminó siendo la última aparición pública del comandante.
La caída de la autodefinición política como chavistas, recuerda Seijas, incluso comenzó en la época final de Chávez en el poder entre septiembre de 2012 y enero de 2013, cuando se ubicaba en torno al 56%. Una vez fallecido Chávez y estando ya Maduro como presidente con pleno ejercicio del poder, este indicador cayó abruptamente a 38% en enero de 2014 y desde entonces nunca más recuperó tal nivel.
Durante las represiones de la protesta civil que ordenó Maduro en 2014 y 2017, por las cuales está siendo investigado su régimen por delitos de lesa humanidad, la autodefinición descendió a 35% y 28% respectivamente. Tras dos años de relativa estabilidad política y ligero crecimiento económico, el indicador se ubicó cercano al 30%, en enero de este año. En la medida en que fue transcurriendo 2023 y la crisis social y económica se agudizó nuevamente, descendió el apoyo a su nivel más bajo históricamente.
Esta notable merma de identidad chavista entre los venezolanos tiene lugar cuando el régimen de Maduro negocia con EEUU y factores de la oposición democrática unas elecciones presidenciales para el segundo semestre de 2024.
Una demanda hecha por su Gobierno es la flexibilización de las sanciones de Washington, y con este ingreso —según pronostican analistas— afrontar una campaña electoral basada en el reparto de ayudas económicas a los más pobres y empleados públicos, tratando de reproducir un modelo de control social que en el pasado le rindió frutos electorales al chavismo.
Aunque no se identifican con los actuales referentes de la oposición, según Seijas, un 70% de los chavistas descontentos con Maduro ven como necesario o muy necesario un cambio en el país. De acuerdo con el estudioso de opinión pública, este sector eventualmente estaría abierto a escuchar discursos opositores que hagan sintonía con su visión del país.
Muestra del malestar social imperante en Venezuela, que algunos analistas asemejan con una olla de presión, está en este dato. Uno de cada cuatro chavistas estaría dispuesto a salir a protestar en contra del Gobierno de Maduro. En el campo opositor "duro" esto se eleva a siete de cada diez.
La realización de elecciones libres en Venezuela es una demanda en la que coinciden tanto EEUU como Canadá y la Unión Europea. Sin embargo, es un tema que el chavismo parece modelar como plastilina.
Uno de los temas álgidos a resolver en las negociaciones a tres bandas entre Caracas, Washington y la oposición pro democracia, tiene que ver con las inhabilitaciones espurias dictadas por la Contraloría General y que de facto les anulan derechos políticos a líderes opositores. En el pasado, las inhabilitaciones parecían inhibir a los venezolanos a respaldar a quienes estaban inhabilitados.
En la actualidad, quien encabeza los sondeos de cara a las elecciones primarias de la oposición es justamente María Corina Machado, inhabilitada por la Contraloría. Con esto, los venezolanos parecen dar un mensaje de desobediencia al régimen de Maduro.
Mientras la comunidad internacional le solicita que levante las inhabilitaciones, el chavismo terminó por colocar al frente del órgano electoral al funcionario artífice de estas medidas. Elvis Amoroso, una ficha política de Diosdado Cabello y quien estaba al frente de la Contraloría, fue designado como presidente del Consejo Nacional Electoral (CNE), el órgano que organizará los comicios de 2024.
Lo que vale es el resultado el dia de la eleccion presidencial. Maduro y su gente con el apoyo de la dictadura cubana convertiran ese 10% a favor de Maduro en el porciento que sea necesario para que ese mamerto sea presidente "democraticamente electo". La dictadura castrista no puede dejar que pierda Maduro, por eso creo que esas elecciones seran una trampa.
Historias parecidas: caudillos muertos y sustitutos puestos a dedo.
Pero Cuba no es Venezuela.
Ni empresas Delphos ni universidades Andrés Bello tendrán en esta isla la posibilidad de poner en números el apoyo o rechazo de este pueblo sufrido a su gobierno único, eterno y huérfano de elecciones.
La "unidad nacional" del pueblo cubano contra el imperio que lo bloquea y la "decisión popular " de seguir, contra viento y marea, en el camino de la continuidad socialista son discursos grabados en piedra.
Quien diga lo contrario es un "odiador" mercenario del imperio.
¿ estaremos, realmente, los cubanos condenados a vivir eternamente en esas mentiras?
La unidad de Canel con su pueblo hoy es la misma que tenía Luís XVI con los franceses de 1789.