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Uruguay

¿Llegó la hora del cambio en Uruguay?

El predominio del centro-izquierdista Frente Amplio peligra por primera vez desde 2005.

Caracas
Daniel Martínez, candidato a la presidencia por el Frente Amplio.
Daniel Martínez, candidato a la presidencia por el Frente Amplio. El País

Uno de los países latinoamericanos más estables y mejor evaluados en su sistema político e institucional, Uruguay, se encamina a unas elecciones que podrían abrir las puertas para un cambio en la conducción nacional, tras 15 años de gobiernos del centro-izquierdista Frente Amplio.

Las elecciones presidenciales uruguayas tendrán una primera fecha este 27 de octubre, el mismo día de los comicios en Argentina y una semana después de las votaciones en Bolivia. Pero, dada la fragmentación de las preferencias, es prácticamente un hecho que habrá una segunda vuelta, el 24 de noviembre, entre los dos candidatos que resulten más votados en la primera ronda.

El uruguayo "es un sistema hecho para que nadie gane en la primera vuelta, ya que se necesita el 50% más un voto del total de votos emitidos", explica a DIARIO DE CUBA, desde Montevideo, el consultor político Federico Irazábal.

El Frente Amplio, una coalición de agrupaciones de centro-izquierda e izquierda que ha gobernado por 15 años consecutivos, ha visto cómo se erosiona su respaldo. Las encuestas le adjudican alrededor del 40% de votos para el 27 de octubre. Lo que podría favorecer al Frente Amplio sería una desunión de las fuerzas de oposición, de signo conservador, en la segunda vuelta.

Tras dos gobiernos de Tabaré Vásquez y un período de Pepe Mujica en la presidencia, el Frente Amplio tiene en 2019 como candidato presidencial a Daniel Martínez, quien fue intendente de Montevideo, pero sin duda tiene menos carisma que Vásquez y Mujica.

"Lo que pone en relieve el caso uruguayo, en mi opinión, es que el cambio es una constante. El cambio como aspiración política es el dilema más frecuente en las contiendas electorales democráticas. El electorado uruguayo se debate entre el cambio o la continuidad", comenta a DIARIO DE CUBA la experta en comunicación política Carmen Beatriz Fernández, profesora de la Universidad de Navarra, en España.

De acuerdo con un compendio de encuestas uruguayas, reprocesadas por el diario español El País, Martínez mantiene un 35% de intención de voto; le siguen el candidato del Partido Nacional Luis Alberto Lacalle (hijo de un expresidente uruguayo homónimo), con el 25%, y Ernesto Talvi, del Partido Colorado, con un 17%.

Sin ninguna posibilidad de salir electo, pero sí con posibilidades de hacerse con una bancada parlamentaria que podría tener peso dada la fragmentación de partidos, aparece en cuarto lugar el general retirado Guido Manini Ríos, que obtendría un 10% de los votos.

Fabiana Culshaw, periodista uruguaya que retornó a su país tras dos décadas de vivir en el exterior, asegura a DIARIO DE CUBA que la campaña electoral transcurre en este momento en un país tranquilo con una ciudadanía informada. No obstante, un asunto preocupante son las generaciones jóvenes que, como en otras latitudes, están descreídas de la política.

Culshaw precisa que tres de las encuestas más reconocidas en Uruguay: Radar, Factum y Equipo Consultores, dejan en claro que el Frente Amplio no logrará imponerse de forma abrumadora este 27 de octubre e impedir que haya una segunda vuelta un mes después.

La incertidumbre rodea, por tanto, no a lo que ocurra en la primera vuelta sino a los resultados con los que queden, en términos de peso electoral, las fuerzas opositoras conservadoras de cara a construir una alianza que pueda imponerse al Frente Amplio.

En términos numéricos quedará en claro que ya la coalición de centro-izquierda podría ser derrotada en una segunda vuelta, pero dependerá de factores políticos si efectivamente se articulan las fuerzas que quieren un cambio en la conducción del país.

"Las elecciones presidenciales suponen un final de época porque, tras tres lustros de hegemonía del oficialismo (el Frente Amplio), y sin sus liderazgos históricos, su predominio peligra por primera vez desde 2005. Hoy las opciones de victoria opositora son las más elevadas desde 2004 e incluso un triunfo de la coalición oficialista auguraría más cambios que continuidades", apunta por su parte el investigador Carlos Malamud, del Real Instituto Elcano, con sede en Madrid.

Para Malamud, en el agotamiento político que exhibe el Frente Amplio hay razones económicas y sociales. El sistema económico tradicional de Uruguay, con un peso del Estado en la orientación de la economía, apuntalando a una suerte de Estado de bienestar escandinavo, resulta ya insostenible.

"Este modelo ofrece signos de agotamiento y, sobre todo, de necesidad de profundas reformas para hacerlo financieramente sostenible", ratifica el investigador.

Las visiones contrapuestas entre los dos candidatos con mayor chance de ir a la segunda vuelta, Martínez y Lacalle, quedaron en evidencia en el debate presidencial televisado del pasado 30 de septiembre.

"Este debate despertó bastante interés. Dejó en evidencia que hay dos modelos de país; sin embargo, en el debate no hubo un ganador contundente según lo evidenciaron varias encuestas posteriores", comenta Culshaw desde Montevideo.

Si el Frente Amplio abandona el poder, los cambios no serán solo económicos. En política exterior también ocurriría un giro significativo si Lacalle o Talvi, cualquiera de ellos, llega a la presidencia. Por ejemplo, en relación con el régimen de Maduro ambos han cuestionado la pasividad de la Cancillería bajo la administración de Tabaré Vásquez, y han anunciado una política de más denuncias a las violaciones de los derechos humanos en Venezuela.

Un diplomático de la ONU asentado en Montevideo, declaró bajo condición de anonimato a DIARIO DE CUBA que habría, a su juicio, una confrontación abierta con Maduro, usando mecanismos diplomáticos y en concertación con otros países latinoamericanos, y seguramente se registraría también un enfriamiento de las relaciones de Uruguay con La Habana.

En relación con Cuba, los tres gobiernos consecutivos del Frente Amplio han mantenido un respaldo al régimen castrista, variado por el sello personal de cada presidente: un apoyo más discreto en los años de gobierno de Vásquez y un respaldo abierto y claramente procastrista durante el mandato de Pepe Mujica.

2 comentarios

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Profile picture for user Ares I

Es de esperar que la Habana lance a sus influencers, segurosos y otros recursos a hacer campañita por el frente amplio. Perder significa para Raúl que se les va un puntal de apoyo a maduro y atacantes sobre Almagro.
Además de que Mujica siempre le han lanzado paños tibios en la ONU y donde quiera que se paren los personeros de la Habana.
Ellos van a ha ser todo lo posible. Los uruguayos tienen que ponerse para las cosas.

¡Aleluya! Ya es hora de un cambio verdadero.