El chavismo intensifica su persecución contra el Partido Comunista de Venezuela

El mes de mayo en Venezuela concluyó con una intensificación del cerco oficial contra el Partido Comunista de Venezuela (PCV), otrora aliado del chavismo. La detención de Franklin González, quien forma parte del Buró Político de esta agrupación, ha terminado por ser el más grave hecho en una cadena de sucesos que buscarían ilegalizar a la actual directiva del partido.

El Buró Político del PCV denunció la noche del 31 de mayo la detención arbitraria de González, en el estado Apure, fronterizo con Colombia, acusado de robo de ganado. El dirigente comunista, como ha hecho el chavismo con opositores y disidentes, fue detenido e incomunicado desde un día antes, con paradero desconocido según sus familiares.

El PCV denunció que el martes 30, la Policía regional allanó una unidad productiva agropecuaria y que González buscaba recuperar unos animales que le habían presuntamente robado. La denuncia del dirigente comunista se revirtió en su contra y terminó apresado por hurto de ganado.

A través de su cuenta en Twitter, la conocida periodista Sebastiana Barráez aseguró que el dirigente comunista tenía su documentación al día, demostrando que el ganado era suyo. Barráez sostiene que el encarcelamiento de González pudiera enmarcarse en los intentos del Gobierno de Nicolás Maduro y del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) de judicializar al PCV, como se hizo con otros partidos opositores, para que las siglas sean entregadas a factores cercanos al chavismo.

Tal estrategia se usó con partidos opositores como Primero Justicia y Acción Democrática, así como con antiguos aliados del chavismo cuando su dirigencia expresó críticas públicas como en los casos de los partidos venezolanos Podemos y Movimiento Electoral del Pueblo.

Según analistas, si bien el PCV no tiene un enorme caudal de votantes, su tarjeta electoral roja con un gallo es uno de los símbolos tradicionales de la política venezolana. Sustraer esas siglas y símbolos de la actual dirección comunista, que cuestiona agriamente a Maduro, para entregárselos a factores afines al Gobierno, formaría parte de cómo el régimen se prepara las elecciones presidenciales de 2024.

Expertos en temas electorales, como el periodista Eugenio Martínez, sostienen que la observación electoral internacional debería documentar hechos de este tipo, que ocurren muchos meses antes de los comicios, puesto que el día de las votaciones en general el chavismo intenta mostrar un clima de normalidad electoral.

Una semana antes de la detención de González, en el estado Apure, el número dos del régimen y vicepresidente del PSUV, Diosdado Cabello, fustigó de forma directa a la dirección del PCV, una organización comunista fundado en 1931, siendo en la actualidad el partido activo y registrado legalmente más longevo de Venezuela.

"No es el Partido Comunista, es una pequeña cúpula. El PCV tiene una historia extraordinaria en este país pero la actual cúpula que dirige al Partido Comunista está muy podrida. Está contaminada del discurso de EEUU, utilizan el mismo discurso del imperialismo para atacar al Gobierno del compañero Nicolás Maduro", criticó Cabello en su programa de televisión "Con el mazo dando" el pasado 24 de mayo.

La investigadora en derechos humanos Marianna Romero ha documentado diversos casos en los cuales una crítica explicita de Cabello en su programa de televisión semanal por la señal de televisión oficial deviene en una suerte de orden de captura, porque luego de que habla el número dos del chavismo se activan diversos mecanismos para detener o sancionar a los señalados en el programa de TV.

Junto a la detención de González, denunciada por el PCV el 31 de mayo, la dirección comunista diez días antes había denunciado la realización de un supuesto "pleno de militantes". Según el secretario general del partido, Oscar Figuera, la asamblea fue promovida desde el Gobierno de Maduro buscando que se desconocieran los procesos internos y las actuales autoridades del PCV.

Justamente el 24 de mayo Cabello se refirió a esta iniciativa, y la saludó: "Nosotros no nos metemos en eso, pero un grupo de militantes denuncia que ellos (la dirección del PCV) no hace congresos, ni plenos, no hacen nada (…) es muy sencillo, reúnanse con los militantes de su partido, pero no tienen el coraje".

En 1961, al calor de la naciente Revolución Cubana, el PCV decidió abrazar la lucha guerrillera y fue ilegalizado en esos primeros años de la naciente democracia venezolana, establecida en 1958 tras la caída de la dictadura militar que encabezaba Marcos Pérez Jiménez.

En 1968 el partido nuevamente se encausó por la ruta democrática y electoral, tomando distancia del Partido Comunista de Cuba (PCC) y fortaleciendo sus nexos con la entonces Unión Soviética.

Durante más de dos décadas, el PCV fue un fiel aliado del chavismo. Aunque, según analistas, por lo general el PSUV lo mantuvo relegado con un rol secundario en alianzas políticas y electorales que rodearon a Hugo Chávez desde que decidió incursionar en la ruta electoral en 1996, de cara a las elecciones que tuvieron lugar en 1998, que significaron su ascenso al poder.

En 2006, cuando Chávez alcanzó su clímax político al ser reelecto, y pidió a los partidos que le venían apoyando crear una fuerza unitaria, que luego fue el PSUV, la dirección del PCV de entonces se negó y se hizo patente una distancia, sin llegar nunca a una ruptura abierta.

El divorcio político entre el PCV y el régimen de Nicolás Maduro se hizo público este 1 de mayo de 2023.

"Y cuál y cuál y cuál revolución/ Si este Gobierno es hambre, miseria y corrupción", coreaban en las calles de Caracas los militantes del nonagenario PCV. El comunismo venezolano escogió la simbólica fecha del Día Internacional del Trabajador para romper con el Gobierno "del primer presidente obrero de Venezuela", como le gusta autodefinirse a Maduro.