Un mes después de su investidura como presidente, finalmente el gabinete de Pedro Castillo ha logrado la ratificación en el Congreso. Dado que necesitaba los votos de otros grupos políticos, el maestro convertido en jefe de Estado de Perú ha dado muestra de pragmatismo. Sus ministros omitieron las principales banderas de cambio de la campaña electoral y así lograron el respaldo.
El Congreso sostuvo dos días de maratónicas sesiones el jueves 26 y viernes 27 de agosto. Allí, Perú Libre, el partido que abanderó a Castillo, tiene 37 de un total de 130 legisladores. Ocurrieron acusaciones, señalamientos, insultos y amenazas. Finalmente se impuso la razón y el primer gabinete de Castillo, encabezado por el polémico primer ministro Guido Bellido, logró el respaldo legislativo para poder asumir formalmente sus funciones.
Castillo, a juicio de analistas, volvió a dar muestras de pragmatismo que algunos visualizan como decisiones tácticas de repliegue, sin abandonar la tesis socialista de inspiración marxista que rigió su campaña y que es la bandera política de Perú Libre. Este partido fundado y dirigido por Vladimir Cerrón, un médico marxista formado en Cuba, fue el que respaldó a Castillo para que pudiese inscribirse como candidato presidencial.
En las dos sesiones del Congreso, ni Bellido como jefe de gabinete, ni otros ministros en sus intervenciones, colocaron como prioridad para este 2021 algunas de las polémicas banderas electorales de Castillo: promover una Asamblea Constituyente para redactar una nueva Constitución, voltear del todo el presupuesto para destinar la mayoría de recursos a la educación, expulsar a extranjeros incursos en delitos o aumentar los impuestos al gran capital.
El gabinete que encabeza Bellido, a quien se le sigue un proceso por enaltecer la violencia política de los 80 del grupo maoísta Sendero Luminoso, reunió 73 votos a favor. Castillo celebró esta votación como un triunfo.
Bellido, quien a propósito de las protestas del 11J en Cuba ratificó recientemente su simpatía por el castrismo, omitió defender las banderas principales de Castillo a favor de un cambio profundo en Perú. El primer ministro, en cambio, anunció que las prioridades del nuevo Gobierno estarán en la vacunación contra el Covid-19 y la reactivación de la economía peruana, afectada seriamente por la pandemia.
La periodista Jacqueline Fowks, colaboradora de diversos medios internacionales desde Lima, comentó a DIARIO DE CUBA que, si bien Bellido no colocó como prioridad el tema de una Constituyente, los grupos políticos conservadores que se oponen a Castillo, y que votaron en contra de ratificar a este gabinete, han sido muy críticos sobre la posibilidad de que se apruebe una nueva Carta Magna en Perú.
Esta oposición tiene un referente en el partido Fuerza Popular, de la candidata presidencial derrotada Keiko Fujimori. Sostienen los críticos de Castillo que abrir un debate constituyente llevaría a que se formalice en Perú un modelo de régimen autoritario como los de Cuba o Venezuela.
Tal como en su momento lo señaló DIARIO DE CUBA, Fowks sostiene que el papel de Cerrón es un factor disruptivo en las primeras semanas de gobierno de Castillo. El médico formado profesional e ideológicamente en Cuba, hace presión sobre el presidente de forma pública y a través de sus operadores políticos que forman parte del Gobierno. Allí tiene un papel destacado Bellido. Este tenía un papel secundario en Perú Libre, pero fue elevado al importante papel de primer ministro como una cuota estratégica de Cerrón.
Aunque sin duda Perú Libre fue clave para que Castillo llegara a la presidencia, pasando de ser en pocas semanas de un casi desconocido maestro de provincias a ganador de la primera vuelta de las elecciones presidenciales, diversos analistas apuntan al papel que están teniendo otros factores para moderar al nuevo Gobierno.
En particular se menciona a la excandidata presidencial Verónika Mendoza, del partido Juntos por el Perú, que simboliza una izquierda moderna. Este apoyo le ayudó a Castillo a obtener apoyo en la clase media urbana de Lima y otras ciudades peruanas, que inicialmente veían con mucho recelo el discurso de inspiración marxista del maestro. A este grupo político pertenecen el ministro de Economía, Pedro Francke, y la ministra de la Mujer, Anahí Durand.
Bellido aprovechó el debate parlamentario en torno a su ratificación para sostener, una vez más, que ni él ni el presidente Castillo apoyan o tienen simpatía por la lucha armada. Una manera de deslindarse de la sombra de Sendero Luminoso, cuya recordación es muy negativa entre los peruanos por sus excesos: matanzas, ejecuciones públicas y violaciones diversas e derechos humanos.