El expresidente de Colombia Juan Manuel Santos lamenta en una entrevista con el diario El País no haber sido capaz de unir a la sociedad a pesar de haber logrado un acuerdo de paz con las FARC y haber recibido por ello el premio Nobel en 2016.
Para Santos, "construir un futuro de convivencia será aún más complicado que poner fin a un conflicto armado de más de 50 años".
Este lunes, con el objetivo de continuar con el legado de su Gobierno, presentó la fundación Compaz que se enfocará en la experiencia "en resolución de conflictos para que los líderes regionales construyan paz, la reducción de la pobreza y en tercer lugar la reconciliación con el medioambiente".
El exmandatario considera que "la construcción de la paz es más difícil que la consecución de la paz".
"Una cosa es silenciar los fusiles y otra cosa es construir paz. Se requiere más tiempo, más esfuerzos, modificar sentimientos, prejuicios, modificar formas de pensar", señala.
Santos celebra que "Colombia es hoy un país muy respetado por la comunidad internacional y eso es algo que los colombianos aprecian porque van a viajar ahora a Europa sin necesidad de una visa. En términos generales, ya no es un país paria, es un país totalmente diferente".
El exmandatario confía en que la sociedad colombiana esté preparada para afrontar su memoria.
"Los colombianos somos lo suficientemente maduros y responsables para afrontar el pasado entre otras cosas para no repetirlo. La Comisión de la Verdad que acaba de instalarse va a ayudar muchísimo a eso. No va a ser fácil, es duro, pero es necesario, es un proceso de catarsis que cualquier sociedad que ha vivido tanta violencia necesita para poder vivir en paz", sostiene.
Cita como una de sus decisiones más difíciles la autorización para capturar a Alfonso Cano, uno de los cabecillas de las FARC.
Sobre cuestiones que pudo hacer mejor, Santos dice: "Cuando uno ve retrospectivamente, siente algún tipo de frustración de no haber podido hacer más, pero también siento una frustración porque hice un esfuerzo muy grande por unir este país. No pude. Este país está muy dividido, muy polarizado como están la mayoría de los países del mundo. La polarización paraliza, no permite la buena gobernabilidad".
Santos asergura que durante su Gobierno nunca pensé "tirar la toalla".
"Sentí muchos momentos de inmensa frustración, pero nunca pensé en desistir en mis propósitos, que no eran solamente buscar la paz. Tenía claras las prioridades de mi Gobierno. Fuimos el país que redujo más, según la CEPAL, las desigualdades en estos últimos años que cualquier otro país de América Latina, pero soy el primero en reconocer que las desigualdades en Colombia son todavía vergonzosas", manifiesta.
Cambios políticos en América Latina
Sobre la ascensión del poder de figuras que considera populistas como el nuevo presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el aún no posesionado de Brasil, Jair Bolsonaro, dice que hay que esperar que se decanten.
"Uno es populista de derecha, el otro populista de izquierda, no va a ser la situación fácil. Pero sería prematuro decir cualquier cosa antes de mirar cómo van a manejar sus respectivos países".
Santos prefiere una "tercera vía donde el régimen liberal —en el sentido literal de la palabra, es decir respetando las libertades de las personas, los derechos fundamentales de los ciudadanos— es el camino más apropiado de cualquier régimen político".
Acerca de la política de sustitución de cultivos y la lucha contra las drogas espera que sea respetado por el Gobierno actual.
"Llevamos 40 años tratando de erradicar la coca y nunca hemos podido, porque nunca habíamos podido llegarles a los campesinos para ofrecerles alternativas viables. Hoy con la paz sí podemos, por eso yo espero que ese enfoque no lo vayan a modificar", precisa.
"El enfoque puramente punitivo ya se demostró que no funcionaba, que era un fracaso, y me parece que va a contrapelo de lo que está pasando en el mundo. Tal vez el único en ese mismo enfoque es EEUU y el presidente (Donald) Trump, pero están totalmente equivocados: la crisis de los opioides en EEUU es una crisis muy profunda que no se va a solucionar metiendo a la cárcel a los consumidores", opina.
Sobre el asesinato de líderes sociales y la violencia contra los defensores de los derechos humanos, un problema que no ha cesado en Colombia, cita varios orígenes.
"El más importante es la lucha contra al narcotráfico y la sustitución de cultivos. Una parte de los líderes sociales estaban promoviendo la sustitución voluntaria y los cárteles, entre ellos los mexicanos, dieron la orden de matar esos líderes porque si tienen éxito se quedan sin su materia prima", indica.
"Otro origen tiene que ver con las disputas entre las diferentes bandas criminales para hacerse al dominio de los corredores del narcotráfico. El tercero es que precisamente son zonas donde el Estado nunca había estado presente, donde todo conflicto se resolvía a tiros, y eso también es parte del proceso de aprender que los problemas se resuelven dialogando y con instituciones", apunta Santos.
En opinión del expresidente colombiano, "la construcción de la paz tiene que fortalecerse cada vez más, sobre todo en las regiones donde el conflicto fue más severo. Pero es un fenómeno que debe preocupar a todos".