En las elecciones peruanas de 1990 un prácticamente desconocido Alberto Fujimori, para entonces profesor universitario sin mayor relevancia, tuvo como imagen icónica que llegaba a los actos proselitistas en un tractor. Aquel hombre alcanzó la presidencia derrotando al escritor y posterior Premio Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa.
Aquello fue una sorpresa mayúscula. Después de 31 años, tal vez, este país tenga otra sorpresa de tales dimensiones con la posibilidad de que el maestro Pedro Castillo, quien luce siempre sombrero y llega a caballo a los mítines, pueda ser electo presidente el venidero 6 de junio, cuando tenga lugar la segunda y definitiva vuelta electoral.
En la primera vuelta, celebrada este 11 de abril, ninguno de los 18 candidatos obtuvo más del 50% de los votos, lo cual ha forzado el balotaje. De acuerdo con el cómputo oficial, Castillo obtuvo 19,1% de los votos y deberá enfrentarse ahora a Keiko Fujimori, congresista con varias causas penales e hija del expresidente Alberto Fujimori, quien está en prisión por diversas violaciones a los derechos humanos y abuso de poder.
Castillo es sin duda un fenómeno electoral. Hasta la realización de un maratónico debate presidencial con los 18 aspirantes a la Presidencia, a fines de marzo, ni siquiera era mencionado en las encuestas. En dos semanas, escasamente y desde la provincia (dado que no tuvo peso en Lima, la capital) el educador y dirigente gremial del magisterio logró posicionarse como una opción.
No solo irrumpió en la recta final, sino que echó por la borda las proyecciones de las encuestadoras que preveían un empate técnico entre seis aspirantes. Castillo sacó una clara ventaja sobre Fujimori, quien obtuvo el 13,3% de los votos.
"Castillo tuvo un mensaje muy claro y coherente en el debate. Fue el único que puso sobre el tapete la necesidad de priorizar el derecho a la educación y el derecho a la salud. Tuvo un mensaje articulado y entendible para todos los peruanos", comenta a DIARIO DE CUBA una diplomática europea, desde Lima.
La gran incógnita, sin embargo, es cómo y en tan poco tiempo Castillo pasó a ser una opción para los peruanos. La diplomática cree que el propio gremio de Educación, dominado históricamente por la izquierda marxista, pudo haber desarrollado una campaña tras bambalinas apelando por ejemplo al WhatsApp. Sin embargo aún no hay claridad sobre qué ocurrió en Perú en un lapso de 12 días, entre el debate y la votación.
Nacido en Cajamarca, en la sierra norte de Perú, el candidato de 51 años se postula por Perú Libre, que se define como un partido de izquierda marxista. El día de la votación, como en muchos de sus actos, Castillo llegó a votar montado en su yegua y usando su infaltable sombrero de paja de ala ancha, típico de Cajamarca, así como un lápiz que siempre porta como símbolo de su condición de educador.
De llegar a la presidencia, Castillo significaría un cambio radical en este país andino, en donde prevalece un gran descrédito de la clase política tradicional.
En la campaña, el maestro dijo que promoverá una ley para "regular a los medios de comunicación", así como destinar el 10% del Producto Interno Bruto (PIB) a la educación.
Asimismo, ha colocado como bandera la convocatoria de una Asamblea Constituyente para que Perú cuente con una nueva Constitución. La actual Carta Magna data de 1993, y surgió tras el autogolpe de Fujimori (1990-2000), el llamado Fujimorazo, con el cual disolvió al Poder Legislativo.
Además, Castillo ha ofrecido la conformación de un nuevo Tribunal Constitucional pero con magistrados escogidos en una consulta popular, en lugar de que sea el Congreso peruano el que designe a los rectores de la Justicia.
Al contrario de Alberto Fujimori, quien era un desconocido profesor en 1990 cuando fue candidato a la Presidencia, Castillo adquirió cierta notoriedad en 2017 al dirigir una huelga de profesores en varias regiones del país que se extendió por 75 días. Los manifestantes exigían, entre otras cosas, un aumento de sueldos para los maestros peruanos.
Con posiciones políticas que reivindica como marxistas, leninistas y mariateguistas (por José Carlos Mariátegui), Castillo tiene en verdad una vertiente conservadora desde el punto de vista religioso ya que evidencia una fuerte ética protestante, según una teóloga consultada por DIARIO DE CUBA.
Como parte de la campaña, la televisión mostró a los diversos candidatos en un desayuno dominical junto a sus familias. Castillo fue el único que oró con su familia antes de comer, apunta la teóloga, quien además recuerda sus posiciones conservadoras en el abordaje de los derechos LGTBI.
Marxista y activista por años del partido del expresidente liberal Alejandro Toledo que nada tiene de izquierda, Castillo en realidad es una suerte de enigma. Si alcanza la Presidencia, tal vez comenzarán los peruanos a saber a ciencia cierta quién es.
Si llega al poder van a tener que buscar a otro chino para que lo salven. Y lo está diciendo bien claro., le quieres tapar la boca a la prensa, quieres cambiar la constitución y quieres que los amigos de él elijan a los jueces al supremo. Buena idea la última, pero eso tienes sus consecuencias.
El unico comunista bueno es aquel que esta 7 metros bajo tierra. No hay mas daño que puedan hacer entonces.
Saliendo electo se baja de la yegua para el mercedes y prohibe a los demas montarse en yeguas o cualquier medio de transportacion que recuerde a jesucristo o a cualquiera que le haga competencia.
Si este loco ,con infulas mesianicas llega a la presidencia de Peru ..., NADIE SABE QUE LOCURAS HARIA Y LLEVARIA A PERU A LA MAS EXTREMA POBREZA.
Cuidado, Genaro, la mula te puede tumbar...
De entrada ya viene a regular los medios de comunicación, con la vara de la censura en la mano. Tīpico de los marxistas. Agárrense la peluca, peruchos, que se les acaba hasta la Causa Limeña y el Pisco