Faltan menos de siete meses para la elección presidencial de Ecuador, pero ya el tablero político luce agitado. La decisión del actual presidente Lenín Moreno de no buscar la relección, abre paso a un escenario incierto, pero tal vez con una certeza: ni el expresidente Rafael Correa ni su movimiento Fuerza Compromiso Social podrían estar en la competencia electoral si se mantienen los dictámenes judiciales.
Este 20 de julio, en coincidencia con las decisiones de los poderes judicial y electoral que afectan a Correa, el empresario Álvaro Noboa, el hombre más rico de Ecuador confirmó que será candidato por sexta ocasión. Ese mismo día, otro empresario, Isidro Romero Carbo, también anunció que competirá por la presidencia.
Lenín Moreno, quien fue estrecho colaborador de Correa y una vez en el poder marcó distancia del líder populista, anunció desde que llegó a la presidencia hace tres años que no se presentaría a la reelección. Correa, quien en su momento pretendía reelegirse de forma indefinida, gobernó en Ecuador durante una década: 2007-2017.
El 20 de julio la Corte Nacional desestimó la apelación de Correa a la sentencia en primera instancia. Su condena a prisión seguirá siendo de ocho años, aunque el expresidente ecuatoriano sí se beneficiará de una reducción en el tiempo de inhabilitación política, que baja de los 25 años a un periodo igual al de encarcelamiento.
Correa y una veintena de sus colaboradores enfrentan el caso Sobornos 2012-2106, que investigó una trama de financiación ilegal del partido Alianza PAIS, la formación que fundó el exmandatario, a cambio de contratos con el Estado.
Tanto Correa como sus excolaboradores más cercanos se enfrentan a una pena de ocho años, incluyendo a su exvicepresidente Jorge Glas, que ya está en prisión por el caso Odebrecht. Ambos fueron declarados culpables de cohecho, al aceptar la Corte Nacional la teoría de que estaban en la cabeza de una organización estructurada para obtener dinero de contratistas del Estado.
En paralelo, el Consejo Nacional Electoral (CNE) acató la instrucción de la Contraloría que requería eliminar las siglas del movimiento de Correa del universo de formaciones que se postulan para las elecciones del próximo año. Hace casi un año, en agosto de 2019, el ente de control emitió un informe donde ponía en duda que la formación que cobija a los candidatos afines a Rafael Correa y las otras tres formaciones hubiesen cumplido en el momento de su inscripción con todos los requisitos.
Tras la ruptura con Lenín Moreno, Correa conformó un movimiento para seguir activo en la vida política ecuatoriana, pese a que vive en Bélgica.
Correa no se ahorra calificativos para denunciar lo que a su juicio es una campaña orquestada desde la presidencia: "Los jueces ecuatorianos dan vergüenza. Me duele en el alma decirlo. Saben a lo que se están prestando. ¿Rabo de paja o tan solo cuidar el puestito?", comentó Correa para descalificar a los jueces que llevan su causa.
Según el Ministerio Fiscal, la trama de aportaciones económicas irregulares de campaña del caso Sobornos operó entre 2012 y 2016 y movió más de siete millones de dólares. La Procuraduría General del Estado, que también actuó como acusación, cifró el perjuicio al país en 21 millones de dólares.
Las dos decisiones coincidentes, según diplomáticos consultados por DIARIO DE CUBA en Quito, le cierran el paso a un eventual retorno de Correa a la carrera presidencial de cara a los comicios presidenciales, fijados para el 11 de abril de 2021. Si bien faltan varios meses, el ambiente preelectoral ya está activado en la clase política ecuatoriana pese a que el país ha estado duramente golpeado por la pandemia de Covid-19.
De acuerdo con el estudio de la empresa Clima Social, del pasado mes de junio, un 77% de los encuestados cree que es tiempo para que una mujer asuma la presidencia de Ecuador, y un 60% plantea que es hora de que asuma un mandatario joven. Este mes de julio se contabilizaban ya 12 aspirantes a la presidencia.