Al revisar cronológicamente los sucesos, declaraciones y reacciones de este martes 30 de abril, en Venezuela, resulta llamativa la ausencia de Nicolás Maduro. Tan habituales son sus apariciones e intervenciones, obligando a toda la radio y televisión del país a transmitirlas, que en un día sin duda significativo la noticia es su ausencia de la palestra pública.
Poco antes de las 5:00 AM de este martes, Juan Guaidó usando las redes sociales se mostraba junto a uniformados y al ex preso político Leopoldo López, anunciando que comenzaba el fin de la usurpación en Venezuela.
Escribimos este texto a las 5:00 PM hora de Venezuela y 12 horas después no hay ninguna imagen de Nicolás Maduro, en la televisión oficial. Tampoco se mostró para sus seguidores que acudieron a las afueras del Palacio de Miraflores, en una improvisada manifestación que también de forma llamativa no convocara Maduro o uno de sus ministros, sino el otro hombre fuerte del chavismo, Diosdado Cabello, quien formalmente no tiene ningún cargo en el poder ejecutivo de Venezuela.
Leyendo entre silencios y mensajes, como toca hacerlo en regímenes que se caracterizan por la opacidad, el resultado de la manifestación ante el Palacio de Miraflores (donde también pernocta Maduro) ha sido dejar en evidencia de que este no se encuentra en dichas instalaciones.
El general Hebert García Plaza, otrora cercano colaborador de Chávez, amigo personal del ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, y ahora asilado en EEUU, sostiene que Maduro está atrincherado en un bunker que mandó a construir ad hoc en el Fuerte Tiuna. Este corresponsal recorrió este martes 30 las afueras del Fuerte Tiuna, en el sur de Caracas, y nada evidenciaba —desde afuera— que hubiese una situación crítica dentro de esas instalaciones.
La ausencia de Maduro en la pantalla de televisión venezolana es notable. Según los registros que lleva la ONG Monitoreo Ciudadano, Maduro aparece hablando ante las cámaras de televisión unas dos horas, en promedio, por día.
El chavismo, por otra parte, ante presuntos golpes o intentos de magnicidios contra Maduro han solido responder rápidamente desde lo comunicacional. Una imagen recurrente que se ha mostrado en esos casos ha sido colocar a Maduro en compañía del alto mando militar. Esta imagen tampoco se ha producido en las 12 horas posteriores al mensaje de Guaidó junto a uniformados este 30 de abril.
El ministro de la Defensa apeló al Twitter para condenar la rebelión, pero tampoco hay imágenes suyas del día que evidencien su ubicación.
La televisión del Estado, por otro lado, ha mostrado diversas entrevistas con altos funcionarios del régimen, pero en su mayoría se trataba de conversaciones telefónicas, sin que pudiesen verse en persona a los voceros en los estudios, tampoco se mostraba su ubicación.