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Brasil

Lula anuncia que cumplirá la orden e irá a prisión

El expresidente dice tras una misa por su difunta esposa que acatará la orden de prisión este sábado.

Brasilia

El expresidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó este sábado que va a atender el mandato de prisión del juez Sergio Moro, durante un discurso ante simpatizantes que le acompañan en el sindicato metalúrgico de Sao Bernado do Campo, reportó EFE.

"Voy a atender el mandato de ellos. Y voy a atenderlo porque quiero mostrarles lo que es responsabilidad y para poder probar mi inocencia", dijo Lula.

"No estoy por encima de la Justicia. Si no aceptase la justicia no habría creado un partido político sino promovido una revolución", agregó. "Creo en la Justicia, pero en una Justicia justa, con un proceso basado en pruebas concretas", insistió.

"Voy a atender el mandato para que no digan mañana que soy un prófugo y que me estoy escondiendo. Voy para que sepan que no tengo miedo y que voy a probar mi inocencia", afirmó.

El considerado líder más carismático de Brasil, que encabeza todos los sondeos de intención de voto para las elecciones presidenciales de octubre, aseguró que se presentará este mismo sábado ante el comisario para decir que está a disposición de la Justicia y que no planea esconderse ni huir.

"Lo hago porque sé que la historia va a probar que quien cometió un crimen fue el comisario que me acusó, el fiscal que fue injusto conmigo y el juez que me condenó", afirmó.

Lula admitió que se presentará ante la justicia también para evitar que su situación jurídica se complique, ya que el juez puede dictar una orden de arresto preventivo por obstrucción a la justicia.

"Pero entre más días me dejen en la prisión, más lulas van a nacer en este país. Ellos van a darse cuenta que el problema de este país no es Lula. De nada les sirve impedirme andar por este país porque habrá millones de lulas andando", aseguró.

El expresidente dijo que el único crimen que cometió fue haber luchado para reducir la pobreza en Brasil, para ofrecerle universidad a los jóvenes pobres y para mejorar la condición de vida de los brasileños, lo que, en su opinión, los ricos no le perdonan.

"Y si es por ese crimen que me condenaron, les digo que voy a seguir siendo un criminal porque vamos a hacer mucho más por este país", dijo.

Afirmó que "el sueño de consumo" de sus perseguidores es poder publicar en la prensa la fotografía en que aparecerá preso y advirtió que no le perdonará a sus perseguidores haber transmitido a la sociedad la idea de que es un ladrón y haber permitido que sus detractores llamen ladrones a los miembros del PT y que protesten mostrando muñecos que lo representan vistiendo la ropa de presidiario.

"Pero ninguno de ellos duerme con la conciencia tan tranquila como yo duermo", dijo.

Atrincherado y aupado

El exmandatario asistió a una misa por su difunta esposa, en el sindicato de las afueras de Sao Paulo donde nació como político y donde permanecía atrincherado desde hace dos días mientras se negociaba su entrega a la policía. Desde allí pronunció su discurso.

Ciertas versiones citadas por la agencia afirmaron temprano que Lula podría entregarse después de la ceremonia religiosa. En Curitiba (sur), la ciudad donde oficia Moro, lo espera una celda de unos 15 metros cuadrados, con baño privado y derecho a dos horas diarias de aire libre.

"Hay conversaciones en la policía con los abogados del expresidente", dijo a la AFP el diputado Carlos Zarattini, del Partido de los Trabajadores (PT), que se halla junto a Lula.

El diputado federal Orlando Silva estuvo con Lula en la mañana de este sábado y dijo que "la decisión judicial será cumplida. Espero que con dignidad", afirmó.

El juez Sergio Moro le había ofrecido la posibilidad de presentarse "voluntariamente" en Curitiba antes del viernes a las 17H00, pero el exsindicalista ignoró ese plazo y prefirió permanecer en su búnker sindical, rodeado por miles de personas que le expresan apoyo día y noche.

Así y todo, "no es un prófugo", explica el juzgado de Moro, dado que el plazo no era un ultimátum y que no buscó sustraerse a ninguna operación para detenerlo.

Lula ha optado por el silencio y no ha querido aclarar si se entregará en las próximas horas, aunque la policía admitió que "no había condiciones" para detenerlo anoche, según reportó EFE.

El juez  emplazó a Lula a entregarse hasta las 20.00 GMT del viernes y comenzar a cumplir la condena de 12 años que arrastra por corrupción y lavado de dinero.

Sin embargo, el expresidente permaneció durante todo el día recluido en la sede del sindicato metalúrgico, su cuna política, donde se concentraron de miles de simpatizantes.

Las proclamas "no lo van a detener", "vamos a la lucha" y "Lula, guerrero del pueblo brasilero", retumbaron frente a la sede del sindicato al filo de las 20.00 GMT.

Cinco segundos antes de que expirara el plazo, miles de voces entonaron la cuenta atrás mientras Lula continuaba en el sindicato, donde pasó la noche arropado por la cúpula del Partido de los Trabajadores (PT) y de familiares y amigos.

El PT había anunciado intervenciones públicas del expresidente, pero Lula no abandonó el edificio y su defensa emprendió una batalla legal contrarreloj para presentar "habeas corpus" en un intento desesperado por evitar su ingreso en prisión.

Ninguno de los recursos fue aceptado y los abogados llegaron a solicitar una medida cautelar ante el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

El desacato de Lula no ha impedido que su defensa avanzara en las negociaciones con la Policía Federal sobre la entrega, según fuentes policiales y próximas al expresidente consultadas por EFE.

La orden de detención del juez Moro "tiene que ser cumplida", pero "no a cualquier costo", admitió el viernes el presidente de la Federación Nacional de los Policías Federales (FENAPEF), Luís Antônio Boudens.

En medio de múltiples rumores, la presidenta del PT, Gleisi Hoffmann, rechazó que Lula negocie su entrega.

"Quiero decir que no son verdades muchas noticias que están dando los grandes medios de comunicación, que hacen campaña contra Lula, y según las cuales hay negociaciones y entregas", afirmó la senadora en un vídeo divulgado por el PT en su página en internet.

Aunque durante toda la jornada del viernes se multiplicaron las especulaciones, allegados a Lula han sugerido que se niega a ser trasladado a Curitiba, donde el juez Moro ha dispuesto que comience a cumplir su condena, y habría exigido entregarse en Sao Paulo o en Sao Bernardo do Campo, donde cuenta con apoyo popular y tiene además su residencia particular.

En Curitiba, Moro había dispuesto una celda de 15 metros para el expresidente, que no coincidiría con otros reclusos vinculados con la trama de corrupción en Petrobras y cuyas delaciones habrían sido definitivas para su detención.

Hace semanas que se venía preparando la celda y, con una celeridad poco frecuente en la Justicia brasileña, Moro tardó apenas 20 minutos el jueves en dictar el auto de prisión contra Lula por considerar probado que se benefició de un apartamento en la playa a cambio de favorecer a una constructora con contratos públicos ligados a Petrobras.

El informe de la Fiscalía que derivó en la detención solicitaba su encarcelamiento inmediato para "frenar la sensación de omnipotencia" y evitar que la "manipulación" de las "masas" alcanzara "niveles que supongan dificultades extremas para hacer valer la ley", según un documento al que tuvo acceso El País Brasil.

El Fiscal admite en el documento que el proceso contra Lula "es absolutamente singular", por su "exitosa trayectoria de vida, su carisma personal incomparable".

Con dos mandatos presidenciales (2003-2010), y "diversos avances en la sociedad brasileña", el proceso "del reo Luiz Inácio canalizó la atención de un número significativo de personas, levantando pasiones y odios", agregó el informe.

El viernes, las movilizaciones convocadas por la izquierda en apoyo de Lula no lograron convocar multitudes en las grandes ciudades, aunque tampoco los detractores de Lula se contaron por miles.

Sin embargo, en Sao Bernardo do Campo, la concentración se mantenía y los seguidores de Lula estaban dispuestos a acompañarle una noche más.

"Aquí está el pueblo sin miedo de luchar", "viva el poder popular", coreaban, mientras, micrófono en mano, un dirigente del PT advertía "vamos a afinar la batería porque el fin de semana va a ser largo".

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