Durante diez días Colombia estuvo en vilo. Por primera vez altas autoridades y líderes políticos tradicionales pronunciaron una palabra que no formaba parte del vocabulario electoral colombiano: fraude. El telón de fondo es una sociedad polarizada que espera unas elecciones presidenciales, en mayo próximo, que podrían representar una nueva era política.
Tras la celebración de las elecciones para las Cámaras de Representantes y Senadores, efectuadas el 13 de marzo, el presidente colombiano, Iván Duque, y el registrador nacional, Alexander Vega Rocha, pidieron públicamente un recuento de los votos, algo inédito en la historia del país y que no se contempla en la ley electoral.
Más allá de las declaraciones políticas, no se formalizó una solicitud de recuento ante la Comisión Nacional Electoral. Empero, el clima político de por sí crispado por la antesala de las presidenciales a celebrarse dentro de diez semanas, se agitó durante varios días.
Oficialmente este 22 de marzo se cerró el tema, sin que se abriese una revisión que habría sido inédita. Expertos electorales consultados por DIARIO DE CUBA sostienen que no hay cabida para la "narrativa del fraude" en Colombia.
"No es posible seguir hablando de fraude electoral en Colombia. Vamos a mejorar el preconteo y la transmisión de información", aseguró el registrador nacional, Alexander Vega Rocha, con lo cual zanjó la discusión.
"Es necesario resaltar que si bien se han identificado problemas en el preconteo y la diferencia con el escrutinio es atípica, el problema se encuentra focalizado y de ninguna manera existen indicios de que haya una práctica dolosa para desvirtuar el resultado", manifestó este 23 de marzo la red de Transparencia Electoral Latinoamericana, con sede en Buenos Aires.
Esta organización especializada envió observadores a Colombia, así como la propia Organización de Estados Americanos y la Unión Europea.
Durante la jornada electoral del 13 de marzo, la misión de la OEA "observó un gran número de observadores nacionales e internacionales. Se destaca especialmente la labor seria y profesional desempeñada por la plataforma de organizaciones de la sociedad civil integradas en la Misión de Observación Electoral (MOE) de Colombia", dio a conocer la organización con sede en Washington.
Ni la OEA, ni la MOE, al igual que Transparencia Electoral no hablan de fraude en los comicios. "Las irregularidades detectadas en la categoría Senado han sido advertidas tanto por las propias autoridades electorales, como por las mismas agrupaciones partidarias, dado que podían acceder a la totalidad de los formularios electorales que se encontraban digitalizados", explica el comunicado de la ONG con sede en Buenos Aires.
Insistir con la "narrativa del fraude" es improcedente en un Estado democrático que brinda garantías procesales a todos los actores políticos que participan del proceso electoral, sostiene el comunicado de Transparencia Electoral.
La tesis del fraude la alimentaron voceros de izquierda y conservadores. Comenzó a cobrar fuerza luego de conocerse que el escrutinio no le adjudicó casi 500.000 votos a la izquierda. El Pacto Histórico, el movimiento que encabeza el ex guerrillero del M19, Gustavo Petro, era el principal afectado. La misión electoral de la OEA percibió una serie de "comportamientos atípicos". Un nuevo escrutinio identificó esos votos faltantes por un error en el diseño de los formularios.
Otros partidos, del centro político, como el Nuevo Liberalismo o el Verde también se vieron perjudicados. Subsanado ese problema, Petro pasó de contar con 16 senadores (ya una cifra inédita para la izquierda colombiana) a 19, y con estos resultados se consolidó como el gran favorito para alcanzar la presidencia de Colombia.
Además del propio Petro, que hizo escándalo con este hecho, dos ex presidentes conservadores se metieron en el debate. Andrés Pastrana, sin aportar pruebas, sostuvo que las cifras electorales "apestaban a fraude" y le solicitó al Gobierno de Duque que se contratara a dos firmas internacionales independientes para realizar "un análisis forense del proceso".
El dos veces presidente, Álvaro Uribe, quien es el padrino político de Duque, terció en la polémica, al sostener que ocurrió una "penetración venezolana (del chavismo) para contribuir al fraude electoral en Colombia". El Centro Democrático, el partido de Uribe y que fue plataforma de Duque en 2018, fue uno de los grandes derrotados el 13 de marzo: pasó de ser la primera a la quinta fuerza en el Senado.
"Atención, estas irregularidades focalizadas, que la autoridad electoral tendrá que determinar, no permiten concluir bajo ningún aspecto de que pueda tratarse de un fraude electoral, como dicen de modo irresponsable ciertos dirigentes políticos o incluso algunos candidatos", puntualizó el politólogo Leandro Querido, director de Transparencia Electoral al ser consultado por DIARIO DE CUBA.
"Un tema que no puede soslayarse es que todas estas inconsistencias en las actas de votación fueron detectadas debido a que la autoridad electoral decidió digitalizarlas y publicarlas. La incorporación de tecnología por lo tanto ayudó a detectar esas irregularidades o errores en la confección de actas", explicó el experto electoral, quien estuvo en Colombia para la jornada electoral al frente de una misión especializada.
Querido recordó que Colombia lidera el Índice de Observación Electoral que realiza su organización, Transparencia Electoral de América Latina. En esta última elección, además, hubo misiones de la Unión Europea, la OEA y otras tantas organizaciones.
"La observación electoral supone la apertura del proceso electoral por parte de las autoridades electorales. Colombia lo hace y esto no es poca cosa para los tiempos que corren", puntualizó.
Una encuesta flash realizada una semana después del 13 de marzo, cuando además de las votaciones legislativas se realizaron las primarias para escoger candidatos de las coaliciones de izquierda, centro y conservadores, ratificó que Gustavo Petro sigue siendo el gran favorito, aunque podría polarizar con el aspirante conservador Federico "Fico" Gutiérrez, mientras que el centrista Sergio Fajardo parece desdibujado.
La encuesta del Centro Nacional de Consultoría, encargada por la revista Semana, le otorga una intención de voto del 32% a Petro y de 23% a Gutiérrez, siendo alto el número de indecisos. Lo más llamativo, además de un rápido crecimiento del ex alcalde conservador, es que bajo este escenario la elección no se definiría en una primera vuelta, tal como venía proyectándose en sondeos anteriores.
Me parece bastante audaz además de optimista afirmar tan categóricamente que “la narrativa de fraude no tiene asidero en las elecciones de Colombia”.
Para la izquierda, el fin siempre ha justificado los medios y con los comunistas “piensa mal y acertarás”.
Se equivoca el autor de este artículo. La izuierda sí es capaz de hacer fraude, porque los sabe hacer muy profesionalmente para que autores com este digan lo que dicen. Lo unico cierto aquí es que los colmbianos se van a suicidar al elegir a este comunista vergonzante (tiene verguenza de admitir que lo es) de Petro.