Perú vive una suerte de telenovela por entregas. El nuevo capítulo, sin embargo, añade dramatismo a la particular situación política del país andino. Sin cumplir aún sus primeros 100 días en el gobierno, el presidente Pedro Castillo se quedó sin bancada parlamentaria tras la ruptura pública que hizo el partido Perú Libre, controlado por el médico marxista Vladimir Cerrón.
Castillo cumplirá tres meses en el poder el venidero 28 de octubre y ya ha enfrentado tres crisis internas, que han afectado tanto a su propio gabinete como a la representación que le respaldó al inscribirlo como candidato presidencial. En estas primeras semanas como presidente, el maestro de izquierdas ha dado señales de pragmatismo que terminaron por disgustar al sector más radical procubano que le apoyó durante la campaña.
Castillo, quien era prácticamente un desconocido en la política de Perú y tenía un historial de educador y de dirigente sindical del sector enseñanza, se catapultó en poco tiempo a la presidencia en unas reñidas elecciones. Al no tener un partido propio, Castillo fue inscrito como candidato presidencial de Perú Libre, un partido que se define de ideología marxista.
La periodista alemana Hildegard Willer, conocedora del Perú profundo y con largos años de residencia en ese país, confirmó a DIARIO DE CUBA la tensión que ya se preveía una vez que se alcanzó la victoria. El partido de Cerrón se adjudicó el triunfo, pero esta periodista se ha preguntado si en realidad, esta victoria inédita de Castillo, en realidad la gestaron las redes del magisterio en todo el país y con mucha fuerza en las zonas de la sierra andina
El presidente, que se muestra con sombrero en todas sus intervenciones públicas para reivindicar su origen no citadino, le pidió la renuncia hace una semana a Guido Bellido, un dirigente de segunda línea de Perú Libre con abiertas simpatías por la Cuba castrista y con posiciones polémicas sobre el grupo terrorista Sendero Luminoso.
Bellido, según coinciden diversos analistas, era en verdad una pieza de Cerrón en una posición estratégica, ya que había sido designado primer ministro (un jefe de gabinete en funciones designado por el jefe de Estado). Castillo le pidió la renuncia a Bellido y optó para ese cargo por una figura de la izquierda moderada, la defensora de derechos humanos y activista del feminismo Mirtha Vásquez.
Al forzar la salida de Bellido, Castillo en realidad marcó distancia de Vladimir Cerrón. "El gran derrotado ha sido Cerrón", aseguró a DIARIO DE CUBA el reconocido periodista de investigación Ricardo Uceda.
Cerrón cobró revancha del presidente. El médico neurocirujano, formado profesional e ideológicamente en Cuba, señaló en su cuenta de Twitter este 14 de octubre que Perú Libre "no dará voto de confianza" al gabinete que encabeza Vásquez.
De inmediato, Perú Libre confirmó la ruptura con Castillo. El partido de Cerrón señaló en un comunicado que "existe un inocultable giro político del Gobierno y del nuevo gabinete hacia el centroderechismo". También añadió sin especificar que el nuevo gabinete está impulsado por partidos políticos "sostenidos por ONG norteamericanas".
Castillo no respondió de forma directa a Cerrón, pero dijo que "todos los días no podemos estar en cuestionamientos o respondiendo a situaciones mezquinas porque el Perú nos ha elegido para trabajar, para gobernar". Mientras inauguraba una carretera en la Amazonia, recalcó: "Hoy todo ha cambiado, hoy hasta piensan que con un tuit se cambia el país y así no es, el país se cambia trabajando".
Cerrón es investigado por la Fiscalía en un caso de presunto lavado de activos y acusado por malversación de fondos públicos durante su pasada gestión como gobernador en una región de los Andes.
Perú Libre alcanzó 37 escaños de un total de 130 que conforman el Congreso unicameral de Perú. Castillo es el primer presidente en la historia democrática de este país que no contará con un partido propio, pero esto tal vez sea por poco tiempo.
De acuerdo con Gustavo Gorriti, al frente de IDL Reporteros, un total de 13 educadores que fueron electos como legisladores por Perú Libre se desmarcarán de Cerrón para formar un nuevo partido alineado con Castillo.
Esto, si bien le dará un cierto piso de apoyo al presidente educador, no resolverá el problema de fondo al que deberá hacerle frente en los próximos años. Con un 10% de votos asegurados del Congreso, el Gobierno de Castillo deberá emplearse a fondo en tejer alianzas en el seno del legislativo, ya que necesitará el apoyo de este poder para llevar adelante sus principales políticas.
Un punto a favor, en medio de un escenario que luce complejo para el naciente Gobierno, está en la designación de Vásquez, en la posición estratégica de jefa de gabinete, una activista feminista y defensora de derechos humanos que logró llevar la presidencia del Congreso durante el Gobierno interino de Francisco Sagasti.
Vásquez, por su parte, le ha dado un sello propio al cargo, aunque falta aún su ratificación en el pleno del Parlamento, en una sesión en la que Perú Libre se le opondrá. "La Asamblea Constituyente no está como una prioridad en este momento", sostuvo el pasado 9 de octubre. La presidenta del Consejo de Ministros indicó que la prioridad del Gobierno de Castillo es la vacunación, la reactivación económica y el retorno a clases presenciales.
La Asamblea Constituyente fue una de las banderas de cambio principales que enarboló Castillo durante la campaña electoral. Sin embargo, una vez en el poder se ha topado con la política real. Castillo, en general, ha dado señales de pragmatismo en esta primera etapa de gobierno.
