El ministro de Asuntos Exteriores de España, Josep Borrell, ha abogado este viernes por imponer sanciones por parte de la comunidad internacional a Nicaragua, ante la situación a la que, según ha dicho, está llevando al país su presidente, Daniel Ortega, y la "sanguinaria represión" de su "dictadura".
Borrell ha expresado la preocupación de España por la situación de Nicaragua en su intervención en el Foro Iberoamérica que se celebra en Madrid y cuya inauguración ha presidido el jefe del Gobierno, Pedro Sánchez, reportó EFE.
El ministro ha asumido que la posibilidad de sanciones al régimen de Ortega no parece estar ahora "desgraciadamente" sobre la mesa, pero cree que sería una opción ante la imposibilidad de que haya un mediador en la crisis nicaragüense.
"Si descartamos las soluciones que usen la fuerza desde fuera o desde dentro, cosa que parece más bien improbable, y una evolución del régimen por sí mismo tampoco lo parece, la única solución sería que la comunidad internacional impusiera una presión, unas sanciones en el límite", ha añadido.
En el mismo sentido, ha lamentado que la comunidad internacional no haya sido capaz de imponer a Nicaragua una exigencia de rendición de cuentas.
Borrell ha comentado que ya trasladó a su homólogo de Nicaragua, Denis Moncada, el "absoluto rechazo" de España y de la Unión Europea a la represión contra muchas de las personas que se han expresado en las protestas en el país.
Al respecto ha explicado que lo que puede hacer España es ejercer una "presión diplomática" ante este tipo de actitudes.
Para el ministro de Exteriores, lo que está sucediendo en Nicaragua parece quedar en un segundo plano en la esfera internacional debido a que se presta más atención a lo que ocurre en Venezuela.
"Nicaragua, como es un país pequeño, se esconde detrás de la crisis de un país grande y que es a la que todo el mundo presta más atención", ha comentado.
Asimismo, Borrell recientemente ironizó con el comentario de Raúl Castro que se quejaba de que lo calificaran como dictador. "El mundo es el mundo", dijo el ministro, al considerar que "Cuba no es la única dictadura".