Corea del Norte afirmó este miércoles que logró su objetivo de convertirse en un estado nuclear después de probar un nuevo tipo de misil balístico intercontinental que puede alcanzar "todo el territorio continental de EEUU".
El líder norcoreano, Kim Jong-un, declaró que la prueba del misil Hwasong-15 fue un éxito, según la agencia estatal KCNA.
"El ICBM Hwasong-15 es un misil balístico intercontinental con una ojiva pesada de gran tamaño que es capaz de golpear todo el territorio continental de EEUU", dijo KCNA.
Este nuevo lanzamiento de un misil balístico por parte de Pyongyang, después de dos meses sin disparos, lastró los esfuerzos diplomáticos emprendidos por el presidente estadounidense, Donald Trump, en su reciente gira por Asia que, según él, tenía como objetivo "unir al mundo contra la amenaza del régimen norcoreano".
El misil fue disparado este miércoles de madrugada hora norcoreana desde Sain-ni, cerca de Pyongyang.
El Pentágono precisó que el misil, que voló unos 1.000 kilómetros y que cayó frente a las costas de Japón, no supuso un peligro ni para Estados Unidos ni para sus aliados.
Al menos un experto indicó que su elevada trayectoria sugiere que Pyongyang podría tener la tecnología para lanzar un proyectil a más de 13.000 kilómetros, lo que coloca a todas las ciudades estadounidenses a su alcance.
Tras el lanzamiento Trump advirtió: "Nos ocuparemos de eso".
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, dijo que la prueba constituye un "acto violento" que "no puede ser tolerado".
El presidente surcoreano, Moon Jae-in, calificó el acto como "imprudente" y advirtió de que la situación en la península podría salirse de control y evolucionar hacia un conflicto catastrófico.
Por su parte, China expresó su "gran preocupación" y pidió al mismo tiempo a Pyongyang y a Washington que retomen las negociaciones.
Geng Shuang, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, declaró que la propuesta china de una "doble moratoria" seguía siendo la mejor opción para aplacar la tensión. Este plan consiste en la suspensión de los ensayos nucleares y balísticos de Pyongyang y de las maniobras militares entre EEUU y Corea del Sur, a lo que Washington se opone.
"Este nuevo disparo de misil es sin duda una provocación que provoca un nuevo incremento de las tensiones y nos aleja de un comienzo de solución de la crisis", declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, quien agregó que esperaba que "todas las partes concernidas logren mantener la calma".
El 3 de septiembre, Corea del Norte efectuó su sexto ensayo nuclear, el más potente hasta la fecha. Según Pyongyang, se trataba de una bomba de hidrógeno capaz de ser montada en sus misiles de largo alcance.
"Este tipo de misil podría tener un rango más que suficiente para alcanzar Washington D.C y de hecho tocar cualquier punto de Estados Unidos continental", dijo David Wright, científico miembro de la asociación Union of Concerned Scientists.
'Opciones diplomáticas'
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, condenó fuertemente el martes la última prueba de Corea del Norte y urgió a Pyongyang a "desistir de tomar cualquier posible paso desestabilizador a futuro".
"Esto es una clara violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad y muestra completa falta de respeto por la visión conjunta de la comunidad internacional", afirmó Guterres en un comunicado.
En tanto, el secretario estadounidense de Estado, Rex Tillerson, aseguró que "las opciones diplomáticas" para resolver la crisis con Corea del Norte siguen "sobre la mesa".
El titular de la diplomacia estadounidense, además, formuló un llamamiento a la comunidad internacional a "tomar nuevas medidas" al margen de las sanciones ya aprobadas por el Consejo de Seguridad, "incluyendo el derecho a prohibir el tráfico marítimo de bienes desde y hacia Corea del Norte".
Los esfuerzos diplomáticos a varias bandas de Washington, especialmente a través de China, para intentar poner fin a las actividades balística y nuclear de Corea del Norte parecen tener poco peso en las decisiones del líder Kim Jong-un.
El lanzamiento fue efectuado ocho días después de que Washington decidiera volver a incluir a Corea del Norte en la lista de países patrocinadores del "terrorismo", un gesto que Pyongyang calificó de provocación grave.
El 15 de septiembre, menos de una semana después de que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptara nuevas sanciones contra el régimen norcoreano, Pyongyang disparó un misil balístico que sobrevoló Japón, a unos 3.700 kilómetros al este de su punto de partida, según Seúl.
La ausencia de lanzamientos desde entonces había creado la expectativa de que el endurecimiento de las sanciones de la ONU daba frutos.
Y más teniendo en cuenta que EEUU incitó al resto de la comunidad internacional a tomar medidas unilaterales.
Washington había pedido a China, principal apoyo económico de Pyongyang, que dejara de respaldar a su vecino. Trump se mostró confiado sobre este aspecto tras su reciente visita a Pekín.
Estados Unidos espera que, cuando Kim Jong-un esté totalmente aislado, sometido a un importante bloqueo económico y bajo las constantes amenazas militares del mandatario estadounidense, el líder norcoreano acabará aceptando negociar su programa nuclear.