La industria petrolera de Venezuela, en medio de su peor crisis en un siglo de existencia, vivirá una nueva etapa sin la égida del sector militar y sin la influencia que tuvo en los últimos tiempos el número dos del régimen chavista, Diosdado Cabello.
Detrás de la designación como ministro de un no conocedor del tema petrolero como Tareck El Aissami, quien ha estado al frente de los servicios de seguridad e inteligencia de Venezuela y es acusado de narcotráfico por Estados Unidos, se esconde una lucha de poder entre este y Diosdado Cabello, considera el analista político Ricardo Ríos.
Hasta este lunes 27 de abril, el cargo de ministro de Petróleo y la presidencia de la empresa Petróleos de Venezuela (PDVSA) recaían en una misma personal, el general Manuel Quevedo, un colaborador cercado a Cabello y quien en tres años, siendo también inexperto en el tema energético, no logró levantar la producción de crudo.
En 2017, cuando asumió ambos cargos, dijo que elevaría la producción petrolera de Venezuela en un millón de barriles por día. En la práctica ocurrió exactamente lo contrario, en su gestión Venezuela registró una estrepitosa caída en la producción de crudo.
Durante su gestión, la producción de la petrolera estatal pasó de 1,9 millones de barriles diarios en 2017 a escasos 660.000 en marzo de 2020, según cifras de la Organización de Exportadores de Petróleo (OPEP). Se trata de una bajada del 65 % en menos de tres años.
El discurso chavista insiste en culpar a las sanciones de esta situación, mientras que analistas adjudican tal crisis al manejo politizado de la industria petrolera, la desinversión y la falta de mantenimiento, así como la política de conceder en condiciones muy ventajosas crudo a Cuba.
"La designación de El Aissami como nuevo ministro de petróleo formaliza el golpe que comenzó a dársele a Diosdado Cabello hace un par de meses", declaró Ríos a DIARIO DE CUBA. Este analista había asegurado que los días de Quevedo estaban contados desde que en febrero pasado El Aissami fue colocado al frente de una comisión presidencial para reestructurar la industria petrolera.
La salida de Quevedo no solo debilita el poder e influencia de Cabello, quien pierde a un cercano colaborador en una posición estratégica en Venezuela, sino que evidencia también el desalojo del sector militar en la dirección de la otrora principal fuente de recursos del país.
De acuerdo con la analista de temas castrenses Rocío San Miguel, los militares venezolanos han perdido interés en el sector petrolero debido a la caída mundial de los precios del petróleo, al esquema de sanciones de Estados Unidos, que tiene al crudo venezolano en la mira, y a la propia situación interna del sector, prácticamente destruido.
Cuando Hugo Chávez llegó al poder en Venezuela, en el año 1999, PDVSA producía 3,1 millones de barriles diarios y tenía una envidiable capacidad de refinación (para generar gasolina) de 1,6 millones de barriles por día.
En la actualidad, este sector produce una quinta parte de lo que producía hace 20 años, el país es un importador de combustible, y en general el ahora raquítico sector petrolero venezolano tiene niveles similares a los que tenía en 1940.
Según el experto petrolero Francisco Monaldi, ya a fines de 2018 había quedado en evidencia el retroceso venezolano en su capacidad de producción y refinación, y esto fue mucho antes de que la administración de Donald Trump impusiera sanciones contra PDVSA, cosa que ocurrió en el primer trimestre de 2019.
En la presidencia de PDVSA este 27 de abril fue designado Asdrúbal Chávez, un primo del fallecido presidente venezolano. Si bien este Chávez no es del entorno de El Aissami, tampoco es cercano a Cabello, con lo cual queda neutralizado el poder del número dos del régimen chavista en la alicaída empresa, sostiene el analista Ricardo Ríos, presidente de la firma Poder y Estrategia.
De acuerdo con el portal Poderopedia Venezuela, que analiza las relaciones de poder en el país, El Aissami es una de las figuras de mayor poder en el chavismo. Ríos apunta que el chavismo no es monolítico y coexisten diversos grupos disputándose cargos y posiciones en el entorno presidencial.
Definido como uno de los pragmáticos del régimen de Maduro, se cree que El Aissami podría ensayar medidas de privatización en el sector petrolero, apelando a sus conexiones con los gobiernos y empresas estatales de Turquía e Irán.
Ahora si no me da la cuenta: ¿a maduro no lo sostenía una cúpula militar presionada y amedrentada por el G2 cubano?
¿será que la labor segurosa en Venezuela ha sido tan brillante que ya redujeron a los militares venezolanos a corderitos sin pantalones como a los cubanos de la isla, y ya no hay nada que temer de ellos?
En Venezuela ya todo esta perdido .EL totalitarismo comunista marxista ,se apodero del pais y solamente una invasion , o el desatar una guerra irregular anti madurocastrista ,se torna como la unica solucion.NI EL HAMBRE MAS ATROZ , NI LA MISERIA MAS GRANDE , NI LA INFLASION MAS GRANDE DEL MUNDO ,TUMBARA AL MADUROCASTRISMO. AHORA SI, SI, LO UNICO QUE SE ESPERA SERA UNA CRISIS TOTAL UNA SITUACION DE CALAMIDAD INTERMINABLE ,PUES EL SISTEMA IMPUESTO EN VENEZUELA ,AL IGUAL QUE EN TODAS PARTES QUE SE APLICO DA EL MISMO RESULTADO, pero esto no hara caer a la dictadura madurocastrista.INVADIR O GUERRA CIVIL , UNICA SOLUCION. NO PIERDAN MAS EL TIEMPO. RENE LIBERTARIO.
Estas republicas bananeras tienen más generales que soldados en cargos importantes y no avanzan ni a jodida deberían poner a soldados razos a ver si prosperan la maldita herencia española de mierda.
Muy bueno su comentario ...