'Volveremos de alguna forma', la promesa de Trump en su despedida

Donald Trump entró este miércoles en el club de los expresidentes de EEUU con casi todos los puentes quemados: ni su vicepresidente ni los líderes republicanos del Congreso, que tan fieles le habían sido hasta hace dos semanas, asistieron a su ceremonia de despedida en la base aérea de Andrews, a las afueras de Washington.

"Adiós, les queremos, volveremos de alguna forma", dijo el expresidente a sus seguidores, que acudieron a esa base aérea para verle volar a Florida, donde debe asentarse para su retiro, reportó EFE.

La ausencia de Trump en la investidura de Joe Biden lo convirtió en el primer presidente saliente en 152 años que no asiste a la toma de posesión de su sucesor. El gesto reflejó el creciente aislamiento que ha vivido desde la insurrección de sus seguidores el 6 de enero, por la que el Senado está a punto de someterle a un segundo juicio político.

Desgastado por la cifra astronómica de muertes por el Covid-19, la peor crisis económica del país desde la Gran Depresión y un movimiento popular contra el racismo, Trump se convirtió tras las elecciones de noviembre en el undécimo presidente de un solo mandato de la historia de EEUU, algo que no ocurría desde la derrota de George H. W. Bush en 1992.

Sin embargo, se negó a aceptar el resultado de los comicios, y lanzó un desafío sin precedentes al proceso de transición que culminó en un episodio de violencia que ya es emblemático de su periodo en el poder.

Un legado incendiario

Desde que llegó al poder en enero de 2017, Trump abrazó la provocación como forma de Gobierno y herramienta de distracción, atacando a los medios de comunicación y poniendo a prueba a las instituciones del país, cuyos tribunales tramitaron cientos de demandas contra muchas de sus políticas.

Con el lema "Estados Unidos primero", puso patas arriba la relación con aliados de Washington como Canadá y la Unión Europea, protagonizó un histórico acercamiento con Corea del Norte que luego se estancó, y convirtió a China en su peor enemigo con una guerra comercial.

Su ascenso al poder fue una reacción al mandato de su némesis, el expresidente Barack Obama, al que Trump dirigió ataques desde 2011 y cuyo legado se esforzó en destruir desde la Casa Blanca, al retirarse del acuerdo nuclear con Irán y del pacto de París sobre el clima, además de congelar el deshielo con La Habana.

Aunque Trump deshizo muchas de las regulaciones de Obama y nombró un récord de jueces conservadores en tribunales federales, incluidos tres en el Supremo, no consiguió cumplir una de sus promesas de campaña clave: derogar la reforma sanitaria de 2010, conocida como "Obamacare".

Su otra promesa estrella, la construcción del muro en la frontera con México, la cumplió parcialmente: logró erigir 727 kilómetros, aunque la gran mayoría reemplaza una valla que ya existía; pero no consiguió que el país vecino sufragara los costos, como había prometido.

Nacido en 1946 en Nueva York de una familia descendiente de emigrantes alemanes, Donald John Trump se licenció en Economía Financiera y a los 28 años tomó el relevo de la empresa inmobiliaria de su padre para adentrarse después en el sector de los casinos, con un ascenso en ocasiones complicado y marcado por las deudas.

Productor de los concursos de belleza Miss Universo y Miss América, estrenó la década pasada su propio programa de televisión, El aprendiz (The Apprentice), donde varios candidatos competían por un empleo en su corporación, algo que alimentó su fama e impulsó su carrera presidencial.

¿Qué le espera a Donald Trump en Florida?

Tras sus cuatro años en la Casa Blanca, Trump será un residente permanente del Estado de Florida. Mar-a-Lago, su mansión en Palm Beach, ha sido su residencia fuera de Washington durante los últimos cuatro años y en lo adelante será la base de todas sus operaciones, según ha anunciado.

Semanas atrás se especulaba con la posibilidad de que mientras Joe Biden tomaba posesión del Gobierno en la capital, Donald Trump tendría su propia celebración con seguidores en el sur de la Florida, pero la situación cambió el 6 de enero con la violenta toma del Capitolio, así que no hubo fiesta.

Florida será además el destino de la mayor parte de su familia. Ivanka Trump, su influyente hija, y su esposo, Jared Kushner, principal asesor durante los años de Presidencia, también se mudan al Estado. El matrimonio compró un terreno de cerca de 20 millones de dólares en la isla de Indian Creek, en Miami, y alquiló un condominio de lujo en la zona de Bal Harbour.

Aunque no hay confirmación oficial, diversos rumores indican que Ivanka utilizaría el apoyo que su familia tiene en Florida para lanzar su propia carrera política, y que tendría en la mira desde la Gobernación del Estado hasta una de las bancas en el Senado local, indicó el portal Infobae.

El escaño que hoy ocupa el senador cubanoamericano Marco Rubio irá a elección en dos años, por lo que algunos analistas consideran que Ivanka podría presentarse como su relevo. Pero por el momento todo son especulaciones.

Florida es uno de los estados que más apoyo dio al expresidente durante la reelección, donde contó no sólo con el tradicional voto blanco rural, sino con buena parte del apoyo de las minorías urbanas. Se trata de un Estado gobernado por Ron DeSantis, quien logró ganar una reñida primaria republicana para ser candidato gracias al explícito apoyo de Trump.

Pero además, Florida se está convirtiendo en una suerte de bastión conservador a nivel nacional. Su estatus de Estado pendular está en duda, después de que en las últimas elecciones presidenciales se inclinara por el candidato republicano y de que las principales figuras políticas estatales sean todas republicanas, sumando el gobernador y los dos senadores federales.

También los poderosos grupos Turning Point USA y la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC, por sus siglas en inglés) mudaron sus oficinas centrales de Washington D.C. a Florida. El propio Comité Nacional del Partido Republicano eligió este Estado dos semanas atrás para celebrar su conferencia de invierno. Todo lo anterior podría hacer de la zona el puesto de mando del futuro político de Trump.