El propio Nicolás Maduro está anunciando que Venezuela tendrá el mayor desarrollo turístico del Caribe, en un archipiélago que hasta ahora era área protegida por razones ambientales, bajo un esquema de zonas económicas especiales, que dice haber copiado de China, pero sin brindar información sobre los inversionistas internacionales que estarán financiando tales obras.
En medio de una situación en la cual la economía venezolana sigue bastante menguada, Maduro ha estado cuidando de forma directa el proceso hasta promulgar este 20 de julio, finalmente, la Ley de Zonas Económicas Especiales, que generó tensiones diversas en el seno del chavismo y activó el apetito fiscal de varios gobernadores afines a Maduro, por la envergadura de las obras anunciadas.
Pese a que hace un año Maduro anunció que dicha ley estaba prácticamente lista, y el chavismo controla ampliamente la Asamblea Nacional, transcurrieron 13 meses entre aquel anuncio y la aprobación formal. El mandatario incluso había encomendado públicamente a su hijo y diputado, Nicolás Maduro Guerra, para que adelantara las gestiones.
"Esta ley generó muchas diferencias tanto ideológicas, ya que muchos diputados se oponían prácticamente a ceder territorio nacional a inversionistas foráneos, hasta monetarias, ya que varios gobernadores hicieron sentir su descontento porque los proyectos no tendrán lugar en sus estados (provincias)", comenta a DIARIO DE CUBA un asesor legislativo vinculado al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
"Ya conocemos bien las experiencias de China (…) la experiencia de Vietnam, entre otras (…), que nos han servido de inspiración para dar este paso", sostuvo Maduro al dar la aprobación presidencial a la ley con lo cual entró oficialmente en vigor.
De inmediato, Maduro decretó las primeras cinco zonas especiales de Venezuela: la industrial Paraguaná (noroeste), que cuenta con uno de los principales complejos de refinación de crudo de este país; las portuarias La Guaira y Puerto Cabello (centro) y las turísticas islas de Margarita y La Tortuga (norte).
La nueva ley venezolana establece la creación de zonas con un "régimen socioeconómico especial" para "el desarrollo de actividades económicas", que contarán con "incentivos fiscales y aduaneros".
China desarrolló las zonas económicas especiales, con particular énfasis, a inicios de la década del 80 con las reformas que llevó adelante Deng Xiaoping. En el caso chino, las grandes trasnacionales occidentales aprovecharon esta apertura para establecerse en el gigante asiático.
En el caso de Venezuela, con una población empobrecida y empujada a una migración masiva, sin señales claras de una recuperación ni de la economía en general, ni del otrora estratégico sector petrolero, no hay claridad sobre quiénes serán los inversionistas.
En los últimos meses se han registrado diversas visitas de altos funcionarios del sector del turismo de Rusia, Irán y Turquía, y Caracas ha establecido vuelos directos de la estatal Conviasa a esos países. La aerolínea bandera Turkish Airlines tiene también una amplia presencia en Venezuela.
En el caso del archipiélago La Tortuga, ubicado en pleno mar Caribe, distante unos 85 kilómetros de tierra firme, el viceministro de Economía Productiva, Héctor Silva, anunció que a la vuelta de un año se habrán construido diez resorts de alto nivel, un aeropuerto internacional y un muelle de gran calado para el atraque de cruceros.
Ningún vocero oficial ha aclarado qué inversionistas o cuáles países financiarán obras de esta magnitud, en un plazo tan acotado.
"Con la Ley de Zonas Económicas Especiales, Maduro reconoce el fracaso del modelo socialista y se entrega al libre mercado y el neoliberalismo, en una interpretación expoliadora y mafiosa, que nos pone en manos del secretismo y los negocios turbios trasnacionales", critica Nicmer Evans al ser consultado por DIARIO DE CUBA.
Evans es politólogo y formaba parte de la estructura oficial del chavismo en tiempos de Hugo Chávez. Tras la asunción de Maduro rompió con el Gobierno y se inscribe en una corriente denominada chavismo crítico.
"Esta ley divide al país en dos, la Venezuela sometida al socialismo retrógrado y el otro país económicamente liberal, pero en manos de capitales mafiosos, funcionando sin Estado de derecho y sin justicia", asevera Evans, quien reside en Caracas.
No hay información oficial sobre los montos que serán invertidos y salvo los detalles que se dieron a conocer sobre La Tortuga, un archipiélago hasta ahora área ambientalmente protegida, no se brindó información sobre los planes oficiales para las otras cuatro zonas económicas especiales.
"Atención inversionistas del Asia, de Europa, de América Latina, vengan para Venezuela y miren esta belleza de La Tortuga, el proyecto virgen, ecológico, más importante del mundo entero y el Caribe", aseveró Maduro.
William Anseume, profesor de la Universidad Simón Bolívar, adelantó que el modelo que llegará a Venezuela será el de las "maquilas" y que muy posiblemente se viva en esas zonas especiales un régimen laboral distinto a lo que establecen las leyes laborales del país.
Este 20 de julio, en el acto dedicado a presentar la Ley de Zonas Económicas Especiales, Maduro sostuvo que en Venezuela se estaba registrando un crecimiento económico que a su juicio será imparable.
Diversos economistas han matizado el asunto. Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, sostiene que al cierre de 2022 podría tener el país un crecimiento del 10% en el Producto Interno Bruto (PIB), pero esto es desigual, ya que no permea por igual a todas las regiones y a todos los sectores productivos.
Por su parte, la ex ministra de Industrias y Comercio, Imelda Cisneros, dijo que tras una caída acumulada del PIB en el orden del 80% en entre 2013-2021, la economía debería crecer 400% para poder recuperar el tamaño que tenía antes de la caída. Se estima que el tamaño de la economía venezolana es, en este momento, similar al que tuvo en la década de los 50, antes de que Venezuela viviera sus años dorados por el alza de precios en el mercado internacional del petróleo.