Las cifras hablan por sí solas y dejan en evidencia la menor atención de la comunidad internacional al éxodo de venezolanos. Dos agencias especializadas de la ONU han advertido que, en cuestión de meses, Venezuela tendrá un número mayor de refugiados y emigrantes forzados que Siria.
En Bruselas, sin la presencia de delegaciones de Venezuela (ni del régimen de Nicolás Maduro ni de la oposición que encabeza Juan Guaidó), la Unión Europea (UE) promovió una reunión de dos días para discutir, por primera vez en un escenario global, cómo enfrentar la crisis migratoria de venezolanos y su impacto en los países vecinos, principalmente.
La reunión concluyó este 29 de octubre con el compromiso de aportar 120 millones de euros hasta 2020 para paliar la grave situación de vulnerabilidad en la que están millones de venezolanos en varios países de Sudamérica.
Una reunión similar, en el mismo espacio y bajo el mismo formato de la UE, logró recaudar para atender la crisis de refugiados sirios en otras naciones la suma de 3.500 millones de euros en 2018 y compromisos por 2.700 millones para 2019-2020.
Y la comparación es pertinente ya que la propia ONU ha colocado a ambas crisis en la misma dimensión.
El guatemalteco Eduardo Stein, enviado especial para la crisis venezolana por parte de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional de las Migraciones (OIM), aprovechó el espacio de Bruselas para insistir en la magnitud del éxodo venezolano.
Con 5,6 millones de sirios obligados a salir de su país, en este 2019 esta es la principal crisis que deben atender. En la actualidad, unos 4,5 millones de venezolanos han debido salir forzosamente de Venezuela, huyendo de la crisis generalizada que vive este país bajo el régimen de Nicolás Maduro.
Stein advirtió que, si no cambian las condiciones de vida dentro de Venezuela en 2020, en cuestión de meses sumarán 6,5 millones de personas las que habrán salido de ese país. De esa forma, la crisis de refugiados y migración forzada de venezolanos será el principal problema que tendrán en sus manos las agencias de la ONU y las ONG especializadas.
Stein indicó en Bruselas que se requieren para 2020 un total de 1.350 millones de dólares para atender a los venezolanos esparcidos de forma precaria, sin trabajo, sin acceso a salud o educación, en varios países de América del Sur, aunque insistió que se trata de un problema que afecta a todo el continente americano.
La poca receptividad de la comunidad internacional se vio reflejada no solo en el volumen de los fondos asegurados, apenas un 10% de las necesidades, sino que además en gran medida el apoyo de 120 millones de euros asegurados provienen de una misma fuente: España.
Madrid había anunciado que iba a la conferencia de Bruselas con un paquete de ayuda, ya aprobado oficialmente, de 50 millones de euros. Con lo cual, la reunión de Bruselas, que si bien no era propiamente una reunión de donantes, recaudó apenas 70 millones de dólares. Una cifra bastante inferior a la capacidad de respuesta que generó la crisis siria en un evento similar al dedicado a Venezuela.
En la reunión de Bruselas estuvo presente el venezolano David Smolansky, en su condición de coordinador de las acciones de la secretaría de la Organización de Estados Americanos (OEA) para la crisis de migrantes y refugiados venezolanos.
"A muchos representantes de gobiernos europeos les he explicado el drama que viven los caminantes venezolanos que huyen de la dictadura. Caminar desde la Goajira hasta Lima, como hacen muchos, es igual que caminar desde Madrid hasta Moscú", aseguró Smolansky a DIARIO DE CUBA, por lo que su papel en la reunión fue intentar sensibilizar a los representantes de la comunidad internacional presentes.
Si bien se habla de una diáspora, ya que los venezolanos están hoy esparcidos en más de 110 países, los más pobres y en condiciones más precarias están concentrados en tres países del vecindario: "Entre Colombia, Ecuador y Perú hay 2,7 millones de migrantes y refugiados venezolanos. Eso representa 60% del total de 4,5 millones que han abandonado Venezuela de manera forzosa", sostiene el ex alcalde.
Smolansky compartió en su presentación en Bruselas una cifra que refleja claramente la magnitud del éxodo que ha ocurrido en poco tiempo.
"En 2016 en Perú solo estaban 7.000 venezolanos. Ahora, en este 2019, ya suman cerca de 900.000", precisó.
El 92% de esos venezolanos en Perú no tienen cobertura de salud, su masiva presencia en ese país ha terminado por colapsar al sistema público y es reflejo del drama de los países receptores: no estaban preparados para una masiva llegada de ciudadanos de otra nación.
Bajo ese enfoque las agencias de la ONU, tanto ACNUR y OIM, insisten en la necesidad de que haya más apoyo internacional destinado a esos países receptores. Hasta ahora no se ha producido una respuesta contundente de la comunidad internacional.
Noto cierta ingenuidad del autor en esta nota, los sirios podían llegar y llegaron muchos caminando a varias capitales europeas, los venezolanos tienen que pagar un billete de avión para poder entrar por tanto se pone el billete en el asunto que más importa.