Barinas, el estado (provincia) de Venezuela que en el siglo XIX fue escenario de relevantes guerras independentistas y civiles, devino en símbolo político en estos días. Tierra natal de Hugo Chávez, su familia ha gobernado allí a lo largo del siglo XXI, pero una crisis electoral ha puesto punto final a la dominación familiar sobre este territorio llanero y ha terminado por revelar las posiciones encontradas que anidan dentro del chavismo.
Argenis Chávez, hermano del fallecido presidente venezolano, anunció de forma sorpresiva, inesperada, su renuncia al cargo de gobernador de Barinas, que ostentaba desde 2017, y remató anunciando su decisión de no participar en la repetición de las elecciones para la gobernación, que una inédita decisión del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) fijó para el 9 de enero, tras una crisis que rodeó las pasadas votaciones del 21 de noviembre.
En las elecciones del 21 de noviembre se escogían en Venezuela 23 gobernadores regionales y 335 alcaldes municipales. Los comicios terminaron siendo un éxito para el chavismo, que tras fomentar la división opositora, ilegalizar partidos políticos y aplicar inhabilitaciones administrativas, se mostró como exultante triunfador la noche del domingo 21.
Al mismo tiempo, un día después las cifras mostraban la gran pérdida de espacios que sufrió el chavismo en los gobiernos municipales del país.
La excepción terminó siendo Barinas. Aunque los resultados mostrados ese día indicaban que había sido reelecto Argenis Chávez, esa misma noche voceros no oficialistas del Consejo Nacional Electoral (CNE) indicaron que debía seguir el conteo en Barinas y que existía la posibilidad de que el resultado cambiase.
Con el pasar de los días salieron a la luz públicas diversas irregularidades. Centros de votación cerrados por militares, cuando no es su competencia, así como actas de votación en posesión de uniformados de alto rango.
Todo apuntaba al triunfo de Freddy Superlano, militante del partido Voluntad Popular. Este detalle trajo otra estela de complicaciones para la oposición, dado que la formación política liderada por Leopoldo López (desde su exilio en Madrid) y Juan Guaidó no llamó abiertamente a votar en estas elecciones, insistiendo que la salida a la crisis es la realización de elecciones presidenciales y no este tipo de comicios en los que no está en juego el poder central.
Durante más de una semana se mantuvo una gran expectativa sobre qué ocurriría en Barinas, apuntando al triunfo de Superlano.
"En general, el sector del chavismo que encabezan Nicolás Maduro y Jorge Rodríguez estaban ganados a reconocer el triunfo de Superlano, para terminar con el apellido Chávez en la política venezolana, pero Diosdado Cabello, con ascendencia sobre militares y el sistema de justicia, dictó otra pauta", asevera un diputado que forma parte de otra corriente del oficialismo, al contextualizar para DIARIO DE CUBA lo ocurrido.
"Para nosotros Barinas es Chávez, es un bastión nuestro", sentenció Cabello y esto al parecer activó los resortes. Los militares que sustrajeron las actas de votación no terminaron por consignarlas, con lo cual se hizo inviable el reconteo de votos, y acto seguido intervino el TSJ.
Pese a que el chavismo controla los poderes públicos, en este caso se dejaron ver las diferencias. El CNE, dominado por Maduro, se allanó al reconteo y se disponía a admitir públicamente que Barinas ya no sería gobernada por un Chávez.
El máximo tribunal, cuya mayoría de magistrados fueron designados por Cabello cuando este ejerció como presidente de la Asamblea Nacional, si bien admitió que Superlano había sacado más votos, ordenó la repetición de las votaciones para el 9 de enero y sacó del juego al opositor. Según el TSJ, Superlano estaba inhabilitado.
El CNE aclaró que nunca fueron notificados oficialmente de tal inhabilitación para ocupar cargos. Además, varios periodistas repusieron el video en el cual el Gobierno de Maduro le concede un indulto a Superlano, entre otras figuras políticas, en 2020, para que se reintegrara a la actividad política dentro de Venezuela.
De acuerdo con la doctora en Historia, Margarita López Maya, una aguda analista que mostró simpatías al inicio por el chavismo, este no pudo tolerar la victoria de la oposición en Barinas por lo que ella se pregunta la razón. Lo más visible es que esta provincia es el feudo de los Chávez, pero ella asoma otras hipótesis: Barinas como territorio y aliviadero para las guerrillas colombianas del ELN y, junto a esto, "¿asiento de muchos negocios turbios de los militares?", se interroga.
"Las dos sentencias del TSJ, este 29 de noviembre, demuestran las contradicciones internas del chavismo sobre cómo manejar el tema Barinas", apunta por su parte el periodista Eugenio Martínez, especializado en temas electorales.
El remate, puertas adentro del chavismo, lo ha puesto el hermano del fallecido presidente al descartar participar en una repetición de elecciones que el propio sistema chavista le había preparado, el 9 de enero, para garantizarle su permanencia en el poder.
Montados en el portaviones político y simbólico de Hugo Chávez, su padre y sus dos hermanos se alternaron en el poder a partir de 1999 hasta este 30 de noviembre.
Andrés Caleca, quien presidió el CNE a inicios de este siglo, asevera que todo lo que ha acontecido en Barinas deja muy mal parado al chavismo ante los ojos de la comunidad internacional. Sostener que Superlano está inhabilitado, degradar la autonomía del poder electoral y mostrar el control militar sobre el acto de votación, demuestran la incapacidad del chavismo para cumplir lo acordado en la mesa de negociación de México.
Además, estas elecciones, luego de tres lustros, son las primeras que tienen una amplia y técnica observación electoral por parte de la Unión Europea (UE). Una parte de esta misión ha seguido observando lo que ocurre en Barinas.
"Lo que ocurrió en Barinas no parece una buena noticia para el Gobierno, al menos en el plano sanciones y por lo tanto económico. Es más, pareciera mandado por alguien que no le interesa que las cosas mejoren", apunta el economista Luis Oliveros.
Se especulaba en Caracas que el cambio de estrategia del chavismo, de allanarse a una negociación con la oposición y de hacer unas elecciones con veeduría de la UE, era una estrategia para obtener una suerte de carta de buena conducta, en aras de que se suavicen o se levanten las sanciones de EEUU y la UE. Si este fue el caso, Barinas parece haber echado al traste esta opción.
