Los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi) 2019-2020, en Venezuela, han sido demoledores. El país sudamericano se parece más ahora, tras cinco años de empobrecimiento acelerado, a naciones del África subsahariana que a sus pares de América Latina.
La presentación de la más reciente Encovi, que viene aplicándose por cinco años por parte de universidades del país, ante la falta de cifras oficiales sobre pobreza, reveló que el 96,2% de los venezolanos está en algún grado de pobreza, medida por ingresos para satisfacer las necesidades básicas. Entretanto, casi ocho de cada diez venezolanos no tiene el dinero suficiente para comprar la canasta de alimentos familiar.
Este 7 de julio, los resultados fueron presentados por Anitza Freites y Luis Pedro España, investigadores de la Universidad Católica Andrés Bello.
España, al comentar los datos, resaltó como Venezuela desplazó a Haití en los indicadores comparativos para pasar a ser el país más pobre de América Latina y el Caribe. Según el investigador al comparar a Venezuela con sus pares de la región se acentúan las diferencias, en tanto que si se compara con naciones africanas se le percibe como una nación más semejante.
"Venezuela dejó de ser parte de América Latina", sentenció el investigador.
Al referirse a la expansión de la pobreza, España acotó que en Venezuela "quien no es pobre es una minoría muy pequeña, que raya en los invisible".
Los pobres venezolanos, en tanto, han acentuado su dependencia de los programas de transferencias de dinero del Estado. Para quienes están en pobreza extrema, el 45% de sus ingresos lo representan los "bonos" que les transfiere el Gobierno a través de la banca oficial. Un mecanismo que otras ONG han denunciado porque favorece el control social de la población.
Para retratar la magnitud de la pobreza, España recuerda que esos bonos o transferencias escasamente representan entre uno y cinco dólares, con lo cual queda en evidencia la profunda depresión económica que afecta a millones de familias en Venezuela.
"Ni siquiera algunos países que han vivido varios años de guerra abierta y declarada presentan los datos que ahora hemos encontrado en la Encovi", comentó a DIARIO DE CUBA el sociólogo Alexander Campos, director del Centro de Investigaciones Populares.
"Venezuela en términos de pobreza está dejando de parecerse a un país latinoamericano para parecerse más a uno africano. Son muy duras las cifras sociales del país", apuntó por su parte el economista y profesor universitario Luis Oliveros.
Por su parte, Anitza Freites resaltó en su presentación las cifras de la crisis migratoria, que ha sido la respuesta de la población dada la magnitud de la crisis económica y social.
Casi un millón de venezolanos emigraron cada año entre 2017 y 2019, según lo que recopila Encovi al retratar la situación familiar del país, ya que se incluye una batería de preguntas sobre los familiares que emigraron o los encuestados que aspiran a irse del país.
En Venezuela 1,6 millones de hogares tienen al menos un familiar que se ha ido en los últimos años (2017-2019) y según Freites, demógrafa de profesión, es probable que una vez que se supere el cerco sanitario por el coronavirus se registre un nuevo éxodo de venezolanos a países vecinos en busca de oportunidades.
La gran mayoría de los migrantes y su familia explican la decisión por la necesidad de conseguir mejores ingresos precisamente para mantener a flote la economía familiar. La mitad de todos los migrantes venezolanos se ubica entre 15 y 29 años, por lo que es una población fundamentalmente joven.
Un cambio que se registró en los últimos años es en el perfil educativo de quiénes se van. Freites recordó que antiguamente emigraban los venezolanos mejor formados, en 2019-2020, según Encovi, el 15% de los venezolanos que huyeron de la crisis tenían escasamente estudios de educación primaria, en algunos casos ni siquiera completos.
Con un ausentismo escolar en torno al 40% en la educación primaria y secundaria, Freites comentó alarmada que cada vez más niños y adolescentes venezolanos manifiestan no encontrarle sentido a seguir con sus estudios. "Nos dicen que no consideran importante estar estudiando", recalcó la investigadora.
La ola migratoria, por otro lado, ha provocado cambios familiares de primer orden en Venezuela. Se ha producido una feminización de la jefatura de los hogares, así como un envejecimiento en la cabeza de las familias (60 años) ante la ausencia de hombres y jóvenes que optaron por salir del país.
NO , error. El CASTRISMO acabó con Venezuela, llevándolo a extrema pobreza equiparado sólo CON ALGUN QUE OTRO PAÍS AFRICANO muy pero muy pobre.
Y el castrismo feudalizó a Cuba. Si hubiesen estadísticas confiables, probablemente todos los indicadores socioeconómicos serían los de una decadente ciudad medieval.