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Covid-19

Daniel Ortega, casi un mes sin aparecer en público, y no es la primera vez

El mandatario acostumbra a 'desaparecer' en los primeros días de las crisis y luego a reaparecer en público.

Managua
Daniel Ortega en un acto público.
Daniel Ortega en un acto público. EFE

El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, que cumplió este martes 26 días sin dar la cara en público en medio de la pandemia por el coronavirus, no es la primera vez que desaparece en medio de una crisis.

En su larga carrera política, que incluye 18 años, seis meses y 12 días como gobernante, incluidos los últimos 13 años y casi tres meses de forma consecutiva, Ortega ha acostumbrado a desaparecer en los primeros días de las crisis y luego a reaparecer en público, recordó EFE.

Para unos, ese estilo de gobernar le quedó marcado por los siete años y 42 días (1967-1974) que permaneció en prisión durante el régimen somocista, y para otros, simplemente porque no le gusta enfrentar las crisis sino hasta que ya hay visos de solución, para así aparecer como el gran componedor.

A Ortega, un exguerillero de 74 años, no se le ve desde el pasado 12 de marzo, cuando participó, desde su residencia, en una teleconferencia sobre el Covid-19 con sus homólogos centroamericanos.

El mandatario no participa en actos públicos desde el 21 de febrero pasado, cuando el general Julio César Avilés tomó posesión por otros cinco años como comandante en jefe del Ejército.

Ortega tampoco encabezó una marcha organizada por el Ejecutivo el pasado 13 de marzo, denominada "Amor en tiempos del Covid-19", en la que miles de simpatizantes sandinistas y trabajadores marcharon por Managua.

El gobernante, contrario a otras ocasiones, tampoco se ha solidarizado en público con su aliado y par venezolano, Nicolás Maduro, quien fue acusado por Estados Unidos por los delitos de narcotráfico, lavado de dinero y terrorismo.

También se ausentó de los homenajes póstumos realizados al secretario de Relaciones Internacionales del gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Jacinto Suárez, quien fue su amigo desde la infancia y con quien compartió celda.

El 18 de abril de 2018 estallaron protestas callejeras por unas controvertidas reformas a la seguridad social. Ortega, que fue presidente en 1985-1990 tras coordinar una Junta de Gobierno (1979-1985), dio la cara hasta el 21 de abril, con el alto mando militar y policial, pero no derogó las reformas, sino más bien culpó a "pequeños grupos de la oposición" de ser los causantes de las revueltas que hasta entonces dejaban al menos diez muertos.

Un día después, cuando las protestas ya dejaban al menos 27 muertos, dio marcha atrás, pero las manifestaciones continuaron y el Estado las aplastó con el uso de la fuerza ,que cobraron al menos 328 vidas, según organismos humanitarios.

El mandatario apareció nuevamente el 16 de mayo de ese año, cuando se dio por iniciado un fallido diálogo nacional, con el que se buscaba una salida a la crisis, y en donde demandaron su dimisión.

En 2014, entre febrero y marzo, pasó más de diez días sin dejarse ver en público e incluso suspendió de forma repentina un reunión en Managua con el entonces presidente de Ecuador, Rafael Correa, y un acto político por el aniversario de la insurrección guerrillera en la comunidad indígena de Monimbó, en Masaya, donde anualmente asistía para recordar la caída en combate de su hermano Camilo, en 1978.

Ortega reapareció en el aeropuerto de Managua para darle la bienvenida al nuevo cardenal nicaragüense, Leopoldo Brenes, tras ser investido por el papa Francisco.

"Usted hizo el milagro de resucitarme porque para un montón de gente estaba muerto", bromeó Ortega al saludar al cardenal Brenes en el salón de protocolo de la terminal aérea, donde posaron para los fotógrafos.

En 1994, cuando era líder de la oposición, sufrió un "infarto silencioso" que lo obligó tratarse en Cuba y los nicaragüenses especularon sobre su estado de salud.

Cuando reapareció en público se abrió la camisa en la Asamblea Nacional para demostrar a los periodistas que no se había hecho una operación a corazón abierto.

Para el sociólogo Óscar René Vargas, el Gobierno está usando la ausencia de Ortega como "diversionismo", para desinformar y desviar la atención sobre el mal manejo de la crisis sanitaria en ese país.

Según datos oficiales, en Nicaragua solamente hay seis casos confirmados de Covid-19, "todos importados", de los cuales uno murió, tres se encuentran en estado "delicado pero estable", y dos fueron dados de alta.

De acuerdo con el Observatorio Ciudadano Covid-19, que trabaja de forma independiente, las autoridades nicaragüenses han ocultado por lo menos 144 casos sospechosos desde mediados de marzo, de los cuales se desconoce cuáles dieron positivo al coronavirus.

El Gobierno del presidente Daniel Ortega sostiene que en Nicaragua no hay "contagio comunitario", por lo cual promueve eventos multitudinarios y visitas de los sandinistas casa por casa, no ha establecido ningún tipo de restricciones, ni ha anunciado medidas de prevención social frente a la pandemia.

Las autoridades locales sostienen que están en una etapa de "vigilancia y monitoreo" del coronavirus, por lo que no ven necesario tomar medidas sociales recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

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3 comentarios

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¡¡Qué se muera y no joda más, A S E S I N O!!

Profile picture for user padre Ignacio

Es un truco muy viejo a fin de desmoralizar a los que empiezan a celebrar, Cara de Coco solía hacerlo con frecuencia, era una manera pérfida que tenia de mortificar a sus enemigos y de subliminalmente hacerse el inmortal. La cosa es que cuando murió el comandante Cara de Coco, mis familiares y amigos me llamaron para celebrar, a lo cual me negué, alegando que no hacia falta porque ya lo había hecho un montón de veces.

Increíble el caso Nicaragua. Este payaso de la foto derroco a un dictador como lo hizo nuestro hp en Cuba con el lloriqueo de abusos, torturas y otro sinfín de calamidades por el dictador de turno, Samoza y Batista en Cuba para ellos hacer lo mismo o peor que los dictadores anteriores. De risa