El presidente Nicolás Maduro nombró el lunes a un poderoso aliado —sancionado por EEUU como presunto capo de la droga— junto con un primo del fallecido líder socialista Hugo Chávez para renovar la industria petrolera de Venezuela en medio de una escasez masiva de gasolina, reportó la agencia AP.
Tareck El Aissami, vicepresidente de Economía, fue nombrado ministro encargado de Petróleo, mientras que Asdrúbal Chávez fue designado presidente interino de la corporación estatal Petróleos de Venezuela SA (PDVSA), de acuerdo con la Gaceta Oficial publicada el lunes. El gobierno no ha divulgado algún comentario.
Ambos cargos fueron ocupados hasta ahora por el mayor general de la Guardia Nacional, Manuel Quevedo, quien durante su mandato de 28 meses observó cómo la producción de petróleo en el país, ubicada en la cima de las mayores reservas de petróleo del mundo, colapsó en un 65%.
"La única fuente de ingresos del país, el petróleo, se derrumbó bajo Quevedo y las sanciones de EEUU pusieron los últimos clavos en su ataúd", dijo Russ Dallen, jefe de la firma de inversiones con sede en Miami Caracas Capital Markets.
Las designaciones se producen en medio de la caída de los precios mundiales del petróleo y después de dos décadas de caída en picada de la producción de crudo en la empresa petrolera estatal. Los críticos culpan a la corrupción rampante y mala gestión.
En las últimas semanas los venezolanos han experimentado una escasez crítica de gasolina, que incluso ha golpeado la capital venezolana. Caracas, sede de los poderes públicos, había sido un oasis donde la escasez de gasolina rara vez la afectaba, a diferencia del resto del país donde era ya frecuente.
En un intento por satisfacer las demandas de gasolina, Venezuela se volvió hacia Irán, recibiendo en el primero de varios envíos entregados por avión un catalizador químico clave necesario para convertir el crudo pesado y extrapesado en combustible.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los EEUU agregó recientemente a El Aissami a su lista de los diez fugitivos más buscados. Fue sancionado en 2017 por presuntamente ser un importante narcotraficante y fue acusado dos años después por alegatos de violación de esas sanciones.
Un asesor clave de Maduro, El Aissami, de 45 años, se desempeñó anteriormente como vicepresidente de la república, entre enero de 2017 y junio de 2018, y más recientemente ministro de Industria y Producción Nacional.
Asdrúbal Chávez no ha sido blanco hasta ahora de la administración de Donald Trump con medidas financieras sancionatorias.
2,33 dólares de aumento de salario mínimo
El gobierno de Maduro anunció el lunes un aumento del salario mínimo mensual de Venezuela en un intento de elevar los ingresos de los ciudadanos, que en su mayoría no tienen la capacidad de cubrir la totalidad de sus necesidades básicas de alimentación.
Según otro reporte de la agencia AP, a partir del 1 de mayo, el salario mínimo mensual se ubicará en 400.000 bolívares, lo que equivale a unos 2,33 dólares al tipo de cambio oficial, que sumado a un bono de alimentación elevó la remuneración mínima legal a unos 4,66 dólares, dijo el ministro del Trabajo, Germán Eduardo Piñate, a través de Twitter.
El actual sueldo mínimo, que gana la mayoría de los trabajadores, es de aproximadamente 1,35 dólares al mes.
El bono alimentario se incrementó de 250.000 a 400.000 bolívares, indicó Piñate, citando la Gaceta Oficial que se publicó el lunes.
Pese al aumento, el salario mínimo de Venezuela —con una inflación que en los primeros tres meses del año se ubicó en 124%, de acuerdo con cifras del Banco Central— sigue siendo uno de los más bajos de la región y es insuficiente para cubrir las necesidades básicas de sus pobladores. La mayoría pobre del país tiene una dieta deficiente, de acuerdo con cifras del Programa Mundial de Alimentación de la ONU.
La incapacidad de muchos para obtener los requerimientos alimenticios básicos solía ser provocada por la escasez, pero después, cuando se regularizó el abastecimiento, la causa principal empezó a ser los elevados precios que se fijan de acuerdo con su costo en dólares.
La semana pasada, la harina de maíz —uno de los alimentos menos costosos y tradicionalmente uno de los más consumidos en Venezuela— costaba 180.000 bolívares por kilo, unos 0,97 centavos de dólar.
El incremento se produce en momentos que Maduro retomó el control de precios, medida que estuvo vigente desde 2003. Esa acción logró revertir la ausencia de productos básicos en los anaqueles, reactivó las actividades comerciales en el país, estabilizó la tasa de cambio y desaceleró la hiperinflación.
Los críticos de Maduro por años han cuestionado los aumentos del salario mínimo, decretados desde que llegó al poder en 2013, argumentando que estos no van acompañados por medidas para recuperar la postrada economía venezolana y abatir la hiperinflación. No se espera que el nuevo incremento sirva para aliviar las dificultades de los venezolanos para poner un plato de comida en las mesas.