Las autoridades de Nicaragua despojaron de la nacionalidad nicaragüense a los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli, al obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, y al excomandante de la revolución Luis Carrión, según un reporte de la agencia EFE.
También a la veterana defensora de los derechos humanos Vilma Núñez, al excanciller Norman Caldera, al exmagistrado sandinista Rafael Solís, al exembajador de Nicaragua ante la Organización de Estados Americanos (OEA) Arturo McFields, al periodista Carlos Fernando Chamorro y a otros 85 nicaragüenses acusados por delitos considerados "traición a la patria", según una sentencia del Tribunal de Apelaciones de Managua.
En la resolución, leída por el magistrado presidente del Tribunal de Apelaciones de Managua, Ernesto Rodríguez, se ordena además "la inmovilización y el decomiso a favor del Estado de Nicaragua de todos los bienes inmuebles y sociedades que los procesados tengan inscritas a su favor, ya sea a título personal, o de persona jurídica o sociedades en la que participan como socios, para responder por los delitos cometidos".
Asimismo, a los acusados se les declaró prófugos de la justicia.
"Ténganse a los (94) acusados por traidores a la patria por lo que se les impone las penas accesorias de inhabilitación absoluta y especial para ejercer cargos públicos, ejercer la función pública en nombre o al servicio del Estado de Nicaragua, así como ejercer cargos de elección popular y la pérdida de sus derechos ciudadanos de forma perpetua, respectivamente", señala la sentencia.
El magistrado Rodríguez dijo que los 94 nicaragüenses habían sido acusados por el Ministerio Público por los delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional en concurso real con el delito de propagación de noticias falsas a través de la tecnología de la información y de la comunicación, todo en perjuicio del Estado de Nicaragua y la sociedad.
Los magistrados de apelaciones de Managua explicaron que tomaron esa decisión en base a la "Ley especial que regula la pérdida de la nacionalidad nicaragüense", que fue aprobada el jueves pasado de forma expedita, así como la Ley de Defensa de los Derechos del Pueblo a la Independencia, Soberanía y Autodeterminación para la Paz, publicada el 22 de diciembre de 2020.
Las autoridades judiciales notificaron de esa sentencia al Ministerio de Relaciones Exteriores, al Ministerio de Gobernación y al Consejo Supremo Electoral.
Además de los escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli, y el obispo Silvio Báez, los otros nicaragüenses despojados de su nacionalidad son el excomandante de la revolución Luis Carrión, la veterana defensora de los derechos humanos Vilma Núñez, el excanciller Norman Caldera, el exmagistrado sandinista Rafael Solís.
También el exembajador de Nicaragua ante la OEA Arturo McFields, el exvicecanciller Salvador Stadthagen, el académico Ernesto Medina, el exministro de Educación Humberto Belli, la investigadora Elvira Cuadra, los opositores Kitty Monterrey, Eliseo Núñez, Enrique Sáenz, y Edipsia Dubón.
Además los periodistas Carlos Fernando Chamorro, Sofía Montenegro, Luis Manuel Chavarría Galeano, Jennyfer Ortiz, Lucía Pineda Ubau, Patricia Orozco, Camilo de Castro, y el corresponsal del diario español El País Wilfredo Miranda.
La lista incluye a dos antiguos colaboradores del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega: Julio López y Mónica Baltodano; defensores de derechos humanos, sacerdotes, ambientalistas, disidentes sandinistas, estudiantes, empresarios, comerciantes, entre otros.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se ha acentuado tras las controvertidas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.
Personajes como Sergio Ramírez se lo merecen, por haber sido uno de los responsables de llevar al poder al sandinismo y a Ortega y sostenerlo durante años. Sergio Ramírez es un oportunista que se pega donde le dan buena sombra.
No fue Nicaragua quien le quitó la nacionalidad, fue Ortega.
Ortega dejó chiquito a Somoza. Pero esa idea no está tan mala. Cuando caiga, hay que quitarle la ciudadanía a todos los orteguistas. Y en Cuba, a todos los comunistas. Que se vayan, no los queremos, no los necesitamos... coño, porqué me suena esa frase? mmmm... 😀
Ese coprófago de Ortega ha borrado todo lo bueno que hizo cuando los Sandinistas triunfaron en 1979. Hasta ha sancionado a los hijos de Pedro J Chamorro cuyo asesinato en 1978 fue la chispa que detonó la insurrección popular que llevó al triunfo. La revolución sandinista no la hizo Ortega solo, mucha gente buena estuvo alli, como Dora María Téllez, Eden Pastora y el Padre Gaspar García Laviana. Ortega sabe que en unas elecciones libres van a perder el poder para no recuperarlo jamás y ha dejado los principios del Sandinismo para abrazar la mierda comunista que lo mantendrá en el cargo. Traicionando a sus compañeros de armas, amigos y hasta familiares incluyendo su propio hermano. Le salió un buen aprendiz al ceniza-en-jefe.
Con todo respeto, lo de Ortega ya ha dejado chiquiticos a otros dictadores. Su régimen no creo que siga ninguna ideología conocida, sino solo la burbuja mental que le indica qué hay que reprimir a quien no lo apoye. No es de izquierda ni de derecha, sino tiene una categoría propia para reprimir y mantener el poder. De izquierda era Dora María Téllez y mire dónde la mandó, a la cárcel primero y al destierro ahora.
Esa decisión es la rabia de Ortega contra estos valiosos personajes que piensan y actúan contra su dictadura. Como dijo Dora María Téllez cuando le hicieron lo mismo y la desterraron, la ciudadanía la da el lugar donde se nace, y estas personas nacieron en Nicaragua; ni Ortega ni nadie pueden borrar ese hecho. Me recuerda al pigmeo de Pérez Roque cuando afirmó que solo podía llamarse cubano a quienes defienden al régimen de la isla. Estas dictaduras de pacotilla todas son lo mismo.
Yo estaría complacido de que oficialmente me quitaran ese estigma. Para qué una persona quiere o necesita ser parte de una dictadura?
Me parece que hay una diferencia entre una dictadura y el país donde se nació.