El plan de paz que quedó inconcluso en Cuba con el ELN solo será retomado por el nuevo Gobierno de Colombia bajo nuevas exigencias anunciadas este sábado, que incluyen la liberación de "todos los rehenes" de esa guerrilla, reporta la AFP.
Así lo decidió el presidente Iván Duque tras finalizar el plazo de un mes que se había fijado al asumir el poder el 7 de agosto, para analizar el futuro de las conversaciones con la organización ilegal armada colombiana.
"Aquí se necesita un gesto contundente hacia el pueblo colombiano y tiene que ser la liberación de todos los secuestrados", proclamó Duque durante una reunión con autoridades en la localidad de Amagá, en el departamento de Antioquia (noroeste).
El jefe de Estado ató la suerte de las negociaciones que inició el ELN con su antecesor, el Nobel de la Paz Juan Manuel Santos, a que no solamente deje en libertad a los seis secuestrados que restan de un grupo de nueve que había ofrecido devolver, sino a todas a las personas en su poder.
"Hasta que no se cumpla esa premisa, nosotros no vamos a designar a nadie para que se siente en esa mesa (de conversaciones) a tener ningún tipo de aproximación", advirtió.
El Gobierno calcula que por lo menos son 16 los rehenes en manos de la agrupación guevarista, que históricamente se ha financiado con el secuestro y las extorsiones para sostener un levantamiento armado de más de medio siglo, además de con el narcotráfico y la minería ilegal, según autoridades.
Con una fuerza de unos 1.500 combatientes y una extensa red de apoyos, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) se había comprometido a liberar a nueve policías, militares y civiles que capturó en agosto, al término de los diálogos que mantuvo durante año y medio con Santos.
El miércoles devolvió a tres militares que, según el alto mando castrense, habían sido interceptados de civil y desarmados cerca de la frontera con Venezuela.
Tras el desarme y transformación en partido de las FARC, otrora la organización armada comunista más poderosa de América, que firmó la paz con Santos, el ELN es la última agrupación que queda tras del auge de las guerrillas que surgieron en los 60 con el apoyo del Gobierno cubano.
El fin del levantamiento de las FARC y el eventual desarme del ELN terminarían en teoría con el último conflicto interno en América —que deja ocho millones de víctimas entre muertos, desparecidos y desplazados—, si bien aún operan disidencias de la primera guerrilla y bandas del narcotráfico.
Pero aun cuando el ELN cumpla con la exigencia impuesta por Duque —algo que riñe con la posición de su cúpula de no ceder a exigencias unilaterales—, el gobernante también aspira a que los insurgentes accedan a una "agenda clara y unos tiempos definidos" que conduzcan a su desarme.
Además, desde que llegó al poder, ha mencionado que pretende un proceso que empiece por un cese unilateral de todas "las acciones criminales con estricta supervisión internacional".
Este sábado Duque fue todavía más allá al hablar apenas de "exploración" y no de un acuerdo de paz como el que venían sosteniendo Santos y el ELN desde febrero de 2017, tiempo en el cual solo lograron pactar un alto al fuego bilateral de 101 días.
Si "se dan por terminadas esas acciones criminales, estamos listos a iniciar esa exploración, pero esa exploración debe tener una agenda clara y unos tiempos definidos", manifestó.
El viernes, en vísperas del vencimiento del plazo anunciado por Duque, el jefe negociador del grupo guevarista afirmó que tenía la "expectativa" de que el Gobierno reanudaría las negociaciones.
"Es importante seguir construyendo sobre lo construido", dijo Pablo Beltrán, pero añadió que cualquier acuerdo debe ser producto de una negociación y no de "exigencias del otro".
Al mismo tiempo reiteró que su organización está dispuesta a liberar a los secuestrados que faltan del grupo de nueve que prometió entregar.
"Calculo que eso podrá estarse haciendo este fin de semana o al principio de la entrante", dijo Beltrán, y agregó que los operativos militares han retrasado la devolución de los rehenes.