Podría decirse que van sin prisa, pero también sin pausa. Actuando en comandita, el Tribunal Supremo de Justicia y la Asamblea Nacional Constituyente —ambos poderes al servicio de Nicolás Maduro— han ido rebanando, recortando el número de diputados de la Asamblea Nacional venezolana, el único poder legítimo que reconoce ampliamente la comunidad internacional.
Este mes de mayo un total de 15 diputados fueron colocados fuera del Parlamento venezolano, que encabeza Juan Guaidó, a su vez reconocido por más de 50 países como presidente interino de Venezuela.
Se trata de una estrategia que busca socavar el débil piso institucional sobre el cual se sostiene Guaidó. Los 15 diputados colocados en la mira del chavismo en mayo o están detenidos, o salieron del país, o se refugiaron en alguna embajada en Caracas en calidad de huéspedes, o están en la clandestinidad.
La estrategia del chavismo, además, constituye una clara afrenta a una comunidad internacional, que parece seguir dividida y ralentizada en encontrar una salida a la crisis venezolana. No se ha producido una respuesta contundente ante la razzia que, de seguir, dejará sin quorum mínimo de diputados a la Asamblea Nacional.
El 29 de mayo el Tribunal Supremo de Justicia selló este fatídico mes con la decisión de que el diputado Rafael Guzmán sea juzgado por un tribunal penal ordinario. Es una medida con visos de inconstitucionalidad, ya que no hubo una decisión del Parlamento para allanarle la inmunidad a Guzmán, un paso previo que establece claramente la Constitución vigente, aprobada en 1999 por impulso del difunto Hugo Chávez.
La periodista especializada en temas legislativos Maru Morales asegura que se trata de una estrategia implementada desde 2017, pero que tomó fuerza en mayo como una respuesta del chavismo al llamado a una insurrección cívico-militar el 30 de abril último.
Ese llamado fue encabezado por Juan Guaidó y el exprisionaro político Leopoldo López, éste último acogido luego de esos sucesos como huésped en la embajada de España en Venezuela.
El chavismo parece tener en la mirilla a diputados del partido Voluntad Popular, en el cual militan tanto Guaidó como López. Pero también actúa contra diputados que dirigen la Asamblea Nacional junto a Guaidó, como es el caso de Edgar Zambrano.
Zambrano fue llevado en una grúa que remolcó su vehículo, cuando el 8 de mayo se negó a entregarse voluntariamente a funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia (SEBIN). Hasta este 31 de mayo, el vicepresidente de la Asamblea Nacional estaba detenido e incomunicado, ni sus familiares ni sus abogados habían podido tener ningún tipo de contacto con él.
Desde que en diciembre de 2015 una mayoría de votos dio de forma nítida el triunfo a la oposición, y esta alcanzó dos tercios de los escaños parlamentarios en Venezuela, se inició una verdadera seguidilla de acciones que ha tenido como caballo de batalla al Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). De acuerdo con el registro de Morales, antes de la decisión contra Guzmán ya sumaban 41 los diputados perseguidos (de un total de 166 que conforman la totalidad de la Asamblea Nacional).
Pocos días después de aquellas elecciones, que vistas en retrospectiva resultaron históricas ya que han sido las últimas realmente limpias y transparentes en Venezuela, el TSJ anuló la votación en el estado de Amazonas, con lo cual dejó fuera a cuatro diputados indígenas (tres opositores y uno del chavismo). Con esa decisión acabó con la mayoría de los dos tercios de diputados opositores.
El periodista especializado en temas electorales Eugenio Martínez recordó que nunca se publicó dicha sentencia, la cual por la vía de los hechos dejó a un estado (provincia) sin ninguna representación en el Parlamento.
Juan Guaidó calificó de golpe continuado las acciones del TSJ, que en la actualidad trabaja en sinergia con la Asamblea Nacional Constituyente, calificada de ilegitima por la Unión Europea y desconocida por la mayoría de países de América y Europa Occidental.
Más allá de condenarlos, Guaidó no tiene poder real para evitar estos hechos de represión que también lo afectan, ya que sobre él hay una causa abierta.
Tras varios meses intensos en el plano político, la comunidad internacional parece agotada con la crisis en Venezuela y su respuesta a la rebanadora de diputados en el Parlamento venezolano ha sido tibia.
El chavismo, en tanto, se ha apuntado un éxito para su permanencia en el poder. Sin necesidad de clausurar a la incómoda Asamblea Nacional encontró un camino que, paso a paso, va sacando de la escena pública a diputados incómodos o allegados a Guaidó. Y, al mismo tiempo, sondea la disposición de la comunidad internacional de responder a sus afrentas.