Quienes estuvieron al lado de Hugo Chávez en su lecho de enfermo, antes de fallecer, terminaron siendo condenados por la Justicia de EEUU por una trama millonaria de lavado de dinero. La pareja formada por la extesorera de la Nación, quien fungió como enfermera del entonces gobernante, y su esposo, edecán personal del "comandante", se lucraron con millones de dólares.
Claudia Díaz, quien estuvo en el círculo más cercano a Chávez por varios años, y Adrián Velásquez, quien actuaba como edecán o acompañante personal, resultaron condenados este 19 de abril por una corte federal de EEUU. Previamente Washington había logrado la extradición desde España de esta pareja, cuya fortuna y movimientos financieros resultaron develados en 2016 con la investigación periodística trasnacional conocida como "Panamá Papers".
De acuerdo con el portal de investigación periodística Poderopedia, Díaz no formó parte de ningún grupo de poder en el chavismo, y básicamente logró ascendencia con Chávez por estar casada con Velásquez. Las primeras investigaciones revelaron que habían usado a la firma panameña Mossack Fonseca, para crear una empresa en un paraíso fiscal, la República de Seychelles, en el Océano Índico.
Fueron condenados, sin embargo, por ser parte de una trama de corrupción que otro condenado por la Justicia estadounidense, el extesorero de la Nación, Alejandro Andrade, quien le detalló a la justicia el esquema de sobornos que había montado él y al que luego Díaz le dio continuidad, a cambio de favores con el empresario de medios, Raúl Gorrín, presidente del canal de noticias Globovisión.
Cada uno fue sentenciado a 15 años de prisión. A su vez, se les obliga a devolver 136 millones de dólares en bienes y dinero que habrían conseguido con los sobornos y a pagar una multa de 75.000 dólares cada uno.
Andrade, quien también había sido parte de la seguridad personal de Chávez, salió de prisión en EEUU en 2021, luego de cumplir menos de la mitad de una sentencia de diez años. Como parte de su acuerdo de culpabilidad con la Fiscalía, renunció a más de 260 millones de dólares en efectivo y activos, entre ellos una mansión frente al mar en Palm Beach, vehículos de lujo y caballos de salto.
Las pruebas ofrecidas por Andrade resultaron decisorias en el caso de la exenfermera de Chávez.
Muestra de las actividades de lavado que realizaba esta pareja las develó una investigación realizada por la agencia de noticias Associated Press (AP), que apeló a fuentes en EEUU, en la nación caribeña de San Vicente y las Granadinas, y en el microestado europeo de Liechtenstein.
Un año después de que se notificara oficialmente la muerte de Chávez y de que Nicolás Maduro la separara de todas sus funciones oficiales, la pareja con asesoría de expertos montó un esquema para transformar en lingotes de oro un dinero equivalente a 9,5 millones de dólares, y para ello creó una empresa fantasma en el Caribe.
AP resumió así la operación realizada por la exenfermera: usando la empresa ficticia compró 250 lingotes de oro valuados en más de 9,5 millones de dólares, según registros judiciales de Liechtenstein. Los lingotes, cada uno con un peso de un kilogramo, fueron presuntamente almacenados en una bóveda privada en el diminuto principado europeo, disponibles para Díaz y su hijo cuando cumpliera 18 años (actualmente tiene 14).
También hizo depósitos en un banco suizo que está bajo investigación por ser, presuntamente, una tapadera para el dinero de la corrupción del chavismo.
EEUU ha venido presionando a las autoridades financieras de microestados europeos como Liechtenstein o Andorra, o la propia Suiza, para llevar adelante una investigación global que ayude a develar a dónde fue a parar el dinero que malversó la corrupción en Venezuela. Se estima que podría estar en el orden de los 300.000 millones de dólares en total.
El juez federal William Dimitrouleas fue el encargado de leer la sentencia, con menos años de prisión de los 23 que había solicitado la Fiscalía para Díaz y de 19 para su esposo. "Estoy de acuerdo con el Gobierno en que los acusados cambiaron drásticamente su vida de clase media a otra acomodada con múltiples jets privados, yates y lujosos viajes. Hicieron mucho dinero", expresó Dimitrouleas al dar por cerrada la sesión.
La historia de Claudia Díaz, como lo reseñara en su momento DIARIO DE CUBA, podría sintetizarse en una conocida frase: estuvo en el lugar correcto en el momento indicado. Esta mujer, que acompañó como enfermera al convaleciente Hugo Chávez una vez que este regresó de Cuba, amasó en corto tiempo una fortuna que decidió transformar, literalmente, en lingotes de oro.
