Los colombianos residentes en el exterior comenzaron a votar este 13 de junio y en simultáneo se activó la veda que impide mostrar resultados de encuestas en los días previos a los comicios. Las elecciones presidenciales del 19 de junio en Colombia tienen un empate técnico, según los últimos datos de diferentes empresas que se difundieron antes de la restricción oficial.
La elección de un nuevo presidente entre el ex guerrillero del M19, Gustavo Petro, y el empresario metido en política Rodolfo Hernández, marcará un punto de inflexión en las instituciones del país sudamericano. Por primera vez, en seis décadas de vida democrática, el jefe de Estado no provendrá de las filas conservadoras o liberales, las dos facciones tradicionales de la política colombiana.
La otra gran novedad, apuntan analistas, será una suerte de foto finish para el 19 de junio, dado el empate técnico que prevalece entre los dos candidatos que pasaron al balotaje, tras la primera vuelta celebrada el 29 de mayo.
DIARIO DE CUBA supo que en Bogotá los organismos electorales se preparan para un escenario en el que pueden ocurrir impugnaciones, especialmente si Petro pierde la elección. El candidato izquierdista ha sostenido el discurso de un presunto fraude prácticamente desde que se realizaron las elecciones primarias de las principales coaliciones, en conjunto con las elecciones legislativas, el 13 de marzo pasado.
El fuelle que ha perdido Hernández, quien parecía tener asegurada la presidencia tras la primera vuelta, ha colocado la carrera presidencial en una competencia muy pareja.
De acuerdo con el portal La Silla Vacía, Hernández perdió fuerza "por errores estratégicos en la campaña, metidas de pata del candidato, un escrutinio más serio sobre su pasado y una estrategia efectiva de ataque de parte de la campaña de Petro".
La última encuesta de la firma Invamer, que figura entre las más confiables del semáforo de encuestas que elabora La Silla Vacía, la intención de voto por Hernández, un empresario millonario de la construcción, cabeza del partido Liga de Gobernantes Anticorrupción, es de 48,2%, un punto más que Petro, de la coalición de izquierda Pacto Histórico, que aparece con el 47,2%.
Esta encuesta, realizada para el pool de medios colombianos de El Espectador, Noticias Caracol y Blu Radio, tiene un margen de error del 2,69%, esto significa, según Martín Orozco, gerente de Invamer, que "Hernández podría estar 2,69% por encima o por abajo. Igual para Petro".
Entretanto, un promedio ponderado de las ocho principales encuestadoras de Colombia, hecho por el diario español El País, muestra a Petro con 47,2% y a Hernández con 46,9%. Una diferencia de escasas centésimas.
Lo que ocurra dentro del electorado colombiano en los próximos días es difícil de prever. En la primera vuelta Hernández tuvo una subida de casi el 9%, entre las últimas encuestas publicadas y el resultado que finalmente obtuvo. Su estrategia centrada en el uso de redes sociales, particularmente Tik Tok, y de mensajes dirigidos a jóvenes no politizados, podría arrojar una nueva sorpresa que las encuestas no tienen capacidad de fotografiar.
Asimismo, las encuestas tampoco podrán medir el impacto que tendrá en estos días la difusión de vídeos grabados en las reuniones del comando de Petro, con el propio candidato presente, en las cuales se definieron estrategias poco ortodoxas para enfrentarse a los rivales como el ex ministro Alejandro Gaviria y el ex alcalde de Medellín, Sergio Fajardo, entre otros, así como el diseño de respuestas a los escándalos difundidos durante la campaña electoral.
A esto se suma el margen importante de colombianos que, al ser consultados por las encuestadoras, se manifestaban aún indecisos sobre por quién votar, cercano al 3%. Otro 7% manifiesta que votará en blanco el 19 de junio, por no estar de acuerdo con ninguna de las dos propuestas.
Para el periodista de datos Jorge Galindo, allí radicará la definición de esta reñida elección en Colombia: que por los escándalos que han rodeado a uno u otro candidato, algunos votantes alineados con Hernández o Petro deciden a última hora bajarse del barco y votar en blanco, en una suerte de voto castigo. Allí se podría definir el futuro de Colombia.
