Son dos líderes populistas, en las antípodas ideológicas, unidos en un discurso que relativiza el impacto del coronavirus. Se trata de los presidentes Jair Bolsonaro (Brasil) y Andrés Manuel López Obrador (México). Sin embargo, más que el pueblo como podría creerse, la motivación en sus posturas podría ser la economía, según analistas consultados por DIARIO DE CUBA.
Entre líneas, López Obrador dejó entrever que el coronavirus implicará una crisis económica para su país. Esto lo señaló el pasado 22 de marzo, cuando aún en público no manifestaba preocupación por el impacto sanitario del coronavirus. Dos días después, sin decretar aún una cuarentena se agudizaron las medidas de protección.
Sin embargo, no ha anunciado la suspensión de sus movilizaciones por el país, en las cuales tiene contacto cara a cara con la población, especialmente la más pobre. Y será recordado por haber dicho públicamente que la respuesta de la población ante el coronavirus debía ser "besos y abrazos".
Bolsonaro se niega como López Obrador a dictar medidas extremas como una cuarentena, y ha dejado en claro que postergará esa decisión. Incluso, la paralización de actividades escolares, una medida adoptada en general por los países amenazados por el virus ha sido relativizada por el presidente de Brasil.
La periodista venezolana Luz Mely Reyes, con diversos reconocimientos internacionales por su trayectoria profesional, cuestionó que tanto López Obrador como Bolsonaro, así como Nicolás Maduro y Donald Trump, se presenten en sus alocuciones sin el uso de tapabocas y sin guardar la distancia social de sus colaboradores o seguidores, dado que ambas son recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud.
Estos presidentes "deberían dejar a los expertos sanitarios —que los tienen— informar y explicar". A su juicio, la actitud populista de estos mandatarios genera desinformación y confusión entre la población.
Por su parte, Stephan Mothe, analista de mercado e investigador de relaciones internacionales con base en Río de Janeiro, al ser consultado por este tópico por DIARIO DE CUBA, respondió con tres posibles explicaciones para esta tozuda diferencia que marca hoy Bolsonaro en relación al coronavirus.
En primer término podría ser un "antintelectualismo arraigado". Eso implicaría que "Bolsonaro tal vez no cree que el virus sea tan grave ya que desconfía culturalmente de los medios de comunicación y de los organismos internacionales".
Una segunda hipótesis para este analista es que el presidente brasileño haya adoptado el "negacionismo como forma de optimismo: si no lo admitimos, el problema no existe".
Para Mothe el manejo que finalmente haga Bolsonaro de la crisis del coronavirus podría ser determinante para el futuro político del mandatario, incluso de cara a que pueda concluir su mandato de cuatro años. Sobre Bolsonaro ya llueven solicitudes de impeachment y no goza de mayoría en el Parlamento.
Las encuestas más recientes reflejan que el 45% de los consultados apoya un impeachment contra Bolsonaro y un 65% reprueba su respuesta a la crisis generada por el coronavirus, recuerda el analista al responder consultas de DIARIO DE CUBA.
Mothe se centra en lo que a su juicio es la razón de fondo: "Bolsonaro busca evitar a toda costa una recesión económica". Según este analista, lo que mueve a Bolsonaro a tener una opinión a contravía, en el manejo del Covid-19, "no es su conexión con las masas, sino con el empresariado".
El manejo despreocupado de la crisis del coronavirus, sin embargo, ya le pasa factura política a Bolsonaro, especialmente entre las clases medias de las grandes ciudades, donde encontró su base de apoyo para desalojar al izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) del poder. Una ola de cacerolazos contra el mandatario se ha dejado oír en los últimos días.
Sobre México, entretanto, Rubén Cortés desde Ciudad de México responde a DIARIO DE CUBA: "este era un país que venía de crecer 3% anual en la última década y, de pronto, bajó a cero en 2019: una catástrofe. De una inversión extranjera que aportaba hasta 2019 un total de 35.000 millones de dólares, bajará a menos de 20.000 millones. México era el quinto país más visitado del mundo y ya no está ni entre los diez primeros”.
De acuerdo con este periodista de origen cubano y naturalizado mexicano, exdirector de los diarios La Razón y Contrarréplica: "México atraviesa una severa crisis económica y el Gobierno no se puede permitir medidas que afecten a su economía, y además el presidente fue convencido, por algunos colaboradores, de que el Covid-19 no es grave".
"Al juntar ambas cosas se explica lo que ha sido su estrategia: minimizar la pandemia, no crear alarma y hacer que no se detenga la producción", resume Cortés.
El manejo político y económico de la crisis del coronavirus, por parte de AMLO, también tendrá repercusiones en el panorama mexicano aunque no haya elecciones en puertas. La popularidad de López Obrador, que viene descendiendo de forma significativa, podría verse afectada aún más si se equivoca con las medidas que está tomando ante el Covid-19.
Entre diciembre de 2019 y marzo de 2020, la aprobación hacia la presidencia de López Obrador disminuyó de 57% a 47%, mientras que el porcentaje de quienes desaprueban su mandato fue en aumento. Esto se dio a conocer este 25 de marzo, según los sondeos recientes de Grupo de Economistas y Asociados (GEA) e Investigaciones Sociales Aplicadas (ISA).
La única razón que tiene López Hablador para restarle importancia al virus es que si le diera importancia, debería tomar medidas que le costarían muy caras a la hundida economía mexicana. Él se ha encargado de hundir a los mexicanos en una crisis. Ahora no tiene dinero para maniobrar.