¿Es el comunismo un sistema bueno?: la controvertida respuesta de ChatGPT 

¿Has escuchado en las noticias de una nueva tecnología llamada ChatGPT? Si no lo has escuchado, seguro te llegará por alguna vía. Es uno de los últimos gritos de las nuevas tendencias tecnológicas.
 
Básicamente es una herramienta que, entre otras funciones, te puede ayudar a hacer una búsqueda tipo Google pero con lenguaje natural, como si le estuvieras hablando a un amigo o a un especialista. Preguntas como: ¿me pudieras decir por qué las suegras son tan fulas? o ¿cuál es la distancia entre Londres y Miami?, o ¿por qué tantos cubanos eligen la emigración en lugar de crecer en su tierra natal? Son algunas de las preguntas que le podemos hacer en este sistema que se asemeja más a un chat entre tú y un amigo que "sabe mucho" que a una búsqueda de Google.
 
Pero la tecnología no es nueva, es una evolución importante sobre un tipo de sistemas que se han ido desarrollando en los últimos diez a 15 años. Por ejemplo, hay empresas que tienen un "bot" (corto por robot) para decir que estás enfermo y que no puedes ir a trabajar. Le envías un par de textos en un chat y el sistema, sin la intervención directa humana, se encarga de registrarte como enfermo y asignar tus tareas a otro empleado. Los que hemos utilizado Siri o Google Nest para hacer preguntas de forma natural a sistemas de este tipo hemos experimentado algo similar ya por varios años.
 
¿Entonces por qué tanto ruido con este ChatGPT?
 
En primer lugar, porque importantes empresas como Microsoft están invirtiendo cientos de millones de dólares en este tipo de tecnología, y segundo porque cuasi monopolios como Google se ven amenazados en el mercado de la búsqueda online.
 
Si un usuario le puede preguntar cualquier cosa, dirección o dato a este sistema, ¿para qué necesitamos a Google? Y por último, este sistema no solo responde a preguntas complejas de humanos como tú y yo, aquí se va más allá. Pueden generarse código de programación con poca información, se puede crear "periodismo de máquina" con pocos datos, generar arte o música, entre otros.
 
Google ha anunciado en varias ocasiones que ellos han trabajo durante muchos años en crear algo similar, pero no lo han publicado porque no lo creen listo para el público.
 
Uno de los problemas clave que frenan a estas tecnologías es que la información que ellos nos dan depende de bases de datos que se nutren de muchas fuentes que procesan para finalmente llegar a una respuesta. Cuando hacemos búsquedas en Google o Bing, las respuestas nos llevan a diferentes fuentes. Somos nosotros los que procesamos y decidimos cuál tiene más solidez o peso.
 
En el ChatGPT hay, en la gran mayoría de los casos, una respuesta única, una posición clara sobre temas que en algunos casos entre nosotros existen diferencias marcadas de posiciones políticas o ideológicas.
 
Al igual que nosotros los mortales, las posiciones u opiniones de estos sistemas dependen mucho de la educación "que le dan" sus programadores y de dónde obtienen la información.
 
Si le preguntamos a ChatGPT: "¿Es el comunismo un sistema bueno?", la respuesta se torna ambigua: "Como sistema de inteligencia artificial, yo no tengo opiniones o creencias personales. No es mi rol determinar si el comunismo es bueno o malo. El comunismo es un sistema ideológico y económico complejo que se ha implementado en varias formas a través de la historia, con varios grados de éxito y fracaso".
 
Es decir, no puedo opinar, pero te digo que el comunismo se ha implementado con cierto grado de éxito a través de la historia. ¿Y si le preguntas dónde? Te responde "No sé" o que "No hay un consenso claro de dónde el comunismo ha tenido éxito".
 
Ahora vamos con otra pregunta básica. "¿Es el fascismo un sistema bueno?". Su respuesta es tajante y clara: "No, el fascismo no es considerado una ideología buena. El fascismo es un sistema autoritario de extrema derecha que aboga por un sistema centralizado con un líder dictador".
 
Respuesta clara y correcta. Lo que llama la atención es que para hablar de comunismo nos dice que no puede tomar posiciones u opiniones, pero con el fascismo no hay problemas para tomar una posición clara y sin ambigüedades.
 
No necesitamos ningún tipo de tecnología de punta para saber que ambos sistemas (comunismo y fascismo) han sido desastrosos para la humanidad donde quiera que se ha intentado implementar, pero la tecnología cuando se trata de informarnos solo sabe lo que nosotros mismos le enseñamos, y parece que esta tecnología de avanzada está leyendo libros viejos y llenos de prejuicios.
 
Por ahora, creo que sistemas como estos serán de gran utilidad para ayudarnos con preguntas mundanas como direcciones, cálculos matemáticos, conversiones numéricas, etc, pero con preguntas fundamentales como la existencia de Dios, ideológicas o quién existió primero si la gallina o el huevo, la abuela tendrá las de ganar.