Con el resultado de una encuesta nacional que la posicionó de forma clara, la triada de partidos que espera derrotar electoralmente al mandatario Andrés Manuel López Obrador tomaron el pulso de la sociedad mexicana y se inclinaron por entregarle el testigo de la carrera presidencial a la senadora Xóchitl Gálvez, quien ha agitado el debate político con su irreverencia.
El 30 de agosto se difundió una encuesta que le daba un 57% de preferencias y ayer tuvo lugar el acto, aunque de forma previa los tres partidos que conforman el Frente Amplio por México se fueron decantando en sus respaldos a la candidatura de Gálvez, cuya popularidad y reconocimiento ha crecido de forma sustantiva en cuestión de semanas gracias a sus contrapuntos públicos con el presidente López Obrador.
Gálvez, en un acto público rodeada de miles se seguidores, recibió las credenciales de candidata por parte del Partido de la Revolución Institucional (PRI), el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y el Partido Acción Nacional (PAN), con lo cual tiene un abanico ideológico desde posiciones de izquierda moderada, centro y conservadores.
Los presidentes de los tres partidos, unidos de forma inédita para hacer frente al peso mayoritario que tiene AMLO (el acrónimo del jefe de Estado y una forma habitual de llamarle), ungieron a la senadora quien fue electa legisladora por el PAN, pero sin ser una figura que se vea ligada a las posiciones conservadoras de este partido. El punto negativo en el acto fue la ausencia de la senadora del PRI, Beatriz Paredes, la única aspirante que se sostenía en medio de una ola creciente de respaldo a Gálvez, y cuya declinación finalmente se presume fue forzada por el partido.
AMLO, que no opta por la relección, pero quien está en campaña permanente a través de sus "conferencias de prensa" cada mañana, ya terció en el tema y dijo que Gálvez era la candidata gracias a un "pacto de cúpulas". Las encuestas, sin embargo, la muestran como la mejor opción para enfrentar, casi con seguridad, a la ahijada política de López Obrador, la exjefa de Gobierno de la capital mexicana, Claudia Sheinbaum.
Morena, el partido que fundó López Obrador tras haber sido militante del PRI y del PRD en décadas anteriores, dará a conocer el nombre de su candidato o candidata este 6 de septiembre. El presidente usó un enrevesado modelo de encuestas en el cual no se privilegia solamente la popularidad o aceptación popular, sino la percepción de que esa persona pueda darle continuidad al legado, a las políticas iniciadas en 2018 por AMLO cuando asumió la Presidencia.
Según las encuestas previas, Sheinbaum va por encima del excanciller Marcelo Ebrard, pero este tiene más reconocimiento en las regiones del país, además de haber ejercido un cargo estratégico como canciller del Gobierno de López Obrador entre 2018 y este año, cuando al igual que Sheinbaum debió renunciar para meterse de lleno en la lucha por la candidatura, un requisito que les puso el mandatario a sus adláteres.
Las elecciones presidenciales serán el 2 de junio de 2024 pero en estos primeros días de septiembre sencillamente se ha dado el pistoletazo de inicio para lo que será una inédita carrera presidencial. Ya la presencia de Gálvez marca un hito y, si se enfrenta finalmente a Sheinbaum, México tendrá con toda certeza una mujer rigiendo los destinos del país a partir de 2024 y por un lapso de seis años.
De acuerdo con Andrés Oppenheimer, columnista del Miami Herald, la oposición mexicana se anotó un gol al escoger a la senadora. Ella, ha recordado este periodista con amplio conocimiento de América Latina, "es hija de un indígena, nació en la pobreza y se convirtió en una líder empresarial y política", con lo cual encarna varios simbolismos que se conectan con la población mexicana.
"Tiene la gran ventaja de no ser una política tradicional. Aunque formalmente pertenece al PAN, de centroderecha, nunca fue parte de la cúpula partidaria. De hecho, ganó las primarias de su postulándose contra los candidatos apoyados por la cúpula de su partido", apunta Oppenheimer.
Gálvez, de 60 años, según este analista, se inscribe en una ola de figuras outsiders que están conformando una nueva ola de gobernantes en la región. En el caso de Gálvez, además, se ha comentado su capacidad para debatir con López Obrador a través de las redes sociales, llegando incluso a sacar de sus casillas al mandatario, quien cumplirá 70 años en noviembre.
De acuerdo con una encuesta encargada por el diario El Financiero, difundida hace tres semanas, en unas hipotéticas elecciones presidenciales entre Gálvez y Sheinbaum, la senadora de oposición obtendría el 34% de las preferencias, ocho puntos por debajo de la exjefa de Gobierno, quien captaría el 42%.
Sin embargo, acota El Financiero, la misma pregunta hecha con anterioridad mostraba una brecha mayor, y en las últimas semanas creció la popularidad de la senadora de oposición, mientras que se mantuvo estable el apoyo a la exjefa de Gobierno de la capital de México.
Es muy probable que la contienda electoral del próximo año sea entre dos mujeres.
Las encuestas en México, dan ganadores a quien las paga, El periodista que escribió, parece no saber que Lopez Obrador, no puede aspirar a la Presidencia, no porque no quiera, sino porque la Constitución Mexicana, prohibe expresamente la reelección, se puede ser Presidente una sola vez. Aparte de que la complicidad por omisión de López Obrador con el sicariato y el narcotráfico le han generado muchos opositores, su autocomplacencia, y la sarta de disparates que habla en las mañaneras. Lo hacen un cadáver político en proceso de descomposición.
-Xóchitl para presidente de México--.-Xóchitl para presidente de México--.-Xóchitl para presidente de México--.-Xóchitl para presidente de México--.-Xóchitl para presidente de México--.-Xóchitl para presidente de México--.-Xóchitl para presidente de México--.-Xóchitl para presidente de México--.