Este domingo 27 de junio se cumplen tres semanas de las reñidas elecciones presidenciales en Perú. Aunque buena parte de la comunidad internacional le ha dado validez a estos comicios, que llevarían a la presidencia al izquierdista Pedro Castillo, los actores políticos e institucionales peruanos siguen en una suerte de telenovela que ha postergado su proclamación.
Fuentes periodísticas y diplomáticas consultadas desde Lima por DIARIO DE CUBA ratifican lo que ya habían adelantado tres semanas atrás, cuando la legisladora Keiko Fujimori denunció fraude en la segunda vuelta realizada el 6 de junio. No hay ninguna prueba de que haya ocurrido un fraude en Perú que torciera la voluntad popular manifestada en las urnas.
Con una diferencia en torno a los 40.000 votos, prácticamente una cifra similar a 2016 cuando la propia Fujimori reconoció como presidente a su rival, el economista liberal Pedro Pablo Kuczynski. Sin embargo, en este 2021 la hija del juzgado y condenado expresidente Alberto Fujimori se niega a reconocer el triunfo de Castillo, un educador y dirigente gremial con posiciones claramente de izquierda.
Dado que no se termina de declarar oficialmente el triunfo de Castillo, pese al reconteo de votos y a que no se han encontrado indicios de fraude, actores internacionales de peso hicieron una serie de pronunciamientos por separado para darle validez a estos comicios.
La misión de observación de la Organización de Estados Americanos (OEA) sostuvo que el balotaje presidencial en Perú entre los candidatos Keiko Fujimori y Pedro Castillo fue un "proceso electoral positivo", en el que no ocurrieron "graves irregularidades".
Acto seguido, este 25 de junio, la Secretaría de la OEA ha urgido a que se cierre el proceso y ha dado un espaldarazo al Jurado Nacional Electoral (JNE), cuya independencia ha sido puesto en duda por seguidores de Fujimori.
Tras no lograr revertir el resultado final, la estrategia de Fujimori ha estado enfocada en colocar en tela de juicio al JNE. Tanto la OEA, como la UE y el Gobierno de EEUU respaldaron al JNE.
A través de un comunicado, el Departamento de Estado de EEUU sostuvo que las elecciones peruanas fueron "libres, justas, accesibles y pacíficas". Para Washington, los comicios de Perú "son un modelo para la región".
Asimismo, el Departamento de Estado anunció este 22 de junio que espera seguir trabajando "con el candidato debidamente elegido por el pueblo peruano, como lo confirmaron las autoridades electorales peruanas".
"La UE y los Estados miembros consideran que el proceso electoral del 6 de junio, en Perú, ha sido libre y democrático", sentenció por su parte un comunicado de la UE difundido este 24 de junio.
Según una fuente diplomática consultada por DIARIO DE CUBA, la seguidilla de pronunciamientos internacionales busca revertir la inercia en la que parece sumergirse el proceso electoral. Si bien no hay ninguna denuncia sustantiva de fraude, se he generado una suerte de telenovela ya que la renuncia de un directivo del JNE dilata cualquier decisión definitiva.
Pese a que legalmente ningún director del JNE puede separarse de su cargo en medio de un proceso electoral aún no concluido, como es el caso actual dadas las impugnaciones diversas que presentó Fujimori, el rector electoral Luis Arce se separó del cargo, aduciendo que no quería convalidar decisiones inconstitucionales.
Desde hace un par de años, la fiscal general y un fiscal supremo investigan a Arce por enriquecimiento ilícito y desbalance patrimonial y por sus vínculos con los Cuellos Blancos del Puerto, la red de corrupción en el sistema de justicia cuya cabeza, el exjuez supremo César Hinostroza, intentó anular en 2018 la investigación fiscal por lavado de activos a Keiko Fujimori.
"Antes de la renuncia de Arce esperábamos una decisión definitiva del JNE para la primera semana de julio. Ahora no se sabe. Hoy 26 de junio se ha juramentado al miembro suplente, pero se desconoce cuánto tiempo tomarán las audiencias restantes", explica a DIARIO DE CUBA la periodista Jacqueline Fowks.
Constitucionalmente, el nuevo presidente debe asumir por un periodo de cinco años el venidero 28 de julio. Hasta ahora, no ha ocurrido en la historia democrática de Perú un hecho que impida la toma de posesión de un presidente electo, pese a los resultados cerrados de varias elecciones.
En paralelo, mientras se desarrolla toda la revisión electoral, prosigue el juicio contra la candidata y legisladora Fujimori. Tal como lo reseñó DIARIO DE CUBA, Fujimori ha evitado ir a prisión, por ahora.
El tono de telenovela que ha adquirido el proceso poselectoral peruano incluso ha colocado de nuevo como figura relevante al procesado y condenado Vladimiro Montesinos.
El exjefe del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), quien está en prisión, dictó instrucciones —según unos audios revelados— para que un comandante militar en retiro use a un abogado de su confianza para comprar los votos del JNE y favorecer a Fujimori. Según este escándalo, Montesinos asevera que debe pagársele un millón de dólares a cada rector electoral, para que admitan los recursos presentados por la hija del exmandatario.
Montesinos fue un estrecho y oscuro colaborador del Gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000). Ambos están pagando penas de prisión por violaciones a los derechos humanos y abusos de poder.
"Es lamentable que una figura tan funesta para el país como Montesinos, a pesar de estar cumpliendo condena de prisión efectiva en un penal de máxima seguridad, siga en capacidad de romper la ley, causar intriga, y complicar un panorama de por sí bastante difícil con los resultados electorales", editorializó el influyente diario El Comercio de Lima.