Más de 45 países se han pronunciado este lunes para condenar el resultado de las elecciones legislativas impulsadas por Nicolás Maduro en Venezuela, quien busca recuperar el control de la Asamblea Nacional, que desde 2015 es dominada por la oposición.
Por otra parte, Gobiernos aliados como los de México, Argentina y Bolivia no se han pronunciado al respecto, mientras el mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, calificó como una "victoria de la revolución y del pueblo bolivariano" el resultado de los comicios.
En cambio, 16 países de la región firmaron un documento declarando que los comicios venezolanos "carecen de legalidad y legitimidad porque fueron llevados a cabo sin las mínimas garantías de un proceso democrático, de libertad, seguridad y transparencia, ni de integridad de los votos, ni la participación de todas las fuerzas políticas, ni de observación internacional".
Los países que suscribieron el documento son Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guyana, Haití, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Santa Lucía.
Posteriormente se sumó el Gobierno de Uruguay, que declaró que la votación no tuvo "principios democráticos ni garantías de transparencia".
Washington, por su parte, indicó que "seguirá reconociendo" al titular del parlamento, Juan Guaidó, como "presidente interino" de Venezuela.
"La comunidad internacional no puede permitir que Maduro, que está en el poder de manera ilegítima porque robó las elecciones de 2018, se beneficie de robar una segunda elección", afirmó Mike Pompeo en un comunicado, reafirmando que los comicios del domingo fueron una "farsa".
La Unión Europea también rechazó el proceso, pues los estados miembros negaron a reconocer el resultado de los comicios al entender que se llevaron a cabo sin "respeto al pluralismo político" y en un contexto de "descalificación y persecución de los líderes de la oposición".
"La UE hace un llamamiento a las autoridades venezolanas y a los líderes (...) para unirse de forma urgente y para empezar un proceso de transición dirigido desde Venezuela", afirmaron los Estados miembros en un comunicado.
También el Reino Unido denunció que la elección del domingo "no fue libre ni justa", pues no cumplió con los estándares internacionales, por lo que el Gobierno británico no reconoce los resultados y mantiene su apoyo a Juan Guaidó.
La abstención en las elecciones fue sumamente elevada, pues solo participó el 31% de la población, representando una caída de más del 40% respecto a las parlamentarias de 2015, en las cuales ganó la oposición.
En esta ocasión la coalición chavista logró más de 3,5 millones de los 5,2 millones de votos para lograr un total de 67,6% de los apoyos, según los datos del Consejo Nacional Electoral del país.
Desde 2015 la Asamblea Nacional era el único poder controlado por la oposición, que decidió no participar igual que en las presidenciales de 2018 porque considera que no hay condiciones justas para la contienda electoral.
No es creible que la gente en Venezuela apoye a Maduro, que ha hecho tanto por reventar Venezuela, ni a Guaidò, que ha hecho nada por hacer cosas buenas en Venezuela. Ambos lìderes carecen de credibilidad. Esto tiene que ser borron y cuenta nueva.
No es creible que 3.5 millones de venezolanos votaron a favor de Maduro y el chavismo fascistoide y narcotraficante. Ha sido otro FRAUDE COLOSAL que pasa inadvertido porque se trata de una FARSA electoral. Pero ha sido un FRAUDE MASIVO. realizado con el SOFTWARE de las maquinas y encima un conteo tramposo de votos. Son dos instrumentos infalibles los del fraude, y cocinado todo en La Habana.
No ha hecho falta que el chavismo haga fraude, porque no tienen contra quien competir. Los que podìan ganarles se retiraron de las elecciones, asi que ganaron por "no presentaciòn"
Pero Zapatero dice que fueron unas elecciones justas , limpias y transparentes. Siempre que le cuiden sus intereses en la mina de oro que Maduro le regaló... por sus servicios prestados.