2022 será un año económicamente novedoso en Venezuela. Junto a la decisión de regresar a sus propietarios bienes que fueron expropiados en la época de Hugo Chávez, el régimen de Nicolás Maduro ha dado otra muestra de pragmatismo en su gestión al permitir la participación de capital privado dentro de dos empresas estatales definidas como estratégicas por el fallecido comandante.
Tal como reseñó DIARIO DE CUBA, semanas atrás, la disposición de Maduro de regresar a sus antiguos propietarios un gigantesco centro comercial expropiado por Chávez, en el centro de Caracas, constituía la primera de varias acciones que marcan un giro radical no solo en el discurso sino en decisiones concretas por parte del chavismo.
Este 11 de mayo, Maduro hizo un anuncio que simboliza su decisión de desandar el camino estatista que llevó adelante Chávez, en su momento. "Vamos a sacar entre 5% y 10% de las acciones de varias empresas públicas para la inversión nacional, fundamentalmente, o internacional", sostuvo y dijo que a través de la bolsa de valores se ofertarán al capital privado acciones de diversas empresas públicas, incluidas compañías petroleras, de telecomunicaciones y gasíferas.
Justamente en enero de 2007, pocas semanas después de ser reelecto con sus banderas del Socialismo del Siglo XXI, Chávez anunció la nacionalización de las telefónicas y empresas eléctricas del país, argumentando que dado el "carácter estratégico" de estos sectores debían estar "naturalmente en manos del Estado".
Entretanto, las operaciones anunciadas por Maduro no se iniciaron este 16 de mayo. Gustavo Pulido, presidente de la Bolsa de Valores de Caracas, confirmó que CANTV (la principal telefónica del país) dará detalles el 20 de mayo sobre las operaciones. Además de CANTV, Maduro mencionó específicamente a Movilnet, la estatal especializada en telefonía móvil, sobre la cual han circulado diversas versiones de que sería entregada a capital chino.
Con una caída en torno al 80% del Producto Interno Bruto en sus años de gobierno (2013-2021), es claro que el régimen de Nicolás Maduro necesita el ingreso de capital para reflotar la economía venezolana. Políticamente, la medida supone enterrar el pasado de expropiaciones y hostilidades con el sector privado que el chavismo enarboló como bandera del socialismo bolivariano.
"Usted se podrá convertir en inversionista de CANTV, Movilnet, de Pequiven, de las empresas mixtas de petróleo, de gas, de las empresas básicas de Guayana (hierro, acero, aluminio)", ofreció Maduro en un acto televisado en el que también anunció que promovería una ley para impulsar la inversión extranjera. "Necesitamos capital", resumió el gobernante quien ya confirmó que buscará la reelección en unas votaciones presidenciales pautadas para 2024.
"Luego de lo que conocimos como nacionalizaciones y expropiaciones, ahora están dando 180 grados, procurando la inversión privada", comentó Pulido en un encuentro con periodistas. La Bolsa de Valores de Caracas ofreció un comunicado oficial en el que calificó de positiva la medida.
Por su parte, Tiziana Polesel, presidenta de la cámara que reúne a los comerciantes del país Consecomercio, dijo que "cualquier paso hacia la apertura y cualquier paso hacia la democratización, incluso de las empresas, puede ser vista de manera positiva, pero evidentemente, todo pasa por el elemento confianza".
A su juicio, "la confianza hay que restituirla". Polesel dijo a DIARIO DE CUBA que "es necesario que el Gobierno dé demostraciones de que respeta la propiedad privada, de que respeta el Estado de derecho para que comience ese proceso de reinstitucionalización del país".
Desde EEUU, el académico venezolano Javier Corrales fustigó la medida anunciada por Maduro. "En Venezuela se ha anunciado la venta de acciones de empresas que el partido gobernante nacionalizó (…) Siempre se puede contar con los socialistas extremos, después de que fracasen sus políticas, para generar un neoliberalismo extremo", sostuvo.
Por su parte, el activista por los derechos de adultos mayores, Luis Francisco Cabezas, manifestó su pesar al ser consultado por DIARIO DE CUBA, dado que el giro promercado que ha dado el chavismo ha obnubilado a muchos agentes económicos.
"Escuché a un personero de la Bolsa de Valores decir que en Venezuela puede haber cambio económico sin cambio político. A esta gente no parecen importarle las violaciones a los derechos humanos, el secuestro de las instituciones, la existencia de presos políticos", cuestiona Cabezas.
En 2006, unos meses antes de oficializar la estatización de CANTV, Chávez ya amenazaba con esta medida y ponía de relieve el tema de las pensiones y jubilaciones de la empresa telefónica con sus antiguos trabajadores.
"Me dio mucha vergüenza saber que todavía a estas alturas no se les haya pagado a los jubilados de CANTV", indicó Chávez durante un acto de campaña en agosto de 2006 y acto seguido remató: "Si ellos no quieren cumplir con eso, yo voy a nacionalizar la CANTV".
CANTV había sido privatizada en 1991 y durante tres lustros estuvo controlada por las GTE y ATT, junto a dos compañías locales y una participación minoritaria de la española Telefónica.
Si la situación de los jubilados de CANTV fue la excusa para posicionar el tema de la estatización, en los últimos meses justamente los jubilados de esta empresa estatal han salido a las calles para denunciar que tienen "jubilaciones de hambre".
Semanas atrás salió a protestar en las calles de Valencia el octogenario Ismael Aguilar, quien durante tres décadas trabajó en CANTV. La pensión que recibía equivalía a tres dólares y, sin explicación alguna, la empresa estatal había eliminado las consultas médicas, que era el último beneficio con el que contaba, además del magro pago mensual.
Estoy de acuerdo en que esta nueva política de Venezuela no es aislada. Algo se cocina en Cuba para abrir la economía y eso cuenta con el apoyo del gobierno de Biden.
Esta "iniciativa" del compañero Maduro hay que seguirla de cerca. Pudiera significar también algunos cambios en Cuba, que junto a lo aprobado ya por Washington pudieran revolver el status quo de la mayor de las Antillas.