A pesar de que durante siete años se ha presentado como víctima de una conspiración para encarcelarle en EEUU, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, llegó a negociar a través de un abogado un acuerdo que le hubiera concedido inmunidad si aceptaba colaborar con las autoridades norteamericanas.
Según un borrador del acuerdo, negociado por correo electrónico entre un abogado que visitó a Assange y un funcionario del Ministerio de Justicia de EEUU, "el señor Assange acepta la oportunidad de tratar con el Gobierno de EEUU cómo controlar los riesgos relacionados con documentos bajo posesión de WikiLeaks".
Ese intercambio de correos figura en una serie de documentos recopilados por el Gobierno de Ecuador a los que tuvo acceso el diario español ABC. La posibilidad de que EEUU ofreciera inmunidad a Assange se discutió en marzo de 2017 a nivel únicamente del Ministerio de Justicia norteamericano.
Donald Trump, que había dicho en varias ocasiones que tenía mucho interés en WikiLeaks, llevaba apenas dos meses en la Presidencia y no hay evidencias de que la Casa Blanca tuviera nada que ver con la oferta. Finalmente, James Comey, director hasta mayo de 2017 del FBI, impidió que las negociaciones prosperaran. Ahora un juzgado norteamericano ha solicitado su extradición para juzgarle por descifrar una contraseña para robar información.
Ecuador, que recopiló un nutrido archivo sobre las visitas y los contactos de Assange, confiaba en que un acuerdo con EEUU permitiera que Assange abandonara la Embajada de ese país en Londres, donde llevaba asilado desde junio de 2012. Tras el fracaso de las gestiones con EEUU, y una vez que Ecuador dio por terminadas las condiciones del asilo, fue detenido por la Policía británica el jueves pasado.
El acuerdo de inmunidad lo negociaron, según figura en dos correos electrónicos, David Laufman, un veterano fiscal que hasta febrero de 2018 fue jefe de la división de contrainteligencia del Departamento de Justicia de EEUU, y el "lobista" Adam Waldman, que ha trabajado en varias ocasiones para el oligarca ruso Oleg Deripaska, a quien numerosos analistas consideran muy cercano a Vladímir Putin. En el pasado, Waldman hizo labores de asesoría y estrategia para el Ministerio de Exteriores de Rusia.
Según los registros de entradas y salidas de la embajada ecuatoriana en Londres, Waldman visitó a Assange nueve veces en 2017: tres en enero, una en marzo, tres en abril y dos en noviembre. Uno de esos correos, el que contiene la oferta de asilo redactada con todas sus condiciones, lo escribió Waldman el mismo día en que figura una visita suya a Assange en Londres, el 28 de marzo de 2017, por lo que el fundador de WikiLeaks podría haber estado presente durante la redacción y envío del texto.
Durante aquella negociación, Assange demostró que sabía utilizar muy bien sus cartas. El 7 de marzo publicó en WikiLeaks miles de documentos robados a la CIA que revelaban que esta agencia había desarrollado programas para espiar a través de teléfonos móviles y televisores inteligentes.
Ajeno a estas negociaciones, un mes después el entonces director de la CIA y actual ministro de Exteriores de EEUU, Mike Pompeo, dijo en un discurso: "Es hora de que llamemos a WikiLeaks por su nombre: es un servicio hostil de inteligencia no estatal que recibe frecuentemente ayuda de actores como Rusia".
El que entonces era director del FBI, James Comey, fue despedido por Donald Trump el 9 de mayo de 2017, apenas unas semanas después de paralizar la negociación sobre la inmunidad de Assange. Por aquel entonces, el Departamento de Justicia se preparaba para iniciar su propia investigación sobre la injerencia rusa en la campaña electoral de 2016. El fiscal especial a cargo de ella, Robert Mueller, exoneró a Trump de haber conspirado con Rusia, pero dejó claro que tenía pruebas suficientes para considerar a WikiLeaks un instrumento al servicio del Kremlin.