El líder supremo de Irán, Alí Jamenei, anunció el viernes que "está prohibida la importación al país de las vacunas estadounidenses y británicas" contra el Covid-19, al tiempo que alabó la que desarrollan científicos iraníes.
"Si su fábrica de Pfizer puede producir alguna vacuna, que la consuman primero ellos mismos para que en 24 horas no tengan 4.000 fallecidos. Lo mismo ocurre con el Reino Unido", subrayó el líder en un discurso televisado, según reportó EFE.
Jamenei aludió así a la alta propagación del Covid-19 en EEUU, donde se están alcanzando máximos diarios de decesos, y en el Reino Unido, donde la aparición de una nueva cepa ha disparado los contagios.
Pese a esta justificación del líder, la medida tiene un carácter político debido a la conflictiva relación que Teherán mantiene tanto con Washington como con Londres.
Las vacunas que por el momento han sido autorizadas en los países occidentales y se están ya administrando son la de la farmacéutica estadounidense Pfizer, desarrollada junto a su socio alemán BioNTech, y la de Moderna, empresa biotecnológica estadounidense.
El Ministerio de Salud de Irán informó el mes pasado que las primeras vacunas contra el nuevo coronavirus que llegarían al país serían a través de compras directas a un país extranjero. De manera que, después del veto de Jamenei, esos países podrían ser Rusia, China o el programa de cooperación COVAX para un acceso equitativo mundial a las vacunas contra la pandemia.
Irán, país en el que hasta el momento se han registrado 1.268.263 contagios y 55.993 muertes, ha luchado por detener el peor brote del virus en Oriente Medio sin mucho éxito.
El pasado 29 de diciembre el país inició la primera fase del ensayo clínico de su vacuna contra el Covid-19.
Al respecto, el líder supremo iraní destacó que este avance es "un orgullo y un honor para el país": "No intenten negar esto", apostilló en su discurso.
La vacuna, denominada COV Iran Barkat y producida por la farmacéutica Shifa Pharmed, se inyecta en dos dosis, la segunda 14 días después de la primera.
Teherán también está cooperando con La Habana en este campo. En la Isla se está llevando a cabo la segunda fase del ensayo clínico del inyectable del país persa y, si termina con éxito, la tercera fase se realizará en la República Islámica.
El pasado 1 de enero la emisora provincial cubana Radio Bayamo informó que Cuba y el Instituto Pasteur de Irán llegaron a un acuerdo para la producción de una vacuna iraní contra el Covid-19. Mientras en Irán la noticia fue dada por el portavoz de la Organización para Alimentos y Medicinas de ese país, y luego celebrada con entusiasmo por varios medios oficiales, incluyendo la televisión estatal, casi todos los medios oficiales de la Isla, así como sus autoridades, evitaron referirse al asunto.
Seguro temen que la democracia y libertad pueda entrar al cuerpo por las vacunas extranjeras.