El juez federal que investiga el presunto caso de espionaje en el que estaría involucrado un avión de Irán operado por Venezuela y que desde inicios de junio está retenido en Buenos Aires ordenó liberar toda la carga que llevaba en sus bodegas el aparato.
No obstante, por ahora el magistrado no ha decidido qué hacer con los tripulantes del vuelo de la firma Emtrasur retenido en el Aeropuerto de Ezeiza, de la capital de Argentina, que integran 14 venezolanos y cinco iraníes, a quienes aún de se les devolvieron sus pasaportes y tienen prohibida la salida del país.
Según el reporte del diario Clarín, el juez tampoco decidió qué hacer con el Boeing 747 presuntamente propiedad de Caracas, luego de una supuesta transferencia por parte del firma iraní Mahan Air en febrero pasado, no acreditada en los papeles. Por lo pronto, la aeronave podría ser embargada, decomisada o entregada a sus dueños, asegura el artículo.
Tras la orden del juez, la Dirección General de Aduanas deberá liberar inmediatamente la carga del avión que aún no había sido retirada, presuntamente 47.822 kilos de autopartes para la empresa SAS Automotriz Argentina, y otros 7.860 kilos que permanecen en un hangar a la espera de la decisión judicial que se tomó el lunes.
Otro cargamento, en este caso de 8.000 kilos, deberá también ser liberado. Pertenece a la empresa Skylease, que había sido contratada por el mismo importador que el de Emtrasur, según informaron fuentes judiciales.
A inicios de julio, Mohammad Khosraviragh, el copiloto e instructor iraní parte de la tripulación del avión, negó que se hubiera practicado una cirugía de cambio de rostro en Cuba, como denunció el presidente de Paraguay, Mario Abdo Benítez.
"Nunca en toda mi vida estuve en Cuba. Ni siquiera había estado en Latinoamérica antes de este viaje, en el que pasamos por Venezuela, México y Buenos Aires", aseguró, en una declaración hecha pública por el diario argentino Página12.
"Nunca fui operado de nada. Ni de la cara, ni siquiera de apendicitis. No tengo una sola cicatriz y cualquiera puede ver que no tengo tampoco ninguna marca", agregó Khosraviragh.
Abdo Benítez aseguró que la Inteligencia de su país le había informado que uno de los iraníes detenido en Argentina como parte de la tripulación del vuelo viajó hace más de una década a Cuba y se sometió a una operación de alteración del rostro.
Ello, según Página12, supuestamente para borrar su paso por la guardia Al Quds, cuerpo de élite de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán.
El periódico argentino agregó que los tripulantes venezolanos del avión, retenidos y bajo investigación en un hotel de Buenos Aires, señalaron que el Boeing 747 estuvo dos veces en Cuba desde que es operado por Caracas, pero "ellos nunca salieron del aeropuerto y, en esos vuelos, Khosraviragh no estaba".
Aseguraron además que el piloto instructor solamente formó parte de la tripulación en los viajes desde Teherán a Caracas, de allí a Surinam, y de regreso a Caracas, así como luego a México a cargar autopartes de Volkswagen que llevaba en sus bodegas cuando fue detenido en Argentina.
Página12 actualizó la situación de la causa judicial que se sigue a los tripulantes del avión, en la que hasta el momento no se habría identificado ningún delito.
"En el avión no se encontró nada, pese a que se realizaron dos inspecciones en las que participaron unos 60 efectivos de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), con perros especializados en la detección de explosivos y estupefacientes", indicó el medio.
Las autoridades argentinas investigan si el avión forma parte de una operación de espionaje o de colaboración con el terrorismo internacional.
Según la Fiscalía y el juzgado que llevan el caso, "hay que esperar a que se termine la transcripción de los diálogos que están en los celulares, una parte en farsí, el idioma de Irán, y se aguarda información de cuatro países: Estados Unidos, Paraguay, Uruguay y Venezuela".
El 17 de junio los investigadores argentinos recibieron un informe del FBI en el que se vinculaba al piloto de la aeronave, Golamrezha Ghasemi, con la línea aérea de carga Qeshm Fars Air, dueña del avión antes de Mahan Air, y se relacionaba a esa empresa con la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica Iraní y con Hezbollah. Ambas son consideradas organizaciones terroristas en los Estados Unidos.
Todas esas aerolíneas están sancionadas por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos.