La Compañía de Jesús, la congregación católica que ha conocido diversas expulsiones y retornos a países a lo largo de la historia, inscribe un nuevo capítulo en su historia de ser sancionada desde el poder. En Nicaragua, el dictador Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo disolvieron la presencia de los jesuitas y el Estado incautó sus bienes.
La decisión, una suerte de clímax en una seguidilla de acciones en contra de la Iglesia Católica y de las organizaciones sociales y educativas en Nicaragua, constituye una afrenta contra el papa Francisco, según fuentes católicas consultadas por DIARIO DE CUBA, dado que el pontífice no solo es el primer latinoamericano sino el primer jesuita en alcanzar el papado en la historia de la Iglesia.
La Compañía de Jesús en el país centroamericano, según un miembro de la Comisión de Provinciales Jesuitas de América Latina, apostó por mantener un bajo perfil en los dos últimos años mientras tenía lugar en el país una razzia contra la sociedad civil. Desde 2018 han sido ilegalizadas más de 3.000 asociaciones, aunque la estrategia autoritaria cobró fuerza a partir de 2021.
En mayo del año pasado, la Compañía de Jesús lamentó la cancelación de las personerías jurídicas de la Asociación Ángelo Giuseppe Roncalli y del Instituto Histórico Centroamericano (IHCA), ambas de los jesuitas, por órdenes del Gobierno sandinista que encabezan Ortega y Murillo. Sin embargo, la condena tuvo más bien bajo perfil.
DIARIO DE CUBA tuvo conocimiento que la Compañía de Jesús dentro de Nicaragua pidió a sus pares en América Latina que no hicieran mucho revuelo, en los días previos a la ilegalización de la Universidad Centroamericana, dado que se sostenían negociaciones febriles con el régimen.
Empero, como reportó DIARIO DE CUBA, la emblemática UCA fundada por los jesuitas en El Salvador y Nicaragua, hace seis décadas, vio cómo se tomaba su sede y se ilegalizaba la presencia de la congregación católica en el campus. El 17 de junio se declaró extinta a la UCA y para ocupar sus edificaciones y atender a sus estudiantes el régimen creó la universidad estatal Casimiro Sotelo.
Como ha ocurrido con centenares de casos previos, el sandinismo apeló a una serie de galimatías legales para justificar la decisión que de plano disuelve la presencia de la Compañía de Jesús en Nicaragua y junto a eso se expropian los bienes de la congregación.
El Ministerio de Gobernación de Ortega y Murillo dijo este miércoles 23 de agosto que no estaba ajustada a derecho la personería jurídica de la Asociación Compañía de Jesús de Nicaragua. El régimen sostiene que los jesuitas "no reportaron sus estados financieros de los años 2020, 2021 y 2022". Asimismo, le acusaron de tener "su junta directiva vencida desde el 27 de marzo de 2020".
En Roma, tanto el papa Francisco, como el "papa negro", el superior de los jesuitas, el venezolano Arturo Sosa, han optado por tener un lenguaje cauto ante los desmanes del Gobierno nicaragüense que han afectado a la Iglesia Católica en general y a la Compañía de Jesús en particular. El foco latinoamericano que tiene Roma con estos dos jesuitas, según analistas, más bien ha sido tímido frente al sandinismo.
"Lo referido al destino de los bienes muebles e inmuebles de conformidad a lo establecido en el Artículo 47, párrafo 2, del Reglamento de la Ley 1115, corresponderá a la Procuraduría General de la República realizar el traspaso de estos a nombre del Estado de Nicaragua", dictaminó el ministerio sobre las propiedades de los jesuitas. Ya la semana pasada le habían expropiado todos los bienes de la UCA.
Asimismo, el pasado 19 de agosto la Policía se tomó la casa residencial de los jesuitas en Managua, aledaña a la UCA. Los policías desalojaron a los jesuitas que solo pudieron llevarse sus efectos personales indispensables, el resto resultó confiscado por el Estado.
Días atrás, igualmente, extrabajadores de la extinta UCA denunciaron que miembros de sindicatos sandinistas les informaron de que solo contará con 100 colaboradores para laborar en la estatal Universidad Casimiro Sotelo. La comunidad educativa de la UCA ascendía a más de 5.000 estudiantes y 500 docentes, sin incluir el personal administrativo y de servicio.
"La Provincia Centroamericana de la Compañía de Jesús sostiene que la confiscación de facto de los bienes de la UCA es una represalia por el trabajo que ha hecho esta institución en la búsqueda de una sociedad más justa, así como por su compromiso para proteger la vida, la verdad y la libertad del pueblo nicaragüense", señala un comunicado emitido por la Asociación de Universidades Jesuitas de América Latina.
Además de la UCA, la Compañía de Jesús de Nicaragua tiene al Instituto Loyola y el Colegio Centroamérica, con 76 años y 106 años de fundación, respectivamente. Sin embargo, ambas instituciones educativas tienen su personería jurídica por aparte. Se espera que el siguiente paso del régimen sea contra estos centros educativos católicos de educación primaria y secundaria.
"La mezcla de arbitrariedad, postración, represión, desdén y oscurantismo de la que hace gala el dictador con esta medida y otras que la preceden no tiene parangón", editorializó desde Costa Rica el diario La Nación, para condenar las acciones más recientes del régimen autoritario. "Ni siquiera (Anastasio) Somoza llegó a tales extremos durante los momentos más duros de su dominio (1967-1979)", sostuvo el editorial.
Bueno, ya les queda un poco menos para dejar la universidad como la de la Habana, con todos los laboratorios cerrados y sus estudiantes militarizados y analfabetos para permitirse el lujo de traficar con los "esclavos titulados".
No don Carlitos yo creo que el papa es más hijo de puta que los tres mencionados por usted , ese es el Diablo 👿 vestido de oveja y no tiene perdón , los otros son hijitos de Putin.
yo no sé que mierda piensa la pareja de "tortolitos" en el poder en Nicaragua. los hermanitos en la isla empezaron jóvenes pero a estos dos lo que les queda de vida es una "afeitá¨.
Este antipapa Francisco, que en realidad es el anticristo, es un viejo hipócrita, falso, cínico y tan hijo de puta como lo son AMLO, Borrel y Lula. Todos estàn de acuerdo para seguir impulsando al castrochavismo en América Latina.