Fuerzas de Estados Unidos, Reino Unido y Francia lanzaron una ofensiva aérea contra Siria en la madrugada de este sábado, como respuesta a un ataque con gas venenoso que mató a decenas de personas la semana pasada, en la mayor intervención de potencias occidentales contra el presidente Bashar el-Assad, informa Reuters.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la acción militar desde la Casa Blanca en la noche del viernes. Mientras hablaba, las explosiones estremecían Damasco.
La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, y el presidente de Francia, Emmanuel Macron, informaron que sus gobiernos se sumaron al ataque.
Los aliados atacaron tres de las principales instalaciones de armas químicas con más de 100 misiles, disparados desde aviones no tripulados y buques ubicados el Mar Mediterráneo, dijeron el secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, y el jefe del Comando Conjunto, el general, Joseph Dunford.
"Estamos preparados para sostener esta respuesta hasta que el régimen sirio detenga su uso de agentes químicos prohibidos", afirmó Trump.
La guerra civil de siete años de Siria ha enfrentado a Estados Unidos y a sus aliados con Rusia, que intervino en el conflicto en 2015 para apoyar a El Assad.
Los ataques aéreos podrían elevar más la tensión en una región ya volátil, pero parecían pensados para no provocar una respuesta militar de Rusia e Irán.
Aún así, el Gobierno de El Assad, Irán y Rusia respondieron molestos.
El embajador de Rusia en Estados Unidos dijo que Moscú había advertido que las "acciones no quedarían sin consecuencias". La televisión estatal siria calificó el ataque de "flagrante violación del derecho internacional".
Parece poco probable que los ataques vayan a tener un gran impacto en la guerra civil de Siria, en la que el régimen de El Assad ha ganado terreno constantemente desde que Rusia intervino.
En el discurso transmitido por televisión desde la Casa Blanca, Trump tuvo duras palabras para El Assad y el papel que se sospecha tuvo en los ataques con armas químicas: "Esta no es la obra de un hombre, son los crímenes de un monstruo".
Al menos seis explosiones fuertes se escucharon en Damasco en las primeras horas del sábado y columnas de humo se levantaban sobre la capital siria, dijo un testigo Reuters. Otro testigo contó que el distrito Barzah de Damasco fue golpeado por los ataques.
En Barzah se encuentra un importante centro de investigación científica de Siria.
Un alto funcionario de la alianza que respalda a Damasco dijo a Reuters que el Gobierno sirio y sus aliados "absorbieron" el ataque, y que las instalaciones atacadas habían sido evacuadas días antes gracias a advertencias de Rusia.
La televisión estatal siria dijo que las defensas aéreas derribaron 13 misiles y el Ministerio de Defensa ruso informó que ninguno de los cohetes lanzados había entrado en zonas donde los sistemas de defensa antiaérea están protegiendo sus instalaciones, como Tartus y Himeim.
En una conferencia en el Pentágono, el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Joseph Dunford, dijo que los blancos incluyeron un recinto de investigación sirio y una instalación de almacenamiento de armas químicas.
La ofensiva conjunta de Estados Unidos, Reino Unido y Francia pareció ser más intensa que el ataque que Trump ordenó hace casi exactamente un año contra una base aérea siria, como represalia por otro incidente con armas químicas que Washington atribuyó a Assad.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, quien según funcionarios estadounidenses habría sugerido en los debates internos no realizar un ataque muy grande que arriesgara a una confrontación con Rusia, describió la ofensiva como "un golpe único" para disuadir a El Assad para que "no lo haga nuevamente".
Mattis dijo que la ofensiva no tendría continuidad siempre y cuando El Assad no vuelva a emplear armas químicas.
Cuando se le preguntó qué químicos se utilizaron en el ataque del fin de semana pasado, Mattis confirmó la presencia de gas de cloro y no descartó el uso de la sustancia neurotóxica sarín.
Trump quiere salir de Siria
En su discurso, Trump criticó duramente a Moscú y Teherán, por su apoyo al Gobierno de El Assad.
"A Irán y a Rusia, les pregunto: ¿Qué tipo de país quiere estar asociado con un asesino en masa de hombres, mujeres y niños inocentes?", declaró.
El presidente dijo que Washington está preparado para ejercer una presión económica, diplomática y militar sobre El Assad hasta que ponga fin a lo que describió como un patrón criminal de asesinar a su propio pueblo con armas químicas.
Trump aclaró en su discurso televisado de ocho minutos que es reticente a que su país se implique más en Siria, donde Estados Unidos ha desplegado a unos 2.000 soldados para luchar contra el Estado Islámico.
El año pasado, Estados Unidos lanzó 59 misiles crucero Tomahawk desde los destructores USS Porter y USS Ross que cayeron en la base aérea Shayrat.
En Rusia, el presidente Vladimir Putin calificó la operación de "acto de agresión" que agravará la crisis humanitaria en Siria.
Moscú convocó una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ante el ataque, que según Putin, tuvo una "influencia destructiva en todo el sistema de relaciones internacionales", reportó la AP.
Putin reiteró el sábado la afirmación del Kremlin de que el ataque químico del pasado fin de semana sobre la ciudad de Douma, en los suburbios de Damasco y que según activistas causó 40 muertos, fue falso.
Los expertos militares rusos que inspeccionaron la localidad no hallaron restos del ataque, agregó criticando a los aliados por emprender la ofensiva sin esperar a que los inspectores de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas visiten la zona.
El ataque sobre Siria fue respaldado por la Unión Europea, Alemania e Israel, entre otros.
El ataque no causó víctimas mortales y las instalaciones militares alcanzadas sufrieron daños menores, dijo el coronel general Sergei Rudskoi, del Estado Mayor de Ejército ruso. Los efectivos rusos desplegados en el país monitorearon la situación pero no actuaron contra los misiles.
Cientos de sirios se manifestaron el sábado en la mañana en la emblemática Plaza Omayyad, en el centro de la capital siria, agitando carteles de victoria y haciendo sonar las bocinas de sus autos tras el ataque, según las imágenes emitidas por la televisora estatal.