El XXII Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros recién celebrado en La Habana, que el régimen cubano presentó como un encuentro para concertar alianzas y ratificar la unidad de los 73 grupos políticos presentes, acabó sacando a la luz las contradicciones de esas formaciones de interés ideológico.
El día final de la cita, Héctor Rodríguez, miembro del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Venezuela (PCV), acusó en su discurso al régimen de Nicolás Maduro de imponer en ese país "un agresivo ajuste económico" de corte neoliberal y de perseguir a los grupos obreros que se oponen a esas políticas.
"La de Venezuela es una experiencia concreta que revela los límites del progresismo. De la política antimperialista, de nacionalización de los sectores estratégicos, de lucha contra el latifundio y de defensa de los derechos sociales y laborales, se pasó a la agenda económica neoliberal de privatizaciones, liberación de precios, devolución de tierras a los terratenientes, desregulación laboral y desmontaje de conquistas sociales", denunció Rodríguez ante el plenario estupefacto del Palacio de las Convenciones de La Habana.
"Las sanciones criminales del imperialismo representan una importante traba para la economía del país, agudizando los sufrimientos del pueblo trabajador. El Partido Comunista de Venezuela ha sido y continua siendo firme y contundente en la condena de las ilegales sanciones y la injerencia imperialista, de la misma forma que rechazamos y combatimos que estas se utilicen para justificar la deriva neoliberal del actual Gobierno, la política de criminalización de las legítimas luchas de la clase obrera y del movimiento popular", prosiguió.
"Debemos decirlo: el Gobierno del presidente Nicolás Maduro está implementando un agresivo ajuste económico dirigido a brindar garantías al capital mundial y nacional; ellos mismos lo dicen".
Según el funcionario del PCV, esas políticas de Caracas están "amplificando los efectos de la crisis y las sanciones imperialistas sobre los hombros de la clase trabajadora venezolana".
"Piedra angular del ajuste es la política laboral. El salario mínimo no llega a 15 dólares mensuales y cada día se deteriora con el avance de la inflación y la devaluación de la moneda. Los patronos aprovechan esta situación para 'desalarizar' los ingresos de los trabajadores, fijar los pagos según la libre regulación del mercado laboral e imponer condiciones de sobrexplotación de las masas trabajadoras. De esta política de saqueo y explotación de la fuerza de trabajo es de donde brota lo que el Gobierno llama el 'milagro económico de Venezuela'. El típico crecimiento capitalista que eleva la precariedad, la pobreza, la desigualdad social y estimula la migración forzada, porque se alimenta del sacrificio de los trabajadores".
Según Rodríguez, la resistencia de los trabajadores a esas políticas está siendo "respondida con persecución, criminalización y judicialización de las luchas. Abundan los casos de los trabajadores despedidos, judicializados y detenidos por pelear por sus derechos y denunciar la corrupción en las empresas públicas y privadas".
Asimismo, el funcionario se quejó de que a su partido, tradicional aliado del chavismo, se le niega el uso de la palabra en el Parlamento y se les impone "una brutal censura comunicacional, y en pasados procesos electorales se nos ha violentado el derecho a presentar candidaturas independientes".
"Alertamos a los partidos comunistas del mundo que está en desarrollo un plan dirigido a ilegalizar al PCV y a asaltar su dirección política", advirtió.
En indirecta respuesta a las palabras de Rodríguez, Miguel Díaz-Canel ratificó "el invariable apoyo" de su Gobierno a la Revolución Bolivariana y a Maduro en su discurso de clausura de la reunión. El de su aliado fue el único nombre propio de político en activo que usó en su intervención. Estas palabras, además, fueron respondidas con una salva de aplausos de los reunidos.
Aliado histórico de Hugo Chávez y apoyo de Nicolás Maduro, el PCV rompió con el régimen de Caracas a inicios de 2021 a partir de similares argumentos a los invocados por Rodríguez en La Habana. La organización comunista llegó a alertar que las políticas autoritarias del Gobierno de Maduro podrían "conducir al fascismo". No obstante, su reclamo por el retorno a un chavismo puro inexistente explica su ínfimo apoyo en las urnas.
Como se llama el plato, digo, la escena?: “Calamares en su tinta”.😀
Puro teatro.
Maduro es un zorro que puede perder el pelo, pero no las mañas. Las reformas que ha hecho en Venezuela y que han sido objeto de quejas en la Habana, no son porque él haya dejado de ser un comunista que ahora apoya la libre empresa y la economía de mercado, sino una movida por la necesidad de sobrevivir a las sanciones impuestas al régimen chavista y la precariedad en que se encuentra la industria petrolera, su principal fuente de ingresos.
Con esos truenos el muy bandido sabe que su permanencia en el poder se encuentra en riesgo.
Por eso está tratando de superar la profunda crisis que agobia a los venezolanos. Ya sustituyó prácticamente a todo el viejo aparato chavista que le rodeaba por gente nueva capaz de atraer a empresarios y crear confianza en la comunidad internacional, incluso, dispone de un equipo de asesores económicos (todos graduados en universidades de USA y Europa) que al menos están logrando que en los anaqueles de los supermercados la gente ahora encuentre comida.
Todo es una comedia política, mal elaborada, cómo siempre, por los bufones de Labana, siempre inventando algo para legitimar cómo democrática la Dictadura de Cubazuela. Más de lo mismo, la misma bobería, la misma chapucería involucionaria.
Tu eres de Pinan ded rio ?
Las declaraciones de este hombre en La Habana son un mensaje público de terror al señor Maduro por la reducción de "ayudas" a Cuba. Obviamente las negociaciones secretas con Caracas han fracasado cuando dan semejante paso que afecta la percepción de una "solidaridad inquebrantable" entre ambos gobiernos. Para mi es un misterio este escenario de insolidaridad.
Debe andar con pies de plomo el presidente venezolano, porque su vida política y de poder pudiera correr peligro ya que fue puesto en el cargo por los cubanos, a menos que se trate de una maniobra para que pueda decir que no puede avanzar en sus políticas económicas pues la relación con Cuba colapsaría, algo que por supuesto alegrarían al histórico coronel golpista Cabello y otros nacionalistas.
Cuando Díaz-Canel responde que su alianza con Nicolás Maduro seguirá 'invariable', pretende enviar un mensaje: "hasta aquí te perdonamos". Realmente se trata de una diplomacia muy siniestra e irrespetuosa de la soberanía venezolana.
Todo esto diera risa si no hubiera dos países, dos pueblos involucrados en este sainete. Maduro ni idea tiene de qué es el comunismo porque en Venezuela nunca ha existido. Pero el que lo acusa, tampoco. Y Díaz-Canel S es el simplón custodio de ese régimen mafioso, que comunista no es, y que necesita del petróleo y de los negocios con Venezuela. Todo un gran sancocho made by the so called left.