En febrero la opción del cambio político en Venezuela parecía una locomotora a toda máquina. La irrupción de Juan Guaidó como presidente interino y su rápido y masivo reconocimiento internacional, junto a la clara presión de Estados Unidos sobre el chavismo, parecían conducir al país hacia una transición inminente.
El escenario es otro tras cinco meses de la juramentación de Guaidó el 23 de enero de 2019: a errores en su estrategia y hasta denuncias de corrupción en su entorno, se suman la tozudez del régimen de Nicolás Maduro, enfrascado en su objetivo de conservar el poder. De corolario, una comunidad internacional que no termina de definir una acción conjunta y contundente.
Todo ello coloca a los venezolanos en otro contexto en el cual no se avizora un cambio, al menos no en el corto plazo.
Dos estudios de opinión pública a los que ha tenido acceso DIARIO DE CUBA en Venezuela, dejan en evidencia, por un lado, la profundización de la crisis y el rechazo popular a Maduro, pero al mismo tiempo una realidad política que hasta ahora Guaidó no ha podido cambiar: Maduro ejerce el poder y nada indica que eso será distinto en cuestión de semanas o incluso de meses. Un claro contraste con el inicio de 2019, cuando parecía inminente un vuelco en el país.
El estudio de Datincorp, de junio, con trabajo de campo en mayo, contiene este dato que ayuda a entender el momento-país: un 51% cree que Nicolás Maduro seguirá siendo el presidente en los próximos 30 días. En febrero pasado un 53% creía en un posible cambio en las siguientes cuatro semanas.
El reconocimiento de una situación real —Maduro controla el territorio, las finanzas públicas y el estamento militar— no es sinónimo de que haya satisfacción con él. En el estudio de Hercon Consultores, con trabajo de campo igualmente en mayo, un 79% cree que la solución para la crisis es que Maduro renuncie. Casi un 83% opina que es necesario un cambio en Venezuela para evitar que la situación empeore.
Pero de nuevo, las expectativas sobre el futuro contrastan con una dosis de realidad. En el estudio de Datincorp, un 58% de los consultados cree que la situación general de Venezuela va a empeorar en los próximos meses.
Datincorp apunta un dato novedoso en relación con la política de Estados Unidos hacia el régimen de Nicolás Maduro. La propaganda oficial presenta las sanciones de Washington como una medida coercitiva sobre las finanzas del país, y no sobre las riquezas personales de los jerarcas del chavismo y sus familiares. Y al parecer la propaganda sí funciona: un 68% considera que estas sanciones han afectado directamente su calidad de vida.
Conectando los temas internos con la política internacional, Hercon Consultores también hace una pregunta en su estudio que es novedosa. Se trata de la dependencia de La Habana que ha manifestado el chavismo, incluso en público, por boca de sus dirigentes principales. Ante la pregunta de si Nicolás Maduro es títere del régimen castrista, el 71% respondió afirmativamente.
En mayo, según el estudio de Hercon Consultores, Juan Guaidó seguía siendo el líder indiscutido de Venezuela, con más del 70% de respaldo y confianza.
Esto podría sufrir mella con los acontecimientos de los últimos días y el encuadramiento narrativo que le ha dado el chavismo. Un medio digital venezolano, con una línea claramente opositora, difundió la denuncia de que personas a cargo de la ayuda humanitaria para venezolanos, nombradas por Guaidó en Colombia, hicieron un uso presuntamente irregular para lucrarse, o un uso indebido de fondos.
Guaidó respondió, destituyó a los señalados, pidió una investigación en Colombia y solicitó la ayuda técnica de Transparencia Internacional.
El hecho, sin embargo, ha sido enfocado comunicacionalmente para descalificar a Guaidó. Desde el chavismo, abiertamente se señala al presidente interino como responsable y beneficiario de este presunto hecho de corrupción; desde los sectores más conservadores de la oposición venezolana se aprovechan del caso para lanzar mensajes que debiliten el liderazgo de Guaidó.
Es temprano para saber qué consecuencias tendrá el caso en la confianza mayoritaria que aún en mayo despertaba Guaidó entre los venezolanos. En términos políticos, sin duda esta situación, en la cual la alternativa democrática debe priorizar su respuesta a los señalamientos en lugar de dibujar la hoja de ruta del cambio, retrasará cualquier escenario de transición en Venezuela.
Según Datincorp, ante cuatro posibilidades planteadas a los encuestados "y poniendo los pies sobre la tierra", un 59% ve posible (siendo el escenario mejor valorado) que "Maduro sale del poder por las buenas o por las malas, y luego se conforma un gobierno de transición dirigido por Juan Guaidó". El tiempo lo dirá.