Un grupo de científicos de las Universidad de Pensilvania y la Universidad Thomas Jefferson, en EEUU, que ha desarrollado un implante cerebral que puede mejorar la memoria, acaba de realizar las primeras pruebas con éxito de este dispositivo, informa la revista especializada Nature Communications, citada por The New York Times.
Este dispositivo es una nueva estrategia para tratar la demencia, las lesiones traumáticas del cerebro y otras condiciones que dañan la memoria.
El implante funciona como un marcapasos: "manda impulsos eléctricos para ayudar al cerebro cuando está luchando por almacenar información nueva, pero se queda en pausa cuando detecta que el cerebro está funcionando bien", precisa The New York Times.
Las primeras pruebas hechas con este aparato se aplicaron solo a 25 pacientes con epilepsia y dejaron resultados positivos, según dieron a conocer los científicos este martes.
"Los científicos les pedían a los pacientes que memorizaran listas de palabras y más tarde, después de distraerlos, recordar tantas como pudieran. En promedio, la gente tuvo un desempeño mejor en un 15% cuando el implante estaba encendido", precisa The New York Times.
David Mabrey, de 47 años, una de las personas que participó en el estudio, explicó que recordaba "haber hecho el test y disfrutarlo. Sin embargo, no podría decir sinceramente cómo la estimulación tenía efecto en mi memoria. No sientes nada; no sabes si está prendido o apagado".
"El implante se encuentra todavía en fase experimental; actualmente, los investigadores están en negociaciones para comercializar la tecnología y, además, advirtieron que el potencial de cualquier 'potenciador de la memoria' de ser mal utilizado es muy grande: los medicamentos para el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, TDAH, son muy usados como auxiliares para estudiar", acota The New York Times.
Este dispositivo está basado en años de trabajo para decodificar señales del cerebro. El Departamento de Defensa dio recientemente 70 millones para continuar el desarrollo de este proyecto.
El Parkinson, la epilepsia e, incluso, la depresión y la ansiedad podrían tratarse en un futuro con este dispositivo que todavía está en período de prueba, según señalan especialistas.