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Nicaragua

Al menos cinco muertos en otra jornada de manifestaciones contra Ortega

'Nos tocó botar a Somoza y vamos a botar a Ortega. Hay que sacarlo porque ha disparado contra el pueblo'.

Managua

Al menos cinco muertos dejó este jueves otra jornada de protestas en Nicaragua para exigir la salida del poder del presidente Daniel Ortega, reporta la AFP.

Cuatro policías y un manifestante fallecieron en el municipio Morrito, en el departamento Río San Juan (sureste), en una "confrontación" durante una marcha, según un informe preliminar del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (CENIDH).

Con ellos, suman unos 270 muertos en las protestas, principalmente por la represión de las fuerzas gubernamentales y paramilitares.

La Policía responsabilizó de las muertes de este jueves a "grupos terroristas" que —dijo— simularon realizar una "marcha pacífica" para "atacar con armas de fuego" la delegación policial de Morrito.

En un comunicado, la Policía dijo que los manifestantes además "secuestraron" a nueve efectivos y "atacaron la alcaldía de Morrito, provocando heridas graves con arma de fuego a cinco trabajadores", uno de los cuales murió.

La oposición, por su lado, dijo que el enfrentamiento ocurrió cuando pasaba cerca del comando policial una marcha en Morrito, en el marco de la jornada de manifestaciones convocada por la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.

La líder campesina Francisca Ramírez, de la Alianza Cívica, aseguró que los manifestantes fueron "atacados por agentes y paramilitares" que estaban en el comando, y varios que estaban armados respondieron con disparos.

Morrito, de unos 6.000 habitantes, es una zona donde varios campesinos están armados para la protección de sus terrenos. Está ubicado en una ruta en la que el Gobierno proyecta construir un canal interoceánico al que se oponen los pobladores.

"No podemos vivir con un asesino"

En Managua, la marcha transcurrió sin incidentes. Miles ondearon banderas de Nicaragua (azul y blanco) en un recorrido de siete kilómetros por estratégicas vías del sureste de la capital, correando consignas como "¡Que se vaya!".

Carolina Aguilar, de 52 años, dijo estar "harta de un Gobierno que mata impunemente".

"No podemos vivir con un asesino, con un alacrán que día a día nos está matando. Daría mi sangre con tal de que esto acabe. Si es lo que quiere, ¡máteme!, pero ya deje libre al pueblo", declaró a AFP.

La opositora Alianza Cívica aumentó con esta marcha su presión, que incluye un paro este viernes —el segundo durante la crisis— y una caravana de vehículos el sábado por los combativos barrios orientales de Managua.

En contraofensiva, Daniel Ortega encabezará una caravana de conmemoración revolucionaria.

Las protestas estallaron el 18 de abril contra una reforma al sistema de pensiones, pero tras la represión se extendieron a la exigencia de salida del poder de Ortega, que gobierna desde 2007 por tercer periodo consecutivo y a quien los opositores acusan de crear una dictadura junto con a esposa, Rosario Murillo.

"Sabemos (...) que los propósitos terroristas de un pequeño grupo de nicaragüenses obstinados en el odio (...) no prosperarían, no prosperaron y no prosperarán", dijo este jueves Murillo, también vicepresidenta.

Ante el agravamiento de la violencia, la OEA convocó una sesión este viernes sobre Nicaragua, luego de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentara el miércoles un informe en el que advirtió sobre la "profundización de la grave crisis de derechos humanos".

Legisladores de un subcomité de asuntos para el hemisferio occidental del Congreso de Estados Unidos aprobaron una resolución bipartidista que "condena la violencia del régimen" y pide más sanciones de Washington, tras las aplicadas a tres allegados de Ortega y a funcionarios de la Policía.

"¡Vamos a botar a Ortega!"

Para contrarrestar la estrategia opositora, el Gobierno hará el viernes, día del paro, el llamado "repliegue", una caravana que anualmente encabeza Ortega por estas fechas hasta Masaya —30 km al sur de Managua— para recordar una gesta de la Revolución sandinista de 1979.

"Al repliegue con Daniel, caminantes de la paz, del futuro, del amor (...) porque vamos ganando la paz, la marcha hacia la victoria no se detiene", manifestó Murillo a medios oficialistas.

Ante ello, está en alerta al aguerrido barrio indígena de Monimbó, en el sur de Masaya, donde los pobladores se mantienen atrincherados tras barreras de adoquines.

"Nunca van a entrar, a menos que nos maten a todos", dijo a la AFP en una trinchera un hombre con el rostro cubierto.

Ortega, exguerrillero sandinista de 72 años, peleó en la insurrección popular para derrocar al dictador Anastasio Somoza, y muchos opositores hacen un paralelismo.

"Estamos demostrando al régimen que no tenemos miedo. Nos tocó botar a Somoza y vamos a botar a Ortega. Hay que sacarlo porque ha disparado contra el pueblo que lo eligió", expresó a la AFP Fernando Callejas, médico de 67 años, vestido de blanco y azul en la marcha.

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