Uno de los grandes errores de Nicolás Maduro fue seguir el consejo de Fidel Castro, opinó Heinz Dieterich, considerado el ideólogo del llamado "Socialismo del siglo XXI", en una entrevista con la cadena alemana de información para el exterior Deutsche Welle (DW).
"Cuando Hugo Chávez se enfermó y era previsible que necesitaría a alguien que continuara su proyecto histórico, había dos propuestas. Lula, que entonces estaba al frente del Gobierno en Brasil, decía que el Gobierno de Venezuela era tan débil que tenía que hacer alianzas con la burguesía nacional para desarrollar el país y con un éxito económico poder hacer reformas más profundas para la revolución. Fidel Castro, en cambio, decía que Maduro tenía que radicalizar la revolución, y que no debía hacer compromisos con la burguesía, porque lo acabarían traicionando", explicó Dieterich.
"Ese fue el gran viraje, a mi juicio erróneo. Maduro decidió seguir la propuesta de Fidel. El segundo gran error fue que confiaba exclusivamente en la fuerza de los militares. Y ahí jugaban un papel importante los servicios de inteligencia cubanos", añadió.
Dieterich dirige actualmente el Centro de Ciencias de la Transición de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en Ciudad de México. Es autor del libro Socialismo del siglo XXI, y coautor de Aldea global, junto con el sociólogo estadounidense Noam Chomsky.
"Tras el golpe fallido de 2002 contra Hugo Chávez, obviamente Venezuela no tenía servicios de inteligencia que funcionaran", dijo en la entrevista con DW. La Habana "ayudó con los servicios de inteligencia" y "la influencia del aparato de seguridad cubano sobre Venezuela sigue vigente hoy en día".
Pero los cubanos "no entendieron que este modelo iba a fracasar", consideró Dieterich. A su juicio, "no previeron que Washington presionaría hacia un cambio por la fuerza si no se hacía a través de la negociación".
"Esto fue un error de los servicios de inteligencia y la diplomacia cubana, que compartió información con la diplomacia rusa, china y boliviana. Nunca entendieron que el modelo ya era insostenible desde hace cinco años y entonces vendieron a sus gobiernos la optimista idea de que el control de Maduro y de Cabello sobre Venezuela era seguro". Las autoridades cubanas "creían que había una crisis transitoria, pero que se podía controlar".
Para Dieterich, los estrategas cubanos no supieron anticipar la presunta maniobra que llevó a Juan Guaidó a convertirse en presidente encargado, y que atribuye a Washington.
"Cuando quisieron reaccionar, cuando Guaidó se convirtió en el delfín protagonista de Washington en Venezuela, cuando se autoproclamó presidente interino apoyado por Washington, ya era demasiado tarde", opinó.
Pero los errores de base de Maduro han sido aferrarse al poder y "no modificar el modelo económico político de Hugo Chávez, que ya en 2010, por la caída de los precios del petróleo fundamentalmente, estaba agotado", analizó Dieterich.
"Las consecuencias se vieron en la depreciación de la moneda nacional, y el deterioro del bienestar de la población. Los programas sociales ya no se podían financiar".
Maduro se rehusó a ver la realidad, aceptó Dieterich. "Tampoco cambió el discurso político y, cuando todo esto convergió en la derrota parlamentaria de las elecciones de 2015, cuando la oposición ganó la mayoría, en lugar de buscar un nuevo comienzo empieza a utilizar las fuerzas policiales para controlar la situación. Ha sido una espiral que comenzó en 2011 y ahora vemos llegar a su fin".
Interrogado sobre si puede esperarse que el Ejército dé la espalda a Maduro, Dieterich consideró que la ruptura "ya se ha dado".
"Washington hizo una oferta a través del Comando Sur, del almirante Craig S. Faller, que Guaidó retomó, diciendo que si las Fuerzas Armadas bolivarianas favorecen una salida pacífica de Maduro, éste puede ir al exilio pues no se quiere una guerra; que si las Fuerzas Armadas dejan caer a Maduro, se puede llegar a un Gobierno de transición y convocar elecciones libres sin derramamiento de sangre", añadió.
"Esa fue la oferta y, a mi juicio, los generales la aceptaron", dijo.
"El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, hizo un discurso hace unos días que, a mi juicio, era un mensaje codificado para Washington, dando a entender que los altos generales aceptaban esa oferta. Que ellos entendían que Maduro era sustituible y que se podía negociar con el imperio, con Washington, un nuevo Gobierno", opinó Dieterich sin ahondar más.
"Ahora, la verticalidad de las Fuerzas Armadas sigue esencialmente intacta pero, por supuesto, hay 150 generales, coroneles y militares en las cárceles; es decir, el descontento por el rumbo que tomó el país y las Fuerzas Armadas bajo Maduro tiene varios años ya", señaló.
"El ultimátum de Washington plantea sacrificar a Maduro o entrar en una guerra, con Colombia, Brasil y la OTAN como aliados. Esto cambió la situación".
Dieterich mencionó que "habido una tasa alta de deserción de soldados rasos porque las condiciones de vida son muy deplorables". Los mandos medios y bajos del Ejército sufren las mismas carencias que el resto de los venezolanos.
"Hay mandos medios que vuelven al ideario de Chávez. Los mandos medios y la tropa son chavistas, bolivarianos, no son maduristas", explicó Dieterich. "En la medida en que crece la presión sobre el papel de las Fuerzas Armadas, va a estallar esa ruptura entre el liderazgo de los militares corruptos y privilegiados, y los mandos medios y los de abajo", concluyó.