Las elecciones intermedias en México, que fueron planteadas tanto por Andrés Manuel López Obrador (AMLO) como por la oposición como una suerte de plebiscito sobre la gestión del mandatario, han terminado por cerrar la posibilidad de una reforma constitucional a fondo, un sueño públicamente acariciado por el presidente.
AMLO sin duda tiene suficientes motivos para celebrar los resultados del 6 de junio, pero ha centrado sus reflexiones poselectorales en el asunto de la mayoría calificada, a lo que apostaba llamando de forma abierta a votar por su partido, el izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena), incluso violando las normas electorales dado que un jefe de Estado no debe usar recursos públicos a favor de una parcialidad.
El periodista cubanomexicano Rubén Cortés, exdirector de los diarios La Razón y Contra Réplica, explica a DIARIO DE CUBA que AMLO estuvo durante casi dos años en campaña, destinándole recursos a sus seguidores y violando la separación de poderes. Nunca antes un mandatario se había involucrado tan abiertamente en unas elecciones.
"El México plural y diverso votó en contra de que pueda hacer cambios a la Constitución", sintetiza Cortés. Otro aspecto, relevante a su juicio, es que con la nueva composición de la Cámara de Diputados, AMLO no podrá intervenir al Instituto Nacional Electoral (INE), ni imponer nuevos consejeros, como había adelantado.
El INE llamó la atención públicamente a López Obrador en varias ocasiones por hacer uso de sus diarias ruedas de prensa para favorecer a su partido, Morena, violando la normativa electoral.
Un asunto destacado por analistas (por ejemplo, por el periodista Joaquín López-Dóriga) es que si bien el voto opositor contuvo el avance de AMLO por hacerse del control total de la Cámara de Diputados, el México profundo sí le dio un claro respaldo: "Las elecciones intermedias del 6 de junio en México se saldaron con un mayor control en los estados del partido Morena".
Un total de 11 de las 15 gobernaciones de estado (provincias) en disputa fueron obtenidas por los candidatos de AMLO, candidatos que además el presidente impuso a dedo, por lo que se espera tengan una total colaboración con el Gobierno federal.
El analista Mauricio Juárez, consultado por DIARIO DE CUBA, sostiene por su parte que López Obrador y los partidos opositores todos tienen motivos para celebrar, sin embargo "el gran perdedor" es en realidad el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que otrora rigió los destinos de México por siete décadas.
"El PRI fue por segunda elección consecutiva, el gran perdedor. No ganó nada. Por el contrario, perdió todos los estados que gobernaba (ocho) y su crecimiento legislativo es mínimo", sintetiza Juárez.
Aunque aún no hay resultados definitivos, dado que fue un proceso complejo con miles de cargos de elección en juego, las estimaciones confiables le otorgan a Morena alrededor de 200 diputados, un número sustantivamente menor de los 253 legisladores que tuvo en 2018, cuando fue electo AMLO como presidente. En estas elecciones intermedias hubo un récord de 52% de participación electoral, lo cual simboliza claramente el interés que despertaron estas elecciones intermedias.
Morena quedó bastante lejos de los 334 escaños que necesitaba para hacerse de una mayoría calificada que le permitiera a AMLO hacer reformas profundas de la Constitución.
Sumando los legisladores electos por aliados de AMLO, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Verde (PVEM), el presidente contaría con unos 280 diputados, lo cual le garantiza la mitad más uno de los votos (251) en la Cámara de Diputados. Con este esquema podrá aprobar el presupuesto, por ejemplo, sin tener que negociar con los partidos opositores.
El periodista e historiador Julián Andrade pone de relieve este resultado. "La oposición buscaba contener el poder de Morena en la Cámara de Diputados y lo logró. A partir de septiembre el presidente Andrés Manuel López Obrador no contará con la mayoría suficiente para modificar la Constitución sin el acuerdo con otros partidos", pronostica.
"Hay que destacar también la alta participación ciudadana y lo que ello significa para la democracia mexicana. Sin importar colores, salimos a votar con la idea de que esa es la forma que nos hemos dado para definir la distribución del poder político", sostiene Andrade al ser consultado por DIARIO DE CUBA.
"Los comicios, que se celebraron con un alto índice de participación, se vivieron como un plebiscito a la figura del mandatario mexicano y a sus proyectos de transformación", recalca por su parte López-Dóriga.
Más allá de los resultados nacionales, diversos analistas mencionan los resultados en las alcaldías que conforman la gigantesca Ciudad de México, como el verdadero seísmo del 6 de junio. Por primera vez desde que hay elecciones directas para escoger a los alcaldes, la izquierda no se hizo con la mayoría de los cargos en disputa.
Los grupos opositores a AMLO, que acudieron unidos, triunfaron en nueve de las 16 demarcaciones. En 2018 el partido Morena había triunfado en 14. Curiosamente, el mapa de la Ciudad de México ha quedado dividido por la mitad. Mientras que la alianza opositora se llevó las alcaldías del oeste, Morena mantuvo las del este.
López Obrador, finalmente, tomó el tema de los resultados electorales para endilgarle la responsabilidad a los medios de comunicación.
"En el caso de la Ciudad de México hay que trabajar más y tener en cuenta que aquí hay más bombardeo de medios de información, aquí es donde se resiente más la guerra sucia", sostuvo. Adelantó que seguirá llevando adelante su estrategia.
"Si no hay objetividad voy a tener que seguir informando, a veces hasta ciudadanos más despiertos se desmoralizan porque es tanto el bombardeo, entonces vamos a tener que volver a informar", remarcó AMLO.
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