El Gobierno de Venezuela anunció este domingo que detuvo a seis "terroristas" por estar presuntamente implicados en el atentado que sufrió el sábado el presidente Nicolás Maduro, a quien los militares del país le declararon su "irrestricta lealtad".
El ministro de Interior venezolano, Néstor Reverol, dijo en declaraciones recogidas por la televisión estatal VTV que las detenciones se produjeron luego de varios allanamientos en hoteles de la capital, y que producto de ellas "se han recabado importantísimas evidencias", reportó EFE.
Por este plan, se encuentran detenidos seis terroristas y sicarios: uno tiene orden de captura por su vinculación con el ataque al Fuerte Paramacay, en 2017. Otro estuvo detenido por su participación en las guarimbas de 2014 y recibió un beneficio procesal. pic.twitter.com/CoUWYs0wqt
— Néstor Luis Reverol (@NestorReverol) August 5, 2018
A través de Twitter, Reverol se refirió a los detenidos como "terroristas y sicarios" y añadió que dos de ellos presentaban antecedentes penales, por participar en un ataque a una instalación militar y por formar parte de protestas opositoras, respectivamente.
Se encuentran detenidos seis terroristas y sicarios: "uno tiene orden de captura por su vinculación con el ataque al Fuerte Paramacay, en 2017. Otro estuvo detenido por su participación en las guarimbas de 2014 y recibió un beneficio procesal", escribió.
En la comparecencia televisada ante la prensa, Reverol había informado además que fueron incautados "varios vehículos" y advirtió que "no se descarta en las próximas horas otras detenciones".
Sobre el presunto intento de asesinato del presidente, ofreció nuevos detalles: "Se usaron dos aeronaves pilotadas a distancia que pueden soportar una gran carga. Cada una llevaba 1kg de C4 y fueron dirigidas para sobrevolar la avenida Bolívar de Caracas, siendo desorientadas gracias a los inhibidores de señales activados por la Guardia de Honor Presidencial", acotó.
Según recoge la agencia Reuters, después del caótico episodio del sábado, el domingo la avenida Bolívar amaneció tranquila. Corredores y ciclistas ocupaban dos de los carriles que tradicionalmente se utilizan para la recreación de fin de semana.
Críticos de Maduro han enfatizado que el incidente se trata de un ardid de la oficialidad, un pretexto para atacar a sus adversarios con acciones represivas, como encarcelamiento de líderes conocidos y prohibición para que otros ocupen cargos públicos.
"Es de esperarse que puedan también utilizarlo para perseguir a la oposición, ya es una práctica", dijo Juan Guaidó, diputado del opositor partido Voluntad Popular y jefe de bancada en la opositora Asamblea Nacional. "Pareciera que van a utilizar esto nuevamente para seguir persiguiendo y no para llegar al fondo de la materia", agregó el diputado.
Otras voces opositoras han inferido que se trata de fabricaciones destinadas a distraer a los venezolanos de la hiperinflación y la escasez de bienes básicos.
El ministro venezolano de Defensa, general Vladimir Padrino, dijo en televisión nacional que las filas castrenses estaban determinadas a defender al Gobierno.
"Estamos decididos y determinados a defender nuestra patria, nuestra Constitución, nuestra democracia (...) defender al presidente constitucional de la República Bolivariana de Venezuela", expresó Padrino.
Un grupo llamado "Soldados de Franelas" se atribuyó la responsabilidad del incidente: "No pudimos, pero seguiremos en nuestra lucha", dijo en un mensaje difundido el domingo en redes sociales.
Maduro, quien culpa de los problemas del país a una "guerra económica" liderada por Estados Unidos, ha dicho en el pasado que se han frustrado conspiraciones en su contra respaldadas por Washington. En esta ocasión, también culpó del atentado al presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.
El asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, John Bolton, dijo a Fox News en una entrevista el domingo que su país no tiene vínculos con lo ocurrido en Caracas el sábado. La Cancillería de Colombia respondió, por su parte, que los señalamientos de Maduro eran "absurdos y carecen de todo fundamento".
El Gobierno de Cuba, entretanto, calificó el hecho como "acto de terrorismo" y emitió un comunicado aclarando que tanto Raúl Castro como Miguel Díaz-Canel "condenan enérgicamente" el atentado.